Tras la muerte de la reina Isabel II, la familia real analiza qué hacer con el castillo de Balmoral en Escocia, donde “su majestad” pasaba las temporadas de verano y donde, además, estuvo durante sus últimos días con vida.
Según los medios locales, el nuevo rey Carlos III planea convertir el castillo en un museo abierto al público para el próximo verano, el cual estaría centrado en la vida de servicio de la reina y podría contener exhibiciones de joyas reales y atuendos usados por la monarca. Además, esta decisión garantizaría la continuidad del personal en sus puestos de trabajos en la propiedad.
El año pasado se informó que el rey también quería convertir el Palacio de Buckingham en un museo de tiempo completo, una decisión que permitiría hacer que el edificio sea rentable.
Según los medios, a Carlos III nunca le gustó mucho el Palacio de Buckingham y se quejaba de que era demasiado grande e impersonal y con demasiadas corrientes de aire. El Palacio sería usado como oficina de trabajo y para banquetes, recepciones, fiestas en el jardín e investiduras.
La idea del rey es encontrar un equilibrio entre el gasto y la importancia de mantener esta extraordinaria cartera de palacios, castillos y casas de campo verdaderamente "reales", garantizando su uso.
Actualmente el castillo de Windsor (la residencia habitada más grande y antigua del mundo por la realeza), está abierto a los visitantes durante todo el año, y los recorridos con boleto incluyen el acceso a los apartamentos estatales, la capilla de San Jorge y las habitaciones semiprivadas.
También presenta exhibiciones y eventos especiales, incluidas celebraciones navideñas y actividades para toda la familia. Los turistas también pueden visitar el Palacio de Buckingham pero solo está abierto al público unos pocos meses al año, entre julio y octubre. Es por ello que estos parecen ser los planes a futuro para el castillo de Balmoral.