Dos de los cuatro jóvenes que participaron del crimen de un guardiacárcel fueron condenados a seis años de prisión en un juicio abreviado. Por este caso, sólo queda que uno de los implicados enfrente a un tribunal, ya que el cuarto falleció en el enfrentamiento que tuvo con la víctima.
El 28 de marzo, cerca de las 22, en el barrio Imbaud, en El Colmenar, Luis Ramón Cáceres (51) y su hijo Enzo, estaban en una despensa realizando compras. Al lugar arribaron cuatro personas a bordo de una moto. Los acompañantes se bajaron y amenazaron al joven con un arma de fuego para que le entregara la moto que estaba cuidando.
Enzo Cáceres le entregó la llave, una mochila y el celular, pero antes de partir, uno de los asaltantes le disparó en el abdomen. Su padre, al observar lo que estaba sucediendo, y al identificarse como guardiacárcel se produjo un enfrentamiento. En la balacera murió Cáceres y resultó gravemente herido Nicolás Adrián Yapura, que terminó falleciendo en un centro asistencial.
En una investigación dirigida por el fiscal Carlos Sale, personal de Homicidios al mando de los comisarios Diego Bernachi y Jorge Dib, con el correr de los días detuvieron a los otros tres implicados en el caso. Fueron procesados Marcos Andrés Ruiz (24), Lucas Emiliano Rojas (22) y Mauro Miguel Sandoval (23).
Mariano Zelarayán, defensor de Ruiz; Silvia Furque, representante de Rojas, y personal de la Unidad Fiscal de Homicidios II, con la aceptación de la querella de la familia asumida por Manuel Pedernera, acordaron solucionar la situación procesal de estos dos imputados a través de un juicio abreviado.
En la audiencia, los imputados no sólo aceptaron su culpabilidad en el hecho, sino que aclararon cómo se había producido el hecho. “Nos juntamos en una cancha de Los Pocitos para ir a robar. Sabía que Sandoval tenía un arma, pero no que podría llegar a matar a alguien. Estoy muy arrepentido de todo lo que pasó”, declaró Rojas. “Cuando llegamos al lugar Sandoval y Yapura comenzaron a disparar. No pude ver bien, pero le dispararon al muchacho después de que les entregara las cosas”, añadió casi al borde del llanto.
Ruiz, el otro acusado, agregó otro detalle. “Cuando escuchamos los tiros nos fuimos porque no queríamos que pasara eso. Fuimos a robar, pero no a matar. Le pido disculpas a la familia”, señaló.
La auxiliar Luz Becerra, siguiendo las instrucciones de Sale, cambió la acusación que pesaba sobre estos dos imputados. Pidió que se los condenara a seis años de prisión por tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego y no como partícipes necesarios en el crimen de Cáceres. “Quedó demostrado que ellos manejaban la moto y que no dispararon y, al no tener antecedentes ni causas en su contra, debemos pensar en su reinserción social una vez que terminen de cumplir con su condena”, indicó. El acuerdo fue aceptado por el juez Diego Lammoglia y la sentencia quedó firme al anunciar todas las partes que no la impugnarían.
“Se deben destacar tres cosas: la primera, la celeridad en la que se llegó a una condena en un caso que movilizó a la provincia. Después, se trató de un fallo justo en contra de estas dos personas porque esa fue su participación en el hecho. Por último, con su testimonio, complicó al otro acusado”, indicó Pedernera.
Sandoval, el otro procesado, afrontará una dura acusación: homicidio en ocasión de robo criminis causae, es decir que mató para lograr la impunidad. Si llegara a ser encontrado culpable, será condenado a prisión perpetua. Becerra confirmó que están cerca de enjuiciarlo.