Rondas improvisadas de "God save the Queen" y lágrimas brotaron entre las miles de personas que se reunieron frente al Palacio de Buckingham cuando se conoció la noticia del fallecimiento de la reina Isabel II.
"Crecimos con ella siempre estando ahí", dijo entre lágrimas Margaret Parris, una consultora que viajó más de 30 kilómetros desde Epping, a las afueras de Londres, tras enterarse de que la monarca no se encontraba bien.
Isabel murió a los 96 años en su casa de Escocia, dejando a su hijo mayor, Carlos, de 73 años, como nuevo monarca del Reino Unido.
Un arco iris doble se elevó sobre el cielo de Londres poco antes de que el palacio publicara un aviso oficial de la muerte de Isabel en las puertas exteriores, que tanto los londinenses como los turistas clamaban por ver.
"Parecía que se estaba haciendo historia, así que corrimos hacia el palacio. Algo muy bueno para unas vacaciones", expresó Nabeel Dockrat, de 26 años, turista de Sudáfrica.
"Ella ha sido un ejemplo para todos nosotros y creo que la vamos a extrañar", dijo la magistrada Marianne Mason, de 66 años, quien terminó yendo al palacio cuando la lluvia suspendió un partido de cricket. "No estoy segura de que alguien más pudiera haberlo hecho, o lo hará", agregó. (Reuters)