Durante la mañana de hoy el titular de la cartera sanitaria de Tucumán, Luis Medina Ruiz, confirmó la cuarta muerte por neumonía bilateral, al tiempo que la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, ratificó que según los resultados del instituto Malbrán, todos los contagios corresponden a una infección ocasionada por la bacteria legionella.
Frente a este panorama, resulta necesario tener en cuenta un par de consideraciones para evitar la propagación de la bacteria, que si bien no se transmite de persona a persona, sí puede reproducirse en determinados lugares, poniendo en riesgo la salud de los habitantes. Se consideran instalaciones con riesgo de transmisión de legionella a aquellas que permitan la supervivencia, crecimiento y multiplicación de la bacteria y que formen y emitan aerosoles: grifos, duchas, bañeras de hidromasaje, etc.
En este sentido, se las puede calificar en dos tipos:
Instalaciones individuales
Las instalaciones de mayor riesgo son las de agua caliente sanitaria, si dispone de acumulación de agua caliente, que actúan como reservorio y amplificadores de la bacteria, desde dónde se distribuye por la red de tuberías hasta las duchas dónde se forman los aerosoles que podemos respirar. El riesgo en domicilios y viviendas particulares es bajo.
Instalaciones comunitarias
Agua corriente centralizada con depósitos comunitarios de almacenamiento de agua caliente y distribución a las viviendas, pueden suponer un foco de infección y colonizar desde allí las duchas de las viviendas. El riesgo en instalaciones comunitarias puede ser mayor y requieren de un correcto mantenimiento.
Por su parte, los sistemas de producción instantánea de agua caliente sin depósito acumulador- calentadores no conllevan riesgo.
¿Qué medidas se pueden adoptar para prevenir la presencia y proliferación de legionella?
Se debe evitar el estancamiento del agua, el acumulo de nutrientes y el rango de temperaturas en el cual la bacteria se desarrolla. En cuanto a las instalaciones, las medidas se aplicarán en las instalaciones de la comunidad y en las viviendas particulares.
Si el edificio cuenta con depósitos, aljibes o tanques de reserva de agua fría de consumo humano: se recomienda establecer un programa de mantenimiento que incluya al menos:
- La comprobación de su estado, estructura.
- Deberán estar protegidos del calor excesivo y la de contaminación, se recomienda taparlos con una cubierta impermeable.
- Es importante que dispongan de algún sistema de renovación continua del agua, con entrada, salida, rebosadero y purga.
- Como norma general, se recomienda limpiarlos y desinfectarlos una vez al año.
Si el edificio dispone de un sistema de agua caliente centralizado: será necesario establecer un programa de mantenimiento, realizado por la comunidad o concertándolo con una empresa autorizada, que incluya la limpieza de los tanques y tratamientos anuales de carácter preventivo.
Si la vivienda dispone de un termo eléctrico o caldera de combustión con acumulador: se recomienda mantener la temperatura del acumulador por encima de los 60ºC y no apagarlo en horario nocturno.
En los elementos terminales de la red (grifos y duchas de la vivienda):
- Se recomienda evitar el uso de filtros y accesorios innecesarios, si existen deberá extremar su limpieza.
- Utilizar difusores de gota gruesa sobre todo en duchas.
- Purgar semanalmente aquellos grifos con poco uso, dejando correr el agua unos 5 minutos.
- Al menos una vez al año se recomienda desmontar los difusores y/o filtros y desinfectarlos, sumergiéndolos por ejemplo en lejía diluida.
- Eliminar las incrustaciones de cal mediante la aplicación de productos adecuados (vinagre y otros productos antical).
Si dispone de jacuzzis o bañeras de hidromasaje: se recomienda limpiar y desinfectar la bañera después de cada uso.
Si dispone de equipos de aire acondicionado: se recomienda que una vez al año limpie las bandejas de recogida de condensados y las desinfecte con lejía diluida.