Los gobiernos de Rusia y Ucrania llevaron a cabo anoche un inesperado canje de prisioneros, el mayor desde el inicio de la guerra y en el que participaron casi 300 personas, entre ellas 10 extranjeros y los comandantes que dirigieron una prolongada defensa ucraniana de Mariúpol a principios de este año.
Entre los extranjeros liberados figuran dos británicos y un marroquí que habían sido condenados a muerte en junio tras ser capturados luchando por Ucrania. También fueron liberados otros tres británicos, dos estadounidenses, un croata y un sueco.
El momento y la magnitud del canje fueron una sorpresa, dado que el presidente ruso, Vladimir Putin, había anunciado antes una movilización parcial de tropas en una aparente escalada del conflicto que comenzó en febrero. Los separatistas prorrusos también habían dicho el mes pasado que los comandantes de Mariúpol serían juzgados.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, sostuvo que el canje -que contó con la ayuda de Turquía y Arabia Saudita- se había estado preparando durante mucho tiempo y había supuesto una intensa negociación. Según los términos del acuerdo, 215 ucranianos -la mayoría de los cuales fueron capturados tras la caída de Mariúpol- fueron liberados.
A cambio, Ucrania devolvió a 55 rusos y ucranianos pro-Moscú y a Viktor Medvedchuk, líder de un partido prorruso prohibido que se enfrentaba a cargos de traición.
"Esto es claramente una victoria para nuestro país, para toda nuestra sociedad. Y lo principal es que 215 familias pueden ver a sus seres queridos a salvo y en casa", expresó Zelensky en un discurso por video.
"Recordamos a toda nuestra gente y tratamos de salvar a todos los ucranianos. Este es el significado de Ucrania, nuestra esencia, esto es lo que nos distingue del enemigo".
Zelenski agradeció al presidente turco, Tayyip Erdoğan, su ayuda y dijo que cinco altos mandos ucranianos permanecerían en Turquía hasta el final de la guerra. Kiev tuvo una larga y difícil lucha para conseguir la liberación de los cinco, agregó.
Entre ellos se encuentra el teniente coronel Denys Prokopenko, comandante del batallón Azov que realizó gran parte de los combates, y su adjunto, Svyatoslav Palamar. También fue liberado Serhiy Volynsky, comandante de la 36ª Brigada de Marines.
Los tres hombres habían ayudado a liderar una tenaz resistencia de semanas desde los búnkeres y túneles bajo la gigantesca fábrica de acero de Mariúpol antes de que ellos y cientos de combatientes de Azov se rindieran en mayo a las fuerzas respaldadas por Rusia.
"Estamos orgullosos de lo que han hecho por nuestra nación, orgullosos de todos y cada uno de ustedes", aseguró Zelensky en una videollamada con los cinco que fue publicada por su oficina.
No hubo comentarios inmediatos de Moscú sobre el acuerdo y por qué había liberado a los hombres que, según los separatistas apoyados por Rusia, serían juzgados este mismo año.
Riad medió en un acuerdo por el que los 10 extranjeros fueron trasladados en avión a Arabia Saudita. En la mediación participó el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, que ha mantenido estrechos vínculos con Putin.
Entre los prisioneros liberados se encuentran los ciudadanos estadounidenses Alexander Drueke, de 39 años, y Andy Huynh, de 27, ambos de Alabama, que fueron capturados en junio mientras combatían en el este de Ucrania.
También fueron liberados los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner y el marroquí Brahim Saadoun, condenados a muerte por un tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Un gran número de extranjeros ha viajado a Ucrania para luchar desde la invasión rusa del 24 de febrero.
El jefe de la misión de derechos humanos de la ONU en Ucrania dijo a principios de este mes que Rusia no permitía el acceso a los prisioneros de guerra, y añadió que la ONU tenía pruebas de que algunos habían sido sometidos a torturas y malos tratos que podrían constituir crímenes de guerra. Rusia niega la tortura u otras formas de maltrato a los prisioneros de guerra.