El ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, dijo que su gobierno trabaja en una nueva política comercial con China para reducir la dependencia de las materias primas, baterías y semiconductores chinos, y prometió “no más ingenuidad” en los tratos comerciales con Pekín.
Es la primera vez que el ministro deja claro que el endurecimiento se traduce en medidas políticas. Habeck explicó que China es un socio comercial bienvenido, pero que Alemania no podía permitir que el proteccionismo de Pekín distorsionara la competencia y que no frenaría las críticas a las violaciones de los derechos humanos bajo la amenaza de perder negocios. “No podemos permitir que nos chantajeen”, sostuvo en una entrevista.
Habeck no esbozó las nuevas medidas en su totalidad, pero remarcó que incluirían un examen más detallado de las inversiones chinas en Europa, como las infraestructuras.
China ha sido el mayor socio comercial de Alemania en los últimos seis años, con un volumen que superó los 245.000 millones de euros, en 2021. Pero el gobierno actual está adoptando una línea más dura hacia Pekín que su predecesor de centroderecha, preocupado por la dependencia de Alemania.
Berlín también quiere examinar las inversiones chinas en Europa de forma más crítica, añadió. Por ejemplo, no debería apoyar la Iniciativa de la Ruta de la Seda, que pretende comprar infraestructuras estratégicas en el continente e influir en la política comercial, como muestran los planes de la empresa china Cosco, de comprar una participación en un operador de contenedores en el puerto alemán de Hamburgo, lo que indica que la preocupación por las adquisiciones chinas se está extendiendo desde el ámbito tecnológico a otros sectores industriales, como la logística. “Me inclino por el hecho de que no lo permitimos”, dijo. (Reuters)