Arrancaron en su living de Yerba Buena y se proyectan maquillando en todo el mundo

Arrancaron en su living de Yerba Buena y se proyectan maquillando en todo el mundo

ENTREVISTA REMOTA. Agostina Mazza cuenta la historia de Mazz Makeup. ENTREVISTA REMOTA. Agostina Mazza cuenta la historia de Mazz Makeup.

Las hermanas Mazza fundaron en 2017 su emprendimiento de maquillaje pionero en la región y ya tienen 62 puntos de reventa en el país. Gracias al poder de las redes sociales, y a la obsesión por el diseño y la estética, Mazz Makeup se convirtió en un punto de encuentro donde el disfrute, los servicios y las ventas van unidos. “Construimos nuestra marca a partir de pensar el maquillaje para chicas comunes”, dice una de las socias.

Irene Benito
Por Irene Benito 11 Septiembre 2022

Agostina Mazza cuenta con orgullo que el emprendimiento que cofundó con su hermana Antonella nació en la sala de estar de la casa de sus padres en Yerba Buena. Ambas eran estudiantes universitarias y descubrieron que, a modo de complemento, podían trabajar como maquilladoras, su hobby, durante los fines de semana. Pero esa segunda actividad pronto se volvió algo más demandante y las Mazza, ya recibidas de arquitecta (Agostina, 32 años) y de licenciada en Administración (Antonella, 30), resolvieron entregarse por completo al proyecto que desde sus orígenes tuvo el mismo nombre: Mazz Makeup. El salto ocurrió en 2017, y desde entonces la empresa acumuló 62 puntos de reventa mayorista en el país. Mientras preparan un esquema de franquicias, las Mazza miran hacia afuera, donde ven un futuro en el que literalmente puedan cumplir su anhelo de maquillar a todo el mundo.

“Desde que teníamos poco más de 20 años hacemos esto”, dice Agostina Mazza durante una entrevista remota en la que, con verbos conjugados en plural, logra incluir a su hermana ausente. No sólo se automaquillaban y enseñaban a hacerlo, sino que también pintaban a sus clientas y les vendían productos de terceros. Rápidamente llegaron a Instagram. “Hacíamos marketing de contenido sin saber que lo hacíamos”, añade la emprendedora.

Las hermanas se filmaban mientras se maquillaban entre sí. Usaban lápices de labios de colores fuertes con la finalidad de romper ciertos esquemas. “Nuestro mensaje era y sigue siendo que todos pueden maquillarse bien, y que para eso no hace falta tener mil productos: bastan dos o tres, y saber aplicarlos. Queríamos que la gente viera cómo nosotros lo hacíamos sin ser profesionales del maquillaje”, refiere Mazza.

El discurso pegó. Y por las redes sociales empezaron a llegar pedidos procedentes del resto del país de labiales, polvos, correctores, sombras, pinceles y brochas. La emprendedora explica esa popularidad por el hecho de haber buscado una conexión con su público. El hecho es que la audiencia prefería comprarles a ellas los productos que revendían antes que a los fabricantes. Mazz Makeup cobró tal fuerza que un día las hermanas resolvieron pasarse a la producción y a emprender “full time”. Sus pies estaban en Tucumán, pero sus cabezas imaginaban una marca que por su calidad y presencia fuera capaz de competir en las grandes ligas del exterior.

Una herramienta más

Investigaron, ensayaron, buscaron proveedores, elaboraron un plan de negocios y, cinco años atrás, las Mazza lanzaron su primera línea de maquillaje 100% industria argentina. “Trabajamos con laboratorios (de clínica cosmética) de afuera de la provincia, pero la parte creativa sale de Tucumán. Somos la única marca de maquillaje del Norte y, por un tiempo bastante largo, fuimos la única marca del país que no había nacido en Buenos Aires”, refiere la arquitecta. E informa que participan activamente en la cadena productiva mediante el desarrollo de prototipos y la definición de las características: texturas, densidades, versatilidad, colores, etcétera. “Nosotros diseñamos los estuches, las etiquetas y, junto al laboratorio, también las fórmulas. Además, hacemos todo el marketing”, enumera Agostina Mazza.

Un dato relevante de esta empresa que da empleo directo a 15 trabajadores y comercializa alrededor de 60.000 productos por año es que está compuesta por un 98% de mujeres. Este es otro motivo de orgullo casi tan emblemático como el de los primeros maquillajes en la sala de estar de la casa donde vivían las fundadoras. Si bien Mazz Makeup se instaló en una isla del shopping El Portal y abrió la primera estación de servicios denominada “Mazz Beauty Studio”, la existencia del emprendimiento sigue muy influenciada por las interacciones de las redes sociales y el comercio electrónico.

“Al principio nos angustiaba pensarnos como mujeres jóvenes que tratábamos de entrar a un mercado con una barrera de ingreso muy alta”, relata Mazza. Pero, después, encontraron la seguridad que necesitaban en su propuesta de valor. “Construimos nuestra marca a partir de pensar el maquillaje para chicas comunes”, dice. La cofundadora repite que ella y su hermana se identifican con la “mujer 360”: “somos comunes y corrientes. Trabajamos, estudiamos, hacemos deportes, tenemos amigas, quizá con el tiempo seamos madres y usamos el maquillaje como una herramienta más”.

EL MAQUILLAJE COMO UNA HERRAMIENTA MÁS. La foto muestra uno de los productos de la firma tucumana. EL MAQUILLAJE COMO UNA HERRAMIENTA MÁS. La foto muestra uno de los productos de la firma tucumana.

El estar de la pantalla

Mazz Makeup nunca abandonó el perfil pedagógico de sus comienzos y la web (mazzmakeup.com.ar) es un buen ámbito para comprobarlo. Enseñar a maquillar fue su manera de abrirse camino y lo sigue siendo. “Esta es nuestra impronta, además de los productos que ofrecemos. Los últimos cinco lanzamientos que hicimos son aptos para veganos, es decir, carecen de materias primas de origen animal, y ‘cruelty free’. Casi toda la línea prescinde del testeo en animales, algo que exige una inversión adicional y un esfuerzo superlativo para una marca de nuestro tamaño”, subraya Agostina Mazza. Son detalles que un emprendimiento con aspiraciones y ambiciones grandes no puede descuidar, según la emprendedora. “Nos esforzamos por agregar valor porque consideramos que las empresas de hoy deben ser responsables con el ambiente y la humanidad”, expresa.

La búsqueda de nuevas y más prestaciones está ligada a la gestión de una comunidad acostumbrada a participar en el devenir del emprendimiento como si nunca hubiera salido del living de los Mazza. En la pandemia, el momento en el que se suponía que el maquillaje había perdido su razón de ser social por la obligación de permanecer en casa, Mazz Makeup alcanzó la mayor exposición y hasta llamó la atención de los medios masivos del país. ¿Cómo lo logró? A partir de pasar tiempo con sus seguidoras, y de advertir que colocarse una base o tapar ojeras no sólo sucede para estar bien con otros afuera, sino principalmente por una cuestión de bienestar individual.

“Hicimos vivos (transmisiones en directo en Instagram) 160 días seguidos. Fue un sacrificio inmenso. Dejamos la voz para estar presentes y acompañar a la gente. Las ‘Mazz lovers’ nos regalaron devoluciones muy emocionantes. Nos decían que durante el aislamiento esperaban nuestras apariciones para reunirse y charlar virtualmente, y estar en comunidad”, recuerda. Despunta así uno de los fundamentos del proyecto: la fidelidad y el compromiso de su público.

En Mazz Makeup están tan convencidas del potencial de su liderazgo que se animan a sellar con su marca todo lo que encuentran en el trayecto. De allí vienen las “Mazz lovers” (seguidoras); los “Mazz tips” (consejos); los “Mazz looks” (estilos); los “Mazz men” (hombres); los “Mazz points” (puntos de reventa)... Todas estas etiquetas están ordenadas de forma muy prolija como colecciones de historias en Instagram. Particularmente original es el “Mazz power”, un espacio para quebrar los límites y hacer catarsis sobre expectativas que acabaron en desilusión. “#MazzAmor, #MazzEmpatía, #MazzNaturalidad, #MazzAceptación, #MazzRespeto, #MazzIgualdad, #MazzLibertad, #MazzEntendimiento, #MazzAutoexpresión, #MazzDiversidad” son las etiquetas de esta sección que refleja la autoestima elevada de la marca y su decisión de reinventar la comunicación en función de las posibilidades infinitas que brinda el maquillaje.

La personalidad resuelta de Mazz Makeup hace que naturalmente se piense como un proyecto latinoamericano, aunque aún le falte derribar barreras burocráticas para erigirse en exportador. “Y por qué no mundial”, arriesga Agostina Mazza, quien se define a sí misma y a su hermana menor como amantes del trabajo que hacen. Esa pasión surge de concebir que el maquillaje es algo que va mucho más allá de cubrir la piel ante la mirada escrutadora del espejo. La arquitecta observa convencida: “son minutos que nos dedicamos para sentirnos mejor. Eso es fundamental porque, si nos vemos bien, liberamos endorfinas que nos hacen más poderosas”.

La receta de mazz makeup

- Conectar con la audiencia mediante la oferta de servicios gratuitos.

- Dar un mensaje y ser consecuente con él.

- Prestar la máxima atención al diseño.

- Agregar valor de manera permanente.

- Aprovechar todas las oportunidades para crecer y tener ambiciones grandes.

El emprendimiento en Instagram: @mazz_makeup

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