Tal como había expresado a través de su alegato en la causa "Vialidad", la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner reclamó -a través de la querella- que la Justicia avance contra los autores intelectuales del atentado en su contra, perpetrado el 1 de septiembre, cuando estaba regresando a su casa del barrio porteño de Recoleta.
Hasta el momento, la causa cuenta con cuatro detenidos: Fernando Sabag Montiel (quien gatilló el arma a pocos centímetros de la ex jefa de Estado); su novia, Brenda Uliarte; una amiga de esta, Agustina Díaz; y el supuesto líder de "la banda de los copitos", Nicolás Carrizo.
Fuentes cercanas a la pesquisa -que está encabezada por la jueza federal María Eugenia Capuchetti- sostienen que todas las líneas de investigación permanecen abiertas, aunque todavía no hay pistas firmes relacionadas a la hipótesis que planteó CFK.
Qué piensa Cristina Kirchner sobre el intento de magnicidio
La idea de que el ataque fue planificado por personas distintas a quienes finalmente lo ejecutaron es una de las principales líneas investigativas impulsada por la querella, y así lo reveló la propia vicepresidenta el último viernes, cuando alegó en defensa propia en el juicio que se le sigue por el caso conocido como "Vialidad".
"Nadie puede pensar que esa banda (de autores materiales) planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron", sostuvo Fernández de Kirchner desde su despacho del Senado, en el marco de una audiencia que se transmitió en vivo a través del canal de YouTube que dispuso el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que interviene en esa causa.
Por el ataque se encuentran detenidos y procesados como coautores del hecho Sabag Montiel (35) y Brenda Uliarte (23), quien lo acompañó hasta el lugar del hecho y se jactaba en mensajes de WhatsApp de haberlo enviado a cometer el magnicidio.
También se encuentra bajo arresto Díaz (21), quien registra conversaciones con Uliarte, al menos desde el 4 de julio, en las que se habla de matar a Fernández de Kirchner e incluso de cómo esconderse luego para evadir el accionar de la Justicia.
Carrizo (27), en tanto, se hizo conocido el 2 de septiembre cuando protagonizó una entrevista junto con Uliarte en el noticiero del canal televisivo Telefe, en la que se presentó como el jefe de un grupo de vendedores de copos de nieve que estaban recibiendo amenazas por haber tenido entre sus empleados a Sabag Montiel.
Las propias conversaciones halladas en el teléfono de Carrizo lo muestran como alguien que conocía el plan para matar a la Vicepresidenta, consideran los investigadores; además, surge de esos chats que el joven habría aportado una pistola para perpetrar el atentado, aunque esa arma finalmente no fue la que utilizó Sabag Montiel.
Carrizo se presentó a la Justicia de manera voluntaria luego de que fuera detenida Uliarte; del mismo modo entregó su teléfono celular (y la clave de acceso) en el que se encontraron las pruebas que lo incriminan.
Para los investigadores, pero sobre todo para la querella, Carrizo es la personaje que aparece como quien podría conducir hacía los eventuales autores intelectuales del intento de magnicidio.
El miércoles pasado, la querella de la vicepresidenta hizo una presentación judicial con el objetivo de que se investigue quién está por arriba del supuesto líder de "la banda de los copos". Para ello, aportó un dato sensible al expediente vinculado con un posible nexo del imputado y solicitó que sea investigado en un legajo reservado.
Conversaciones en el celular de Nicolás Carrizo
De las propias comunicaciones de Carrizo y de su manejo del WhatsApp y el Telegram surgen líneas de investigación en las que ya trabajan la Justicia y su auxiliares: en los chats que ya fueron analizadas por los investigadores surgen elementos que colocan a ese imputado como alguien con ciertos conocimientos del submundo de la inteligencia, pero también de la Justicia y del accionar de las fuerzas policiales, a la vez que aparece como quien conduce a Uliarte en las horas posteriores al ataque.
Es el propio Carrizo el que diseña la estrategia de ir a los medios de comunicación a dar una entrevista y desde ese lugar fue el que se ocupó de definir las condiciones y de reunir, el 2 de septiembre, al resto de los supuestos vendedores de copos de nieve con la propia Uliarte, señalan en la querella.
"Brenda, necesito que hablemos de algo. Nos están investigando, incluso a vos. Tenemos los teléfonos pinchados (...) vamos a darle una montada a los medios de mirada. Sí, tenés que venir con nosotros. Pero antes de eso vamos a hablar acá y lo que tenés que decir", le dijo Carrizo a Uliarte horas después del ataque fallido, cuando actuaba como quien maneja todas las variables.
Por esas horas también le envió un mensaje a su hermanastra, agendada en su teléfono como "Andrea", en el que le decía que el atentado estaba planificado para la semana siguiente y que Sabag Montiel era un "pelotudo" (sic) por haber fallado. Allí también le manifestó que había aportado una pistola para el ataque y su hermanastra intentó tranquilizarlo con el pretexto de que no quedarían huellas en el arma.
Carrizo intentaría luego, durante su declaración indagatoria ante la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo, hacer pasar esos mensajes como parte de una "broma", algo que pareciera que los magistrados no creyeron.
Los chats entre Carrizo y Uliarte
En las horas posteriores al ataque Carrizo le indicó a Uliarte cómo moverse; la conversación fue la siguiente:
Carrizo: Ponete un barbijo y actúa normal, viajá en bondi y listo. (...) tendrías que salir ahora. A esta hora la gente sale a laburar.
Brenda: Perdonen chicos en el lío que los metimos.
Carrizo: Lo único que te puedo decir es que estamos investigados. La llamaron a la mamá de Miguel (Ángel Castro Riglos, uno de los supuesto vendedores de copos de nieve).
Brenda: ¿Posta?
Carrizo: Y le preguntaron si tenía vínculo con Sabag Montiel. No es joda.
Brenda: Tengo miedo que vayamos todos en cana si salimos a hablar.
Carrizo: No, boluda, sabés de qué tenés que tener miedo, de la condena social. Legalmente nosotros no hicimos nada. Pero la justicia duda de complicidad. Yo sé cómo se manejan esta gente. Y sé cómo lo toma la gente que mira la tele. Hay que ir hoy mismo.
Esa secuencia de mensajes, que incluyó también conversaciones con otros miembros de su grupo de pertenencia, continuó hasta la tarde-noche del viernes 2 de septiembre, cuando le dieron la entrevista a Telefe; luego Carrizo cambiaría el tono de sus conversaciones hasta el punto de acusar a Uliarte de haberles mentido.
"Boluda, escuchame, mirá, acá andan en la tele están diciendo que vos lo viste el mismo día (del hecho), que fuiste a cobrar diez lucas con él y vos dijiste en la tele dijiste, que hacía como dos días no lo viste, eso es lo que pasa boluda, eso es lo que yo te estoy diciendo, que hay cosas que van a quedare en el aire y quedamos como unos mentirosos", le reprocharía.
Días más tarde, el 14 de septiembre, Carrizo se convertiría el cuarto detenido del caso en el que se investiga el intento de magnicidio.
En este contexto, la jueza Capuchetti decidió rechazar la competencia que le había conferido su colega Marcelo Martínez de Giorgi en relación a una causa en la que se investigan los mensajes violentos y amenazantes en contra de la vicepresidenta y de otros miembros del Gobierno lanzados desde la cuenta de "Revolución Federal" en la red social Instagram.
Ahora será la Cámara Federal porteña la que deberá decidir si ese asunto se investiga junto con el ataque a CFK, y por ende queda en manos de Capuchetti, o en forma completamente separada, en manos de Martínez de Giorgi.
Mientras tanto, esa causa pasó a estar bajo secreto de sumario mientras se llevan a cabo una serie de medidas que había solicitado el fiscal Gerardo Pollicita y que tienden a determinar quiénes financian ese espacio.