El próximo jueves se conmemora el Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma. Esta iniciativa de la Lymphoma Coalition (una alianza mundial de asociaciones de pacientes con linfoma) busca incrementar el conocimiento sobre esta enfermedad. El mal afecta en Argentina a 20 de cada 100.000 personas, para poder reconocer sus síntomas a tiempo, permitiendo un diagnóstico precoz de la misma. Esto es fundamental, ya que cada año se diagnostican 730.000 nuevos casos.
Un linfoma es un tumor en el sistema linfático, que es una amplia red (parte del sistema inmunológico) de vasos o tubos finos que conectan ciertos órganos llamados ganglios linfáticos, que se distribuyen en grupos por todo el cuerpo: axilas, ingles, cuello, tórax y abdomen. Este tumor, es decir, un crecimiento anormal de células, afecta la producción de linfocitos: un tipo de glóbulos blancos de la sangre de gran importancia en el control de las infecciones y agresiones externas. Entre 20 a 25 casos nuevos cada 100.000 habitantes aparecen por año a nivel mundial; los cuales, conociendo sus signos y síntomas, podrían lograr un diagnóstico temprano, tratamiento adecuado, y así mejorar su pronóstico. Se sabe que las personas con un déficit en la inmunidad, tanto congénito como adquirido (por HIV, en pacientes receptores de un trasplante de órganos, etcétera), presentan un mayor riesgo de ser diagnosticados de linfoma. Esto se ha relacionado con un fallo en los sistemas de defensa del propio organismo.
Los síntomas más comunes son:
• Crecimiento, generalmente indoloro, de uno o varios ganglios linfáticos.
• Cansancio.
• Aumento de la temperatura (en general durante la noche) hasta no más de 38 grados.
• Pérdida de peso.
• Sudores nocturnos.
• Picazón persistente en todo el cuerpo.
• Tos y falta de aire.
Quienes presentan uno o más de estos síntomas no deben dejar de consultar al médico; un diagnóstico precoz les puede salvar la vida.