Artes visuales: Carlota Beltrame crea con “experiencia Tucumán”

Artes visuales: Carlota Beltrame crea con “experiencia Tucumán”

La artista es distinguida por la Fundación Konex. Con poéticas contemporáneas, conservan la voz local. Instalaciones y objetos.

RECONOCIMIENTO. Con una vasta trayectoria, Beltrame investiga diferentes materiales para sus obras.  RECONOCIMIENTO. Con una vasta trayectoria, Beltrame investiga diferentes materiales para sus obras.

Carlota Beltrame comenzó a exponer sus obras hace más de 30 años. Objetos, instalaciones, textil, y, por supuesto dibujos y diseños. Del cuero de vaca y la estructura de alambre y el mármol hasta los tejidos de randa, pasando por instalaciones de luz, la artista califica como investigadora de los propios materiales que utiliza. Además de la propia historia de arte local (véase su compilación ‘Manual de arte contemporáneo’). Cursos, clínicas y seminarios, muchos en el exterior, han enriquecido seguramente su formación y producción. Así como su rol de gestora y docente de la Facultad de Artes. Las randas textiles de este milenio tienen tanto peso como la pistola en rodocrosita, una gorra militar en ónix o una cachiporra en mármol de Carrara que son piezas de los 90. Con su instalación “La utopía” obtuvo el primer premio en el Salón Nacional de Artes Visuales (2018) y este año la Fundación Konex le otorga el diploma al mérito en una ceremonia que se efectuara el próximo mes (Gabriel Chaile, Lulú Lobo y Tomás Saraceno, figuran igualmente en la lista de reconocidos).

Toda su obra está atravesada por un relato político, a veces, de modo expreso. Pero también por una necesidad de manifestar su lugar, la que denomina “experiencia Tucumán”. Si bien se ve, ambas líneas de trabajo no son opuestas. La doctora fue entrevistada por LA GACETA y aseguró que las poéticas contemporáneas en esta provincia “conservan el color de su propia voz”.

- En estos últimos 10 años, ¿cuáles obras fueron las más importantes para vos, y por qué?

- Tengo que decir que la primera sorprendida en recibir este premio he sido yo misma pues no me considero a la altura de muchos de los artistas con los que comparto esta distinción, a quienes admiro. Sin embargo, sospecho que mi “obra” ha sido evaluada como una conjunción de cosas ya que mi trabajo se caracteriza por la producción de objetos y por una mezcla de acciones de gestión en el mundo de las artes visuales tucumanas. Por ejemplo, con el patrocinio del Estado nacional y provincial pude editar y publicar el Manual Tucumán de arte contemporáneo que se ha convertido en un texto consultado por investigadores de todo el país y tengo en espera otro sobre fotografía tucumana acompañado por textos de análisis histórico y estético de excelencia. Son tan parte de mi obra como La Utopía, el políptico de 28 traducciones en randa de pintadas logotipos, isotipos y textos políticos, que ganó en primer premio del Salón Nacional de Artes Visuales, en 2018. Estas producciones son muy valiosas para mí porque dan cuenta del contexto espacio-temporal al que pertenezco.

BELTRAME. “La pintura no es una materia pendiente”, señaló. BELTRAME. “La pintura no es una materia pendiente”, señaló.

- Hay una insistencia en definir el mapa de la provincia en algunos trabajos ¿Sería como plantear otro modo de ´tucumanidad´ o algo así? En tal caso, qué sería esa tucumanidad para los artistas en general.

- Tanto como un mero calco de su geografía política como por alusiones más conceptuales, casi siempre trabajo con la “experiencia Tucumán” en mi cabeza, pero no sé si existe una “tucumanidad”. Creo en cambio en “aires de familia” que se perciben en rasgos generales como los pautados por la economía local. Ésta no da lugar a que surjan artistas que trabajen con la complejidad tecnológica y la escala de las obras de Richard Serra o de las de Jeff Koons, por ejemplo, pero sí permite que surjan artistas como Gabriel Chaile, que trabaja con barro; Lucrecia Lionti que cose textiles de un aspecto tan mágico como precario o Agustín González Goytía en cuyas pinturas podemos reconocer rincones de nuestro paisaje urbano. En todo caso, durante las últimas décadas, el arte tucumano ha demostrado que puede abordar poéticas contemporáneas conservando simultáneamente el color de su propia voz. Me identifico con esto, que considero un gran logro del arte contemporáneo local.

- La pintura es una materia pendiente para vos, o me equivoco…El objeto, la escultura, el arte textil y la instalación son tus preferidos… ¿por qué te sientes más cómodos con ellos?

- No creo que la pintura sea para mí una materia pendiente porque yo trabajo con los materiales/soporte en tanto significantes. Quiero decir, si por ejemplo elijo hacer traducciones a la técnica de la randa de fotografías documentales, es porque este textil llega a mí con su propio discurso, esto es, carece del grado de neutralidad discursiva del óleo, la témpera o el acrílico, entendidos como medios pictóricos que son universales. Lo mismo ocurrió cuando elegí hacer escultura en rodocrosita o cubrir con plomo los típicos pañuelitos tucumanos que se venden en las casas de artesanías. En efecto, simbólica y semánticamente el plomo es un material muy cargado, en cambio los genéricos “rojo de cadmio” o el “tierra de Siena tostada” no lo son. Puedo comprarlos en cualquier lugar, muchas marcas los fabrican y con ellos se puede pintar cualquier tipo de imagen. En cuanto a la instalación, aparece por la propia demanda de la idea que estoy trabajando y porque me gusta que los espectadores sientan que al entrar en el espacio que les propongo, ingresan de algún modo en otra dimensión.

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