NACIONES UNIDAS.- El argumento de Occidente para aislar internacionalmente a Rusia por su invasión a Ucrania es sencillo: incumple la carta fundacional de las Naciones Unidas, al violar la soberanía y la integridad territorial de otro país.
Los líderes occidentales expusieron ese argumento en la reunión anual que celebró esta semana la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
“Hablemos claro. Un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas invadió a su vecino, intentó borrar del mapa a un Estado soberano”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
La cuestión es que, mientras Occidente compite con Rusia por la influencia diplomática, los Estados en el Sur global temen quedar en medio de una intensa rivalidad geopolítica.
África está preocupada por lo que significa para la seguridad alimentaria, la ayuda, la inversión, el comercio y la salud. Los exportadores de materias primas de América Latina se preocupan por el acceso al mercado.
“He venido a decir que África ya ha sufrido bastante el peso de la historia, que no quiere ser el lugar de una nueva Guerra Fría, sino un polo de estabilidad y de oportunidades abierto a todos sus socios”, dijo el presidente senegalés, Macky Sall.
El mundo necesita que la guerra en Ucrania termine. Una semana después de la invasión rusa, dos tercios de los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU reprendieron a Rusia y le exigieron que retirara sus tropas. Pero, a medida que el conflicto se alarga, hay países reacios a tomar partido.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo en un apasionado discurso que los Estados occidentales trabajarían para convencer a quienes permanecen pasivos de que hagan más para presionar a Rusia para que ponga fin a la guerra.
“Es urgente construir un nuevo contrato entre el Norte y el Sur, eficaz y respetuoso para la alimentación, el clima, la biodiversidad y la educación”, dijo.
Para iniciar ese esfuerzo, Macron organizó una cena en Nueva York con ocho países de África, Asia y América Latina
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, dijo ante la Asamblea General que la guerra en Ucrania obstaculizaría la capacidad “de trabajar juntos para resolver conflictos en otros lugares, especialmente en África, Oriente Medio y Asia”.
Afirmó que la guerra dificulta la tarea de abordar cuestiones perennes de la ONU, como el desarme nuclear, los refugiados rohinyá de Myanmar, las aspiraciones de los palestinos a convertirse en Estado y la reducción de las desigualdades dentro de las naciones y entre ellas.
Algunos países también denuncian la doble vara con que Occidente ha respondido a la guerra de Rusia en Ucrania.
La ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Naledi Pandor, afirmó que los principios fundacionales de la ONU no siempre se aplican de forma justa. “Creemos que el derecho internacional importa cuando uno se ve afectado, pero no importa cuando afecta a otro”, lamentó. Dijo que la solidaridad mundial era necesaria para hacer frente a otros retos como la inseguridad energética y alimentaria, el cambio climático, otros conflictos y la amenaza existencial de las armas nucleares.
“En lugar de trabajar colectivamente para hacer frente a estos desafíos, nos hemos distanciado aún más a medida que las tensiones geopolíticas y la desconfianza impregnan nuestras relaciones”, dijo Pandor.
Doble vara
El presidente polaco, Andrzej Duda, usó su intervención en la ONU para decir “unas palabras de verdad a nosotros, los líderes del Norte rico, o -como otros nos llaman- de Occidente”.
Puso en duda que Occidente haya sido “igual de decidido durante las tragedias de Siria, Libia, Yemen” y que se haya dado la misma importancia a la condena de la invasión en Ucrania que a cuestiones como “la lucha contra los mercenarios que buscan desestabilizar el Sahel y amenazan a muchos otros estados de África”.
“Así es como veo la lección aprendida de esta guerra: si las Naciones Unidas han de estar realmente unidas, cada respuesta a las violaciones del derecho internacional debe ser idéntica: decisiva y con principios”, afirmó Duda. (Reuters)