Rodolfo Alonso (colaborador fundacional de LA GACETA Literaria) fue un extraordinario conocedor y traductor de la obra de Cesare Pavese. El oficio de poeta, como él mismo expresa, ha sido su primera traducción aparecida poco después del suicidio del autor en 1950. Esta obra es una reedición esperada y necesaria por la vigencia de la obra de Pavese en la que la selección y traducción la realiza en forma conjunta con Hugo Gola. En 2011 Alonso llevó a cabo la reedición de dos libros de poesía: Trabajar cansa y Vendrá la muerte y tendrá sus ojos.
Piamontés universal
En estos ensayos, dice Rodolfo Alonso, se une la gran poesía con el mejor humanismo: “La inteligencia, es decir la razón, y también la calidez, la pasión, el temple intelectual y humano de Cesare Pavese pueden continuar ofreciendo ahora, cuando es más necesario que nunca, resiliencia, reparación, renacimiento”.
En la introducción nos ofrece una reseña de la vida y obra de Pavese, ese “piamontés universal” y de quien Italo Calvino reunió, después de la muerte del escritor, los relatos en el volumen Racconti, lo sucedió en la editorial Einaudi y publicó su obra.
El oficio de poeta consta de 21 ensayos y un apéndice con un diálogo y un relato.
En el primero de ellos el poeta alude al tiempo y al proceso de escritura: “Componer el conjunto me ha llevado tres años. Tres años de juventud y de descubrimiento”. En efecto, reflexiona sobre el género y la idea de una poesía-narración, como también sobre la búsqueda de una “poesía clara y distinta, musculosa, objetiva, esencial.”
Metaliteratura la suya que habla de la métrica, de la poiesis y de problemáticas lingüísticas, de los dialectos, del vulgar (la lengua hablada), de la jerga turinesa y piamontesa. Reflexiona también sobre la construcción de sus versos en Los mares del Sud: “poco a poco descubrí las leyes intrínsecas de esta métrica, desaparecieron los endecasílabos y mi verso se reveló de tres tipos de constantes…”, el descubrimiento de la imagen: “mis imágenes -mis relaciones fantásticas- iban siempre complicándose más y ramificando en atmósferas enrarecidas”.
Interrogar las cosas
Pavese define Lavorare stanca metafóricamente como la aventura del adolescente del campo que en la ciudad encuentra la soledad y a la que quiere sofocar con sexo y pasión, que traen como consecuencia más desarraigo y más soledad. La escritura en tiempos del fascismo lo llevan a afirmar: “Estos años de angustia y de sangre nos han enseñado que la angustia y la sangre no son el final de todo. Una cosa se salva del horror, y es la disposición del hombre hacia el hombre. De esto estamos bien seguros, pues el hombre nunca estuvo menos solo que en estos tiempos de soledad terrible”. En sus ensayos se ocupa de los símbolos, del mito y del logos, del éxtasis. El camino del poeta es el de las almas en el puente Paraíso -en analogía con la Divina Comedia- al filo de la navaja, dice, o en una tela de araña.
Por otro lado, reconoce que “Las palabras son nuestro oficio, son tiernas cosas, intratables y vivas”. En otros ensayos aborda la lectura y los libros: “se habla de libros. Y se sabe que los libros, cuanto más pura y llana es su voz, tanto más dolor y tensión han costado a quien los ha escrito”.
En la actualidad, dice Pavese, cobra importancia la idea de que el intelectual debe romper el aislamiento para tomar parte de la vida activa y debe ser capaz de interrogar a las cosas, al contexto, a los otros.
Para cerrar recurro a estas palabras sobre la poesía que nos hablan de la grandeza de Pavese: “La poesía (también la de los neorrealistas)… es la imagen ‘clara’ de aquello que en la experiencia nos pareció ‘oscuro’, ‘misterioso’, ‘problemático’. En cualquier experiencia. Y en cualquier momento histórico que nos toque vivir.”
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ELENA V. ACEVEDO
ENSAYO: EL OFICIO DE POETA - CESARE PAVESE / (Eduvim – Córdoba)