Mientras el jefe de gabinete Juan Manzur y otras personas participaban de un sepelio en el cementerio Israelita ubicado en Villa 9 de Julio, a menos de 150 metros un rompevidrios robaba elementos del vehículo de uno de los allegados al difunto. Se montó un operativo en busca de los delincuentes, pero no se los pudo atrapar.
El hecho causó conmoción, porque en el lugar estaba la custodia del funcionario nacional y gobernador en uso de licencia. Además, testigos indicaron que habría habido una ronda policial en las inmediaciones. En cierta forma, el lugar estaba protegido, sobre todo el sector de acceso al cementerio, por avenida Juan B. Justo al 2.300.
La víctima había estacionado su camioneta Hyundai a la vuelta, en Warnes primera cuadra. El robo se produjo entre las 18 y las 19 de ayer, mientras se desarrollaba la ceremonia.
Según la denuncia que radicó el rabino Manuel Levy, del vehículo sustrajeron bolsos y mochilas, que en total contenían: U$S 3.000, 150 euros, $90.000, documentaciones, celulares, llaves de domicilios, perfumes, una notebook, un filacterias y algunas herramientas. En la presentación judicial se aclaró que la camioneta dañada es propiedad de la Asociación Israelita Argentina Tzeire Agudath Jabad.
La investigación del caso quedó en manos de la fiscalía de Robos y Hurtos II que conduce el fiscal Pedro Gallo. LA GACETA se comunicó con la víctima, quien prefirió no expresarse sobre el caso por ahora.
“Acá no importa si viene el gobernador, el presidente o quien sea; los choros te roban igual. Vieron una camioneta linda, que saben que no es de este barrio, y le rompieron los vidrios para robar”, analizó Carlos Medina, taxista de Villa 9 de Julio, quien ayer dejaba su auto para lavar frente al complejo Muñoz.
“Por suerte yo ya no estaba a esa hora, porque después la Policía del primero que sospechó fue del lavacoches que estaba en ese momento. Acá nosotros venimos a trabajar, ellos saben bien quiénes son los que andan drogados y haciendo daño por acá”, expresó Nahuel, quien lavaba el auto de Medina ayer por la mañana.
Ambos vecinos fueron coincidentes en que habría -al menos- dos aguantaderos alrededor de esa zona. “La mayoría de estos ‘gatos’ te roba y sale corriendo hacia unos pasillos que hay sobre la Balcarce; Villa Cariño le dicen a ese aguantadero. Después hay otros que se meten para atrás del cementerio, y esa zona es pesada”, señaló el chofer.
Otro análisis
En su puesto de sándwiches, Miguel Ángel Vizcarra comenzaba a vender las primeras milanesas del día cuando LA GACETA lo consultó por la inseguridad en la zona. “A esta hora es más tranquilo, tiene movimiento el barrio y más cuando hay feria, pero a la noche es como en todas partes. Si estás en casa hay que encerrarse y si tenés un negocio es mejor cerrar temprano”.
“Nosotros vendíamos de noche también, dejamos de hacerlo por precaución, por todas las cosas que se ven hoy en día”, contó el puestero.
“Es como en todas partes, tener un policía en la esquina te resguarda mucho, pero hay que andar con cuidado siempre, más quienes por trabajo andamos en la calle siempre”, dijo Manuel Gómez.
“Por la avenida si se ve que pasa la Policía, hasta ponen controles de vehículos de vez en cuando, pero por la Warnes es raro. Igual se ven arrebatos, y las caras de los ladrones son conocidas. No sé si la Policía no los atrapa o si la Justicia no los mantiene presos”, planteó Susana Hernández., la única vecina que se había percatado del operativo policial que había el martes a la tarde.
“Con razón había tantos policías ayer. No sabía que Manzur venía. Es increíble que haya habido un robo en un contexto así, ojalá la víctima recupere pronto sus cosas”, concluyó.
“Me robaron 28 veces”
“Esto es de todos los días, es tierra de nadie. En mi caso ya me van robando 28 veces. En los últimos casos entraron a mi domicilio”, indicó Gabriel, un comerciante de Juan B. Justo al 2.400 durante una entrevista con LG Play, el noticiero televisivo de LA GACETA.
“En mayo entró un grupo comando, ladrones vestidos de policías, y me llevaron todo, me dejaron en la lona”, agregó el joven que atiende una distribuidora. Explicó además que la mayoría de esos 28 hechos ocurrieron mientras hacían repartos de mercadería, en un lapso de tres años.
“La verdad, estamos cansados de la inseguridad. La Policía anda, pero poco, y ya no sabemos qué hacer. Desde hace unos meses tenemos un efectivo en la esquina, pero lo mismo sigue habiendo muchos arrebatos. La zona es muy peligrosa y no parece alcanzar con poner un policía”, analizó el comerciante.
El entrevistado detalló sobre varios tipos de ilícitos. “Hay veces que rompen los cables de la cuadra y estamos sin luz toda la noche. Ahí es peor, roban a cada rato”, señaló.
Luego agregó que: “las metodologías que usan son varias; lo único que se repite es que siempre llegan armados. Muchos son chicos drogados que viven para atrás del cementerio. Otro caso ocurrió a comienzos de año, cuando me robaron en otro drugstore; me dijeron que supuestamente al ladrón le darían un año y medio de cárcel: hace tres días lo vi en la calle”.
Por último, Gabriel explicó: “mi papá empezó con este emprendimiento familiar. En los últimos años se incrementaron más los ataques. Vivimos con miedo, vivimos enrejados como si nosotros estuviéramos en una cárcel. Tomamos todas las precauciones porque la última vez me amenazaban con secuestrar a mi hijo. Hice todas las denuncias y todavía no tengo ninguna respuesta de ese último robo que sufrí en mayo”.
El sistema: "La custodia la hace la Federal, pero la Policía colabora en esta tarea"
“Normalmente la Policía Federal está encargada de custodiar al Jefe de Gabinete Juan Manzur”, explicó el ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa. “Eso no significa que la Policía también los colabore en algunos momentos. Normalmente son guardias mixtas”, señaló el funcionario en una entrevista con LA GACETA.
Agüero Gamboa indicó que normalmente se destinan entre cuatro y seis efectivos para custodiar al gobernador en uso de licencia. “Estimo que en el momento que ocurrió debería haber estado acompañado por lo menos por cuatro efectivos”, indicó.
El ministro de Seguridad consideró que, según las normas internacionales, los custodios no deberían haber intervenido en el hecho. “Su función es proteger a la persona a la que le designaron. Una situación como la sucedida ayer puede ser una distracción para atacar al funcionario que deben estar cuidando”, comentó Agüero Gamboa.