Por Santiago Re
12 Septiembre 2022
“Tengo la convicción de que Facundo (Guerrero) el 30 de marzo de 2018 repitió una conducta advertida por numerosos testigos: que era común que la zamarreara, le pegara y la empujara, con la desgracia para Ana (Ríos) que esta vez la empujó hacia el balcón”, sostiene la sentencia firmada por los jueces Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Patricio Prado, quienes resolvieron condenar a prisión perpetua Guerrero por el femicidio de Ríos. La calificación final fue de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. Esta semana se conocieron los fundamentos del fallo.
Ríos murió tras caer del cuarto piso de un edificio de San Juan al 800, donde vivía el imputado. El tribunal dio por probado que minutos antes del hecho la pareja estuvo peleando y que en ese contexto Guerrero empujó a su novia al abismo.
Los magistrados fueron contundentes para descartar la versión defensiva que planteaba que Ana habría querido suicidarse. Destacaron que en el juicio quedó claro que Ríos no tenía problemas económicos, tenía una buena situación académica y proyectos a corto, mediano y largo plazo. Tampoco tenía trastornos de personalidad que pudieran llevarla a un desenlace así. Además argumentaron que las escoriaciones que Guerrero presentaba en el cuerpo, similar a rasguños, eran signo de que Ana se había defendido para evitar que la lanzaran al vacío.
Ningún testigo presenció de forma directa lo que ocurrió dentro de ese departamento. “La ausencia de la ‘versión’ de Ana, la falta de testigos directos, no es razón para promover la impunidad de Facundo en la autoría del caso… No es impedimento para ponderar el resto de las pruebas indirectas que revelan sin dejar margen a dudas que Ana fue empujada hacia el balcón por Facundo”, sostiene el escrito.
Ese día Ana recibió el mensaje de un amigo. “La conversación entre A. y Ana despertó los celos y enojo de Facundo cuando lee los mensajes”, explica el fallo, y destaca la existencia de un audio de whatsapp en el que queda evidenciada la pelea (al menos verbal) que estaba teniendo la pareja.
Para el tribunal la pelea física quedó probada también por los elementos que se hallaron en el departamento: vidrios rotos, cosas tiradas, había orina de la víctima en el suelo (por el miedo), y el acusado presentaba rasguños. “No hay dudas de que ese mensaje fue el motivo de discusión, enojo y de las agresiones que le efectuó Facundo”, dicen los jueces.
El tribunal realizó varias observaciones sobre lo que se dijo en debate. Consideraron que se trató de un noviazgo “atravesado por un circulo de violencia”. Hubo varias menciones sobre el informe psicológico que efectuó el licenciado Emiliano Gato sobre la personalidad de Guerrero.
Enumeraron varios hechos de violencia que padeció la víctima hasta llegar a este cruento desenlace, haciendo hincapié en uno en particular que Ríos llegó a denunciar: “veremos que hay pruebas concluyentes de que (Guerrero) fue capaz de tirar a su novia desde las alturas. Ese hecho lo describió y denunció en la Policía la propia víctima, cuando la tiró por las escaleras un año y medio atrás”. Finalmente, los jueces no dudaron en que luego del hecho Guerrero bajó e intentó asistir a la víctima, eso quedó probado por los testigos que también se abocaron a esa tarea.
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