Si durante agosto, por ejemplo, tuvo que hacer empanadas, tal vez haya observado que el costo de los ingredientes se encareció más que el resto de la canasta familiar. Un claro ejemplo ha sido la cebolla que, de acuerdo con los datos de la Dirección de Estadística de la Provincia, registró una variación del 69%. Y si a esa empanada le puso matambre, habrá pagado hasta un 47,7% más que en julio en la carnicería. Los aumentos no se detienen. Sigamos con el ejemplo de la empanada. Si la cocinera o el cocinero es salteño, seguro que tuvo la tentación de agregarle papa. Ese producto también estuvo entre los más caros del mes pasado: subió un 22% intermensual. Mientras prepara el almuerzo o la cena seguramente no ha resistido la tentación de usar el celular. En agosto hubo malas noticias: el servicio fue un 21,3% más oneroso que en julio. Con tantos aumentos, tal vez piense que la mejor alternativa es salir a comer afuera. Malas noticias; la variación de los precios en el rubro Restaurantes y Hoteles ha sido del 11,6%. Todos estos datos surgen del reporte que el organismo provincial ha difundido acerca de la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que, en Tucumán, ha sido del 6,95% durante el mes pasado, muy cerca del 7% que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha calculado para el Gran Buenos Aires.
En el terreno de las comparaciones, hay otro dato que hace llorar al consumidor: la inflación provincial de agosto ha sido la más alta en 32 años para ese mes puntualmente, según los registros históricos oficiales. En 1990, la Argentina atravesaba un proceso de hiperinflación. Con todo, en lo que va del año, el IPC provincial arrastra una suba del 54,2%, casi dos puntos por debajo del indicador nacional. Si alguien se atreve a hacer la comparación interanual, es decir desde agosto de 2021, podrá observarse que la variación ha sido del 74,4%.
Las perspectivas no son alentadoras para los próximos meses. Las medidas oficiales no son efectivas para controlar los precios, mucho menos para bajarlos. El último cuatrimestre del año se caracterizará por el incremento de las tarifas de los servicios públicos privatizados (electricidad, gas y agua) por efecto de la segmentación tarifaria, con la que se reajustarán los valores en las boletas que los usuarios reciben en sus domicilios.
¿Qué sucedió para que los precios se disparen tanto en agosto? Queda en evidencia que sin controles de precios que distorsionen los precios relativos la frecuencia con que se ajustan los precios tiende a ser mayor, advierte Ecolatina. En cambio, cuando el proceso inflacionario empieza a acelerarse y las expectativas se desanclan, cada vez resulta necesario ajustar precios con mayor frecuencia, porque las referencias nominales se hacen más difusas y alteran el contenido informativo del sistema de precios, puntualiza la consultora privada. Esto se puede ver en los últimos dos meses (julio-agosto): para este período, la proporción de precios que mostró incrementos llegó a superar el 70% en promedio en las últimas cuatro quincenas. Es decir, del total del relevamiento de precios de productos de consumo masivo, siete de cada 10 mostraron un aumento, mientras que los tres restantes se mantuvieron inalterados o con variaciones negativas. “Esto no sólo sugiere que el período de ajuste se achicó, sino también que los ajustes tendieron a ser de mayor magnitud. En la última quincena de agosto casi el 60% de los precios mostró incrementos mayores al 7%, algo que no había sucedido nunca en los años previos”, se explica desde Ecolatina.
Cabe destacar que este fenómeno excepcional sucedió sin la existencia de un desmantelamiento de controles previos -que suele llevar a que una mayor proporción de precios muestre un ajuste- ni de ningún salto cambiario discreto, como fue el de las PASO de 2019, donde el proceso inflacionario cobró una dinámica similar a la observada en los últimos dos meses.
Para el resto del año, el adelantamiento de los aumentos pautados en las paritarias, un deslizamiento cambiario consolidado en niveles superiores a los meses pasados y los efectos de primera y segunda ronda que tendrán los ajustes en tarifas y combustibles se combinarán para mantener a la inflación por encima del 5% mensual. En principio, Ecolatina estima una lenta desaceleración, dejando como resultado una inflación que cerraría cómodamente por encima del 90% en 2022 y cerca del 80% en 2023. Sin embargo, los analistas y las consultoras privadas que participan en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central habían previsto para agosto una inflación del 6,5% y las “top” proyectaron un IPC anual del 99,4%. Con la aceleración del mes pasado, ahora se estima que la inflación puede terminar este 2022 en los tres dígitos.
Antes de que el Indec difunda el dato nacional, el presidente Alberto Fernández reconoció que al Gobierno le cuesta mucho luchar contra la suba de precios. “Tenemos que darle una pelea clara a la inflación, que nos cuesta mucho combatir porque gran parte de esa inflación es derivada del contexto mundial”, dijo el jefe de Estado durante su visita a Santiago del Estero. De acuerdo con los cálculos de la Fundación Libertad y Progreso, la inflación acumulada durante los primeros 32 meses de la presidencia de Alberto Fernández fue del 218,5%.
“No hay plan, no hay cambios: hay inflación”, reaccionó, por su parte, Patricia Bullrich, líder del Pro. La ex ministra macrista se refirió a la evolución de precios a través de su cuenta en Twitter. “Así, no hay futuro. Solo pobreza y angustia. Pero para el Gobierno el problema es la Justicia, la oposición y la prensa. Juntos por el Cambio es la mejor opción para los argentinos ante tanta decadencia”, se quejó por esa red. “Un 7% de inflación en agosto; 56,4% en sólo 8 meses. Este gobierno es un fracaso. No trajo soluciones y agravó todos los problemas. Es hora de decirlo claro: la economía necesita reformas en serio. Un duro cambio de rumbo para mejorar”, opinó por su parte el presidente del Interbloque de Senadores de Juntos por el Cambio, el radical Alfredo Cornejo.