Cientos de turistas se acercaron durante la jornada de ayer al Palacio de Buckingham en Londres y al Castillo Balmoral en Escocia en donde la Reina Isabel II pasaba los últimos días de sus vacaciones hasta que los médicos le indicaron que permanezca bajo supervisión. A horas de conocerse esa noticia los titulares se modificaron: había muerto la Reina más longeva en la historia del Reino Unido a los 96 años de edad. A principios de este año, la Reina Isabel II había celebrado su jubileo de platino que marca los 70 años desde su ascenso al trono británico, tras el fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952. Su reinado incluyó al Reino Unido y otros 15 reinos, y jefa de la Commonwealth, conformado por 54 naciones.
El martes de 6 de septiembre, la primera monarca había roto por primera vez en la historia el protocolo de recibir a un nuevo primer ministro en el Palacio de Buckingham y recibió a Mary Elizabeth Truss, líder del Partido Conservador y nueva primera ministra de Inglaterra, en el Castillo Balmoral –residencia de verano de la Reina- en donde se encontraba que ya en los últimos días había presentado algunos problemas de movilidad. Ese fue el último acto público que se conoció hasta que los medios de todo el mundo comenzaron a difundir la noticia de que su estado de salud era delicado, hoy a la mañana y, cerca de las 15, anunciaban su fallecimiento.
El príncipe Carlos, heredero al trono desde los tres años de edad, ahora es rey y será proclamado oficialmente en el Palacio de St. James en Londres tan pronto como sea posible. Isabel II fue fácilmente la jefa de estado más reconocible del mundo durante un reinado extraordinariamente largo. Hoy, las banderas de edificios emblemáticos en Gran Bretaña y en toda la Commonwealth se bajaron a media asta mientras se anunciaba un período de luto oficial.
Una infancia libre
La Reina Isabel II del Reino Unido fue bautizada como Elizabeth Alexandra Mary, nombres que hacían referencia a sus abuelas. Nació en Londres, el 21 de abril de 1926. A los 10 años, la vida de la pequeña “Lilibet”, como la llamaban cariñosamente puertas adentro, cambió rotundamente cuando su padre ascendió al trono tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII para casarse con Wallis Simpson, una mujer norteamericana divorciada dos veces. Ese evento la marcaría para siempre porque desde pequeña supo que debía hacerse cargo de tutelar el rumbo de los ingleses. Su título completo al nacer era Su Alteza Real la princesa Isabel de York. Estaba tercera en la línea de sucesión al trono detrás de su tío, Eduardo, príncipe de Gales y de su padre. A pesar de que su nacimiento produjo interés público, no se esperaba que fuera reina al tener en cuenta que el príncipe de Gales era joven y por lo tanto, muchos creyeron que se casaría y tendría hijos.
Isabel fue la primera hija del príncipe Alberto, duque de York (más tarde rey Jorge VI) y su esposa Isabel, duquesa de York (más tarde reina Isabel). Tuvo una única hermana, la princesa Margarita que nació cuatro años después que ella y quien fue su amiga y confidente. Desde un primer momento, al conocer su destino, Isabel acompañó a su padre desde que asumió en el trono.
1936 fue el año que su tío Eduardo abdicó al trono después de la crisis constitucional causada por su propuesta de matrimonio a Wallis Simpson, una mujer estadounidense que se había divorciado 2 veces. Legalmente el matrimonio no estaba prohibido pero los ministros le recomendaron que no lo hiciera, ya que el pueblo jamás la aceptaría como reina y, como monarca constitucional, Eduardo estaba obligado a aceptar el consejo de los ministros. Con la abdicación de Eduardo VIII, el padre de Isabel se convirtió en rey y ella en la heredera legal con el título de Su Alteza Real la joven princesa Isabel. En el mundo se vivía la Primera y Segunda Guerra Mundial
Isabel y Margarita pasaron su infancia entre castillos y palacios. Recibieron clases particulares en su casa. Aprendió francés, estudió historia, lenguaje, literatura y música bajo supervisión de su madre y Marion Crawford, su institutriz quien más adelante publicaría un libro titulado “The Little Princesses” (1950) que causó sensación en el público y sorpresa entre la realeza debido a la cercanía del vínculo. En el libro, su ex institutriz describió el amor de Isabel por los caballos y los perros, su disciplina y su actitud de responsabilidad, en su primera infancia.
A los tres años de asumir, sus padres realizaron una gira por Canadá y los Estados Unidos. En 1927, al año de nacer Isabel habían recorrido Australia y Nueva Zelanda y la pequeña había quedado al cuidado de sus niñeras. Lo mismo sucedió en 1939 cuando las pequeñas Isabel y Margarita permanecieron en Gran Bretaña porque sus padres pensaban que eran demasiado jóvenes para aquellos viajes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, 1939, Isabel y su hermana permanecieron en el castillo de Balmoral, en Escocia. Con 14 años la joven Isabel realizó su primera emisión de radio para el programa de la BBC Children's Hour, donde declaró: “Estamos tratando de hacer todo lo posible para ayudar a nuestros valientes marineros, soldados y pilotos, y también estamos tratando de llevar nuestra propia parte del peligro y la tristeza de la guerra. Sabemos, cada uno de nosotros, que al final todo estará bien”, dijo en una transmisión histórica.
A sus 13 años, Isabel comenzó un curso de estudio en casa con el vicerrector de Eton College, un centro educativo de referencia de Inglaterra, cerca del castillo de Windsor. Ese año conoció a quien sería su marido, el capitán cadete Felipe de Grecia en el colegio naval Royal Dartmouth. Anteriormente y para que esté contacto con otras niñas, los padres de Isabel la anotaron a sus once años en el programa Girls Guide, que incluía varias actividades que se enfocan en el desarrollo personal en las áreas de habilidades prácticas, desarrollo físico y relaciones con las personas, apropiadas para la edad y los intereses.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las princesas son trasladadas de residencia y comienzan sus apariciones en público como princesa y heredera del trono. En su cumpleaños número 16, Isabel participó de lo que sería su primer compromiso público cuando inspeccionó la Guardia de Granaderos, de la que había sido nombrada coronel en jefe. Más adelante, haría su primera visita al extranjero, a Sudáfrica, asegurando en un discurso que se dedicaría de lleno a la Commonwealth.
Un príncipe sin hogar
A los 13 años Isabel había conocido a Felipe de Grecia y Dinamarca y el flechazo ya había ocurrido por lo que se escribieron cartas desde entonces. Ambos eran sobrina y tío en tercer grado por parte del rey Christian IX de Dinamarca y primos terceros por parte de la reina Victoria.
Felipe era hijo de los príncipes Andrés de Grecia y Alicia de Battenberg. “Algunos de los consejeros del rey no lo creían suficientemente bueno para ella. Era un príncipe sin hogar ni reino”, dijo Marion Crawford la institutriz que la había acompañado desde niña en su libro. Felipe tuvo que renunciar a sus títulos griegos y daneses y convertirse de la ortodoxia griega al anglicanismo. Al casarse fue designado duque de Edimburgo y recibió el tratamiento de Su Alteza Real.El casamiento que se transmitió por radio en vivo fue “austero” para la época, corría 1947 y la Guerra había dejado una economía destrozada en Europa.
Al año, la joven pareja tuvo a su primer hijo un año después, Carlos nació el 14 de noviembre de 1948. Dos años después, en 1950, nació la princesa Ana.
La coronación
La salud del padre de Isabel, Jorge VI, empeoró durante 1951 cuando se le diagnosticó cáncer de pulmón. En aquel momento, Isabel lo reemplazó en prácticamente todos los actos públicos como, por ejemplo, una gira por Canadá y Estados Unidos en donde conocería al presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman en Washington. Cuentan los biógrafos de la familia real que su secretario privado, Martin Charteris, llevaba consigo la declaración de adhesión, en caso de que el rey muriera durante la gira.
Al año siguiente, a principios de 1952, Isabel y Felipe realizaron una gira por Australia, Nueva Zelanda y Kenia. El 6 de febrero recibieron la noticia de la muerte del rey y fue Felipe quien le comunicó la noticia a la nueva reina. Fue proclamada reina y la comitiva real se apresuró para regresar al Reino Unido, donde el matrimonio fue trasladado al palacio de Buckingham. Los hijos de ambos tomarían el nombre de la Casa de Windsor a pesar de las quejas de Felipe: “soy el único hombre en el país al cual no se le permite dar su apellido a sus propios hijos”.
Por primera vez en la historia británica, la coronación que se celebró en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953 se transmitió en vivo por televisión. La cobertura, dijeron los especialistas, fue fundamental para impulsarle popularidad al medio y a la monarquía.
“La Reina fue la roca sobre la que se construyó la Gran Bretaña moderna”
Qué se dijo hoy
Referentes de todo el mundo hablaron sobre las bondades de la monarca durante todos estos años con semblanzas que representan, básicamente, su vocación de servicio.
“Su majestad la reina es una parte muy importante de este país y para el mundo. La Reina Isabel II fue una roca en la cual la monarquía moderna se ha basado y ha hecho florecer a nuestro país. Durante su reinado, el Reino Unido es un mejor país. Ella luchó por la mancomunidad británica, conformando una familia de 56 naciones. Hoy somos una nación moderna y dinámica. La Reina Isabel II nos dio la estabilidad y la fortaleza que nosotros necesitábamos, era el espíritu de la Gran Bretaña y ese espíritu durará por siempre”, dijo la flamante primer ministro de Inglaterra, Mary Elizabeth Truss, líder del Partido Conservador. “Personalmente ha sido una inspiración para mí y para muchos británicos por la devoción a su deber es un ejemplo para todos. A principios de esta semana, a los 96 años, ella siguió determinada para cumplir con sus deberes cuando me nombró como la quinta primera ministra. Ha tocado las vidas de muchas personas en todo el mundo”.
“Australia ha perdido una guía sabia y alentadora”, dijo el primer ministro Anthony Albanese en homenaje a la Reina. Nueva Zelanda entró en período de luto mientras Jacinda Ardern rindió homenaje a la ‘extraordinaria’ Reina y la recordó como una persona “muy humana” que tuvo “coraje, compasión y humor”.
Así, el mundo entero y los países que conforman el Reino Unido y los países de la Mancomunidad de Naciones (The commonwealth) comenzaron a despedir a la monarca que se mantuvo durante 70 años en su reinado y murió ayer a los 96 años de edad.