En 2001 -en medio de la profunda crisis social, política y económica que vivía Argentina- Federico Terán y su esposa, Maite González Dalponte, emigraron a Miami, Estados Unidos, con el anhelo de encontrar un futuro más prometedor para ellos y sus hijos. Hoy, más de dos décadas después, se podría decir que este matrimonio a base de esfuerzo y perseverancia logró cumplir el tan anhelado "sueño americano".
El paso del tiempo y los miles de kilómetros que los separan de la provincia no lograron que olviden sus raíces. Todo lo contrario. Se potenciaron aún más. Esto los llevó a abrir un emprendimiento gastronómico de comidas regionales que, en menos de dos años, conquistó el sur de la Florida.
Si bien reconocen que, desde hacía un tiempo, amigos y conocidos los motivaban a abrir un negocio de estas características, nunca se había dado la oportunidad. Pero llegó marzo de 2020 y la pandemia de coronavirus modificó sus planes. Federico trabajaba en un restaurante que se vio obligado a reducir sus operaciones, lo que lo llevó a tener que buscar alternativas laborales. Así, un día, charlando con su esposa, nació la idea de crear "Empanadas Grill".
"En un inicio vendíamos nuestras preparaciones a amigos que nos pedían. Ellos comenzaron a subir las fotos de ellas a las redes sociales, así se comenzaron a viralizarse y a llegar más encargos. Fue de boca en boca, como se dice tradicionalmente, y se terminó convirtiendo en un éxito", relató Terán en una conversación telefónica con LA GACETA.
En tan solo un año llegaron a vender -atendiendo solo los sábados- más de 35.800 empanadas a 750 familias. "Tenemos clientes de distintos países (Cuba, Venezuela, Colombia, entre otros). Pero lo que más nos sorprendió es la cantidad de tucumanos que radican aquí y que vienen a comprarnos. ¡Llueven tucumanos!", añadió entre risas.
Una de las razones del boom de este emprendimiento, que poco a poco fue creciendo y hoy ofrece platillos como el locro, la humita e incluso el tradicional asado argentino, radica en que este matrimonio de tucumanos busca que los sabores típicos estén presentes. Para la elaboración de las empanadas utilizan matambre argentino, la masa es casera y las cocinan en un horno de leña que, sin dudas, marca la diferencia. "Nosotros hacemos comida artesanal. Y eso no es muy común aquí en Estados Unidos", señaló Maite.
En tanto, su marido agregó que otra clave de la gran aceptación que ha tenido el emprendimiento es que permite a la gente -en especial a los tucumanos y argentinos- reencontrarse con sus comidas típicas que cuando emigran no consiguen. "Uno vive aquí a las corridas y siempre tiene la añoranza de esos platos tradicionales de donde uno es. La comida es una forma de conectarse con la cultura de uno", remarcó.
Un sueño que crece
Sin dudas la aventura para Federico, Maite y su hijo menor, Luis, quien también colabora en el emprendimiento familiar, recién comienza. Su próximo objetivo es crecer y poder llegar a otros rincones de Estados Unidos para que todos tengan la posibilidad de probar los típicos platos tucumanos.
"Queremos instalarnos en la ciudad de Doral, donde hay una gran presencia de la comunidad hispana. También crear un sistema de franquicias para aquellos que quieran invertir porque nos llegan pedidos de Nueva York, Ohio, entre otros estados", comentó Federico.
"Estamos muy contentos porque el negocio crece día a día. Hoy me dedico solamente a esto que nos ha dado muchas satisfacciones. Y eso se debe en gran medida a las oportunidades que te brinda este país: vos trabajas duro y tenes satisfacciones económicas y emocionales. Tu trabajo acá vale en términos de ingreso y esa satisfacción es única", cerró.