En la casa de Diego Maradona, Atlético se animó a elevar al cielo de La Paternal su propio barrilete cósmico, que no es otro que su sueño de gritar campeón por primera vez en la historia.
Falta mucho para la bajada de telón de la Liga, es cierto. Pero por lo pronto el “Decano” hizo lo que debía: derrotar a Argentinos, cortar una racha negativa de cuatro fechas sin triunfos y recuperar el liderazgo en soledad al menos hasta que Gimnasia y Esgrima visite hoy a Central Córdoba en Santiago del Estero.
Mérito adicional: el “Decano” vio luz y entró. Con la victoria 2-1 aprovechó la oportunidad que en la previa le dio el empate en cero de Boca con Huracán en La Bombonera para asaltar nuevamente la cima del torneo, esa que había ostentado durante 11 fechas y perdido hace unos días tras la igualdad en casa con Talleres.
El héroe “ambivalente” de la noche resultó Cristian Menéndez. Autor de un doblete, se hizo expulsar infantilmente cuando todavía restaban por jugar más de 20 minutos, comprometiendo aún más la victoria, completamente merecida por lo realizado en el primer tiempo, notablemente sufrida en el complemento.
De arranque, Lucas Pusineri dio en la tecla con lo que su equipo necesitaba, lo que el partido frente al “Bichito” requería. Se animó a dejar en el banco a un Ramiro Ruiz Rodríguez que venía dando señales de pérdida de explosión. E insistió con el “Polaco”, en quien creyó desde su desembarco en abril.
Menéndez le tapó la boca a sus detractores, por si quedaban algunos. El delantero le puso doble rúbrica, en espacio de apenas nueve minutos, a la superioridad de la visita durante la mayor parte de la primera etapa.
Primero con un zurdazo al palo izquierdo de Federico Lanzillota a la salida de un lateral; después con un derechazo al poste diestro del arquero, luego de una buena jugada colectiva.
Había arrancado bien el “Decano”: presión alta para recuperar cerca del arco rival y generar el error en una zona donde duele. Y con una intensidad que parecía haber perdido en las últimas fechas.
En ese tramo, Atlético recuperó la frescura y con ella la memoria: le cerró los caminos al anfitrión, reducido a un equipo mero tirador de centros para Gabriel Ávalos.
El “Decano”, en tanto, volvió a ser aquella amenaza constante a la hora de salir rápido en ataque. Y esta vez fue todo lo eficaz que en otros cotejos no.
El tema es que esas virtudes exhibidas en la primera etapa, se esfumaron en el complemento. Los tres cambios introducidos por Gabriel Milito en el intervalo fueron como esas inyecciones antiinflamatorias de efecto inmediato.
Argentinos se hizo dueño y señor de la pelota, y le generó no menos de cinco ocasiones netas de gol a un Atlético que defendía cada vez más atrás, apoyado en la seguridad de Carlos Lampe, a quien extrañará la próxima fecha.
El “Decano” empezó a acusar desgaste físico. Dio la impresión de que otra vez Pusineri demoró demasiado en producir modificaciones para insuflar nuevos aires.
Eugenio Isnaldo recién ingresó pasada la hora de juego. Muchos jugadores, agotados, empezaron a llegar tarde a la marca. Y algunos se llevaron amarillas. Bruno Bianchi recibió la quinta y se perderá el duelo con Estudiantes. Y al “Polaco” le aplicaron dos, infantil la segunda.
Lanzilotta fue un espectador privilegiado en los segundos 45. Pero el descuento de David Zalazar llegó en el quinto minuto de tiempo adicional, demasiado tarde. La derrota profundiza la crisis del “Bicho” (solo sumó cuatro de los últimos 18), mientras se estanca en la tabla y se aleja de la zona de clasificación a la Libertadores.
Con su rendimiento del primer tiempo, Atlético mostró que sigue vivo y con aspiraciones serias. Del complemento, solo se puede destacar la enjundia con la que se defendió, lo cual no es poco.
Esta noche, el “Decano” se va a dormir tranquilo porque es puntero.