Personajes antagónicos que nacen a la sombra de la desconfianza

Personajes antagónicos que nacen a la sombra de la desconfianza

El corto local “Ahí vienen” ganó el festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo y ahora disputa el jujeño Cine de las Alturas. LA GACETA habló con uno de los directores de la película. La importancia de articular los vínculos entre instituciones. Relaciones en crisis.

EN EXTREMA TENSIÓN. Fernando Godoy compone a un almanecero de barrio desesperado ante los saqueos a comercios, como ocurrió en 2013. EN EXTREMA TENSIÓN. Fernando Godoy compone a un almanecero de barrio desesperado ante los saqueos a comercios, como ocurrió en 2013.

Hace poco más de un mes “Ahí vienen” se alzó con el premio del mejor cortometraje argentino en el Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo.

Ahora afronta un nuevo desafío: es una de las cuatro producciones tucumanas y de 12 en total que compiten en el mismo rubro, aunque acotado a la región NOA. Se trata del Festival Cine de las Alturas que se realiza hasta el 11 de este mes en Jujuy (ver “Por la estatuilla”).

El filme se inspiró en los saqueos producidos como consecuencia del autoacuartelamiento policial que dejó indefensa a la provincia en diciembre de 2013. Se centra en la relación entre un almacenero de un barrio popular y su empleado, en medio de una tensión creciente y desconfianzas que llegan a su punto máximo cuando la violencia se desata.

“Por su propuesta estética y narrativa, con una puesta de cámara que prioriza los tiempos de las actuaciones naturalistas por sobre la urgencia del montaje de acción, por su tratamiento sonoro fuera de campo que nos va sumergiendo en el peligro inminente”, justificó el jurado el premio otorgado en Tucumán.

“Rescatamos que el corto parte de un hecho del pasado reciente de la provincia, que movilizó a la sociedad tucumana y que cuenta con sensibilidad la relación de sus dos protagonistas, en donde la tensión, la crisis social y los prejuicios de clase están presentes”, agregó.

Trabajo arduo

Precisamente, uno de los directores de la película, Pedro Ponce, rescata el trabajo actoral con José Pereyra y Fernando Godoy como protagonistas, que se realizó para conseguir su objetivo.

“Fue arduo, desde el casting hasta el rodaje. No paramos de ensayar nunca, ni en el propio set de filmación. Queríamos que los actores encarnen el guión, que no lo repitan ni lo reciten sino que lo hagan suyo, por eso trabajamos mucho con el vínculo, con la asimetría. El elenco nos acompañó todo el tiempo con una predisposición, calidez y profesionalismo ejemplar. Nos concentramos en que ellos puedan estar inmiscuidos en esa atmósfera que queríamos construir”, confía a LA GACETA.

El realizador destaca: “la reacción del público fue muy buena”, y subraya: “hay muy buenas obras en la provincia y estamos contentos porque en el Festival se pudieron ver en una sala de cine y con un público que acompañó masivamente; se vendieron todas las entradas y es una muestra más de la necesidad de que en Tucumán es imperioso que se instrumente y aplique la ley de Fomento a la Actividad Audiovisual”. Esta norma fue numerada la semana pasada, lo que permitirá su reglamentación.

Mejores relaciones

“Siempre se puede articular mejor la relación entre la Escuela de Cine y la Licenciatura de Teatro de la UNT para preparar actores y actrices para el audiovisual. Creemos que hay que seguir dando pasos y establecer vínculos institucionales que promuevan esta comunicación. Son carreras hermanas y configuramos una comunidad. Hay muchos estilos actorales; la clave es el trabajo, la capacidad de adaptación, hallar juntos un cuerpo, un rostro y un tiempo en escena y la disciplina, y en este sentido tenemos la ventaja en Tucumán de tener artistas con una capacidad de trabajo extraordinaria. Luego, el tono para cine, si bien depende mucho de la propuesta estética de quien dirige y de la película, tiene sus especificidades que se alejan del tono convencional del teatro. El cine es el arte del tiempo en el espacio, un trabajo fragmentado que se hace una obra única. Los actores y actrices son parte fundamental de esa escultura”, puntualiza.

Una excusa

El codirector del corto, Lucas García Melo, aclara que “la huelga policial y los posteriores saqueos fueron en realidad una excusa para abordar un tema filosófico más complejo como es la otredad”. “Jean-Luc Nancy se refiere a ese otrx en carácter de extranjero y dice que ‘su llegada no cesa: él sigue llegando y no deja de ser en algún aspecto una intrusión: es decir, carece de derecho y de familiaridad, de acostumbramiento. En vez de ser una molestia, es una perturbación en la intimidad’”, añade.

“Esta breve historia de un patrón y su empleado nos sirve a modo de sinécdoque que puede llevar a un debate que desborde la situación particular de los saqueos; es decir, pensar el otrx no tan solo en cuestión de clase, sino también en sexualidad, color de piel, ideología política, religión, etcétera. José, el joven empleado, y Roque, el dueño del almacén, parecen ser sujetos antagónicos en primera instancia, están incómodos con la presencia del otro y al transcurrir el relato ambos pueden percibir que hay puntos en común entre ellos, que no son completamente ‘extranjeros’, como lo representamos en la escena del almuerzo, donde tienen un pequeño acercamiento que termina con un cordial brindis. Roque es un poco José, y José es un poco Roque. Esa relación entra en crisis con ‘eso’ que está por llegar”, describe.

- ¿Es un filme que habla del miedo, en definitiva, más que de la violencia?

- Sin dudas el miedo y la violencia son elementos latentes y visibles en nuestro cortometraje, pero me animaría a proponer otro concepto: el de la impotencia ante un futuro inhóspito con una juventud mundial precarizada, una riqueza cada vez más concentrada y un medio ambiente destruido, en donde la gobernanza política parece no poder controlar los automatismos financieros. Y ante la falta de una salida o alternativa posible lo primero que emerge es la violencia. El resurgimiento del suprematismo blanco en Estados Unidos o del neofascismo en Europa son solo algunos ejemplos de esta emergencia. El filósofo italiano Franco Bifo Berardi, en su libro “Autómata y caos”, parecía citar casi literalmente lo que sucede en “Ahí vienen”: como ya no es posible salvar al planeta o la raza humana, lo que tengo que hacer es salvarme a mí mismo y a mi familia, y conseguir un rifle de francotirador que me permita defender lo que tengo cuando lleguen las hordas de gente desesperada en fuga. Ante este aparente callejón sin salida que estamos transitando, lo único que podemos (debemos) hacer es tratar de trazar una sociedad empática, afectiva, alejada del imperativo de la acumulación, y que haga un esfuerzo por tratar de devenir otrx.

-¿Dónde se lo puede ver?

- Estamos trabajando junto a la distribuidora argentina FilmToFestivals, que se especializa en la distribución de cortometrajes. En estos momentos no está subido a ninguna plataforma, pero en un futuro cercano se lo podrá ver en Cine.ar Play y en Cont.ar.

- ¿Cuáles son las dificultades puntuales que hay para filmar en Tucumán?

- El sector audiovisual a nivel país está atravesando un momento crítico desde hace varios años. La gestión macrista, caracterizada por el poco incentivo a la producción independiente y federal, ha sido agudizada por la actual gestión, que culminó con la salida de Luis Puenzo. Producir en las provincias ha sido siempre más complicado, no es ninguna novedad decir que todo está concentrado en la Capital Federal. “Ahí vienen” fue el único filme del interior ganador del concurso Historias Breves del Incaa en 2018. La implementación plena de la ley de cine provincial es lo que nos hace falta para dar el último salto de calidad y acceder al dinero que necesitamos para realizar nuestras obras y cobrar el salario que nos merecemos por el trabajo que realizamos. Es sabido que en las provincias donde se cuenta con leyes de cine locales la producción audiovisual ha crecido determinantemente, y no dudamos que lo mismo va a suceder aquí en Tucumán. Ya contamos con grandes profesionales y cuadros técnicos con mucha experiencia, obras con recorrido nacional e internacional, y una Escuela de Cine que recibe cada año más alumnos y alumnas.

Por la estatuilla

Producciones locales en el certamen

Aparte de “Ahí vienen”, otros tres filmes tucumanos compiten en la categoría de mejor cortometraje regional en el Festival Cine en las Alturas de Jujuy, de un total de 12 producciones inscriptas. La grilla tiene además a “Un lugar limpio y bien iluminado” (foto), dirigido por Nelson Urdaneta sobre una obra de Ernest Hemingway, y con Mariano Quiroga, Esteban Stanich, José Espeche y Javier Maidana; “Mi mundito con monstruos”, de Fernando Gallucci y con guión y actuación de Salustiano Zavalía; y “Cómo suenan las burbujas”, realización de Melina Andrea Dulci interpretada por Valentina Bolea y Valentina Burgos.

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