Gran Bretaña inicia un período de 10 días de luto para recordar y homenajear a la reina Isabel II, quien falleció el jueves a los 96 años en Balmoral, su residencia de verano en Escocia, luego de un año con complicaciones de salud, desde coronavirus hasta problemas de movilidad.
Temprano a la tarde cuando llegó el anuncio de su delicado estado de salud, cientos de personas comenzaron a congregarse frente al Palacio de Buckingham, donde siguieron atentas las novedades y, cuando la bandera Union Jack en el Palacio se bajó a media asta, la multitud quedó inmóvil y en estado de shock: la reina había muerto.
Inmediatamente después, se inició el plan conocido como "Operación Puente de Londres", un protocolo secreto planeado hace años con los detalles sobre las primeras horas tras anunciarse el fallecimiento.
El plan es solo uno de varios estrictos procedimientos que se llevan a cabo cuando muere un miembro de la familia real y del que se fueron filtrando fragmentos a lo largo de los años.
El hijo y sucesor de la reina, el rey Carlos III, accedió al trono inmediatamente en el santuario del castillo de Balmoral, tras recibir el primer saludo de parte de la flamante primera ministra, Liz Truss, a quien la reina le había encargado formar gobierno apenas dos días antes en su condición de nueva líder del mayoritario Partido Conservador.
Una catarata de saludos y homenajes inundó el mundo entero, incluidas las voces de los principales líderes del planeta que se completaron temprano, en virtud de la diferencia horaria, con las muestras de dolor de los gobiernos de China (especialmente la excolonia británica de Hong Kong) y Japón.
El funeral
Se espera que el funeral de Estado de la reina tenga lugar en la Abadía de Westminster en menos de dos semanas, pero el día exacto será confirmado por el Palacio de Buckingham.
"Los detalles del funeral de Su Majestad la Reina y otros próximos eventos ceremoniales y conmemorativos en todo el Reino Unido se anunciarán a su debido tiempo", informó este viernes por la mañana el Gobierno británico. El último servicio fúnebre que se celebró en esa abadía fue el de la madre de la reina en 2002.
Se presume que el féretro saldrá de Balmoral para ser llevado por ruta al Palacio de Holyroodhouse, en Escocia, y, luego, a Londres. Al funeral se invitarán a los jefes de Estado de todo el mundo.