La despedida de Carlitos Balá, fallecido anoche a los 97 años, será hoy entre las 14.30 y las 21 en la Legislatura porteña, institución que lo había declarado Ciudadano Ilustre en 2017, con ingreso por avenida Julio A. Roca 575.
Así lo definieron los familiares del humorista con autoridades del Parlamento de la Ciudad para que el público general pueda expresarle su último adiós al artista más allá del velatorio íntimo para los más cercanos que se llevará a cabo en una casa de sepelios.
Nacido el 13 de agosto de 1925 en Buenos Aires como Carlos Salim Balaá Boglich, fue uno de los más reconocidos humoristas de la historia de la radio y la televisión argentina, habiendo participado además en numerosos espectáculos que abarcan la radiofonía, el teatro, la televisión, el cine y el circo.
El comediante estaba internado desde el jueves en el Sanatorio Güemes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su manager había contado que Balá había sufrido mareos y que por los llevaron al centro médico. Había quedado en observación pero su cuadro empeoró con el paso de las horas. Fue su nieta la encargada de dar la triste noticia al país.
“Estamos devastados pero unidos. Y así se fue él: con la familia unida y mucho amor”, dijo con tristeza la joven sobre la partida de su abuelo.
Carlitos Balá: toda una vida dedicada a entretener y educar a los más chicos
Balá inventó decenas de términos que se instalaron en el imaginario popular como “sumbudrule” y creó El Chupetómetro, que permitió que cientos de miles de niños dejaran el chupete.
El 13 de agosto el artista había celebrado sus 97 años rodeado de su familia. “Feliz cumple, mi amor”, le había escrito ese día Laura Gelfi en un posteo, compartiendo un álbum de fotos junto a su abuelo, pero con imágenes de todos los tiempos, no solo actuales sino de cuando ella era chica: jugando con una cámara, en el teatro y cocinando, uniendo las pasiones de ambos. Cada vez que podía, ella lo agasajaba con sus platos preferidos.