Sobre la legionella
06 Septiembre 2022

Enrique Zamudio

Ex ministro de Desarrollo Social

En los últimos 20 días se informó por distintos medios un brote de una enfermedad poco conocida en nuestro medio, que puso en acción por parte del Siprosa , el protocolo correspondiente, conociendo el lugar de origen de la bacteria causante del brote por una serie de datos sanitarios y una diligente gestión de epidemiologia. Considero que es necesario poner en alerta y conocimiento a los agentes de salud, al personal de diferentes instituciones (ONG, geriátricos, institutos penales, residencias de personas por diferentes motivos, hoteles, etc.) sobre quién es el causante de este brote, como también detalles acerca de cómo se transmite, cuál es su hábitat y demás pormenores de interés.

Escribo estos detalles con la intención de ser de alguna utilidad ante el inesperado flagelo.

La infección es producida por una bacteria conocida como legionella, que se conoció en 1976 en Filadelfia durante una convención de la Legión Americana, en la que se enfermaron varios integrantes de la reunión, y de allí tomó su denominación. Se trata de una neumonía por lo general bilateral cuya génesis se encuentra en diversos ambientes naturales y artificiales, como ser depósitos de agua dulce, piscinas climatizadas, conductos de aire acondicionado, fuentes artificiales, aguas estancadas, instalaciones de agua caliente sanitaria que se distribuyen por la red, sobre todo en las duchas, donde es más fácil la formación de las gotitas o aerosol. Se debe tener presente que la legionella desde su hábitat natural puede pasar a colonizar los sistemas de suministro de agua de la población. En el caso de Tucumán, que hoy nos preocupa, se conoce el nicho de la bacteria, lamentablemente detectado en un establecimiento sanitario, y el protocolo del Siprosa fue el adecuado a las circunstancias.

Es necesario el hábitat apropiado para su desarrollo y que se den las condiciones necesarias para que el agua contaminada se suspenda en el aire como aerosol y se infecte la persona al inhalar esas gotitas, que entran a las vías respiratorias, produciendo la patología conocida como neumonía, que tiene un período dos a 10 días de incubación y puede causar formas leves hasta patologías graves. Única forma de contagio entre personas. Vale decir, no es directa de persona a persona, sino por compartir ambientes o situaciones en las que se desarrolló el patógeno. Son importantes los antecedentes y la vulnerabilidad del paciente (fumadores, broncopatías crónicas, inmunodeprimidos, etc).

Los pacientes deben conocer los signos y síntomas para concurrir al centro asistencial más cercano a realizar la consulta. La legionella tiene síntomas parecidos a otras neumonías: tos, dificultad respiratoria, fiebre, dolores musculares, cefaleas, adinamia, escalofríos, sudoración, y puede asociarse a diarreas, náuseas u otros malestares digestivos. Por lo general las personas mayores de 50 años tienen mayor riesgo El médico realizará radiografía de tórax, análisis de orina, muestras de flema (esputo), y hasta un lavado bronquial si considera oportuno.

Todo está en un protocolo que el Siprosa lleva a cabo ante la mínima sospecha y que sería recomendable difundir en amplitud. Es importante conocer cómo prevenir esta enfermedad: Extremar la asepsia en los instrumentales de curación sobre todo en unidades de terapia intensiva, quirófanos, etc. Parece obvio, pero es necesario resaltar enfáticamente esto y exigir a las autoridades que extremen los controles.

Las medidas de control y prevención deben ir acompañadas de la debida educación sanitaria, insumos necesarios, vigilancia epidemiológica y la actuación de los agentes sanitarios.

Aparece recomendable tener en cuenta ciertas recomendaciones:

Lavado de filtros y cañerías de agua.

Uso de concentraciones adecuadas de cloro en tanques, piscinas, etc.

Procurar en lugares que sea posible, una temperatura de agua caliente no menos de 50 grados y la fría a 25 grados si es posible, de lo contrario tratar las instalaciones con biocidas, según las indicaciones de seguridad e higiene.

Como los patógenos colonizan en los cabezales de duchas, no descuidar la revisión y limpieza de ellos.

El uso de bañeras con hidromasajes también puede ser riesgoso.

Los acondicionadores de los automóviles y casas: conviene revisarlos.

Seguir las indicaciones sanitarias y de higiene que indique la OMS y las autoridades sanitarias locales.

Esta enfermedad está en todas partes del mundo, no es exclusiva de Tucumán.

Por último, es necesario seguir profundizando en el área los derechos de los pacientes a recibir una atención digna para su recuperación, respetando sus derechos humanos fundamentales a la vida, a la salud, a la integridad física, a la confidencialidad y a la integración familiar.

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