Entrañable mirada a los secretos detrás de escena

Entrañable mirada a los secretos detrás de escena

Estrenan “Un ensayo sobre La Negra y El Negro” en la Sociedad Francesa, una reescritura de dos obras de Oscar Quiroga sobre lo que no se ve en función.

PERSONAJES QUERIBLES. La Negra y El Negro reconstruyen lo que pasa mientras se monta una obra teatral. PERSONAJES QUERIBLES. La Negra y El Negro reconstruyen lo que pasa mientras se monta una obra teatral.

“Laburar con artistas es un tema: que se pelean, que se presumen, que piden la escenografÍa con dos dÍas de anticipación. Llegan tarde y se van corriendo a otro ensayo”, afirma El Negro. Pero La Negra mira la situación de modo distinto: para ella “la cosa pasa por otro lado”, y entre bambalinas escucha los ensayos  y hasta se anima a reproducir los diálogos.

Ese mundo de los que no se ven cuando uno pisa un teatro fue retratado hace décadas por Oscar Quiroga en distintas obras memorables. A partir de dos de ellas, “La fiesta” y “La casa querida” (ambas de 1980), con humor, complicidad y vuelo propio de los personajes y sus historias, se construyó “Ensayo sobre la Negra y el Negro”, la propuesta que hoy a las 21 se estrenará en la Sociedad Francesa (San Juan 751), con actuaciones de Ruth Plaate y Matías Vega Guerrero y la dirección de LucÍa Dz González, con asistencia de Solana Alonso.

De alguna forma los referentes de los escenarios tucumanos como los entrañables La María y El Gamuza reviven para contar lo que pasa en una sala cuando el público no está, en el siempre atractivo desafío del teatro dentro del teatro. “Lo interesante es tomarlo como un juego de niños y quitarnos el peso de hacer del arte escénico un hecho -solamente- elevado e intelectual. Jugar de esa forma nos permite reírnos de nosotres como artistas, de los actores y actrices, de lo que hacemos al actuar, de lo que sentimos, de la famosa convención”, afirma la directora.

- ¿Eso permite un desdoblamiento de los artistas que encaran el proyecto?

- En parte si, nos lo permitimos. Jugamos entrar y salir de esa convención teatral clásica todo el tiempo.

- ¿Cómo encararon el proyecto de reescritura de las obras del Quiroga?

- En 2017 conocimos los textos de Quiroga y con Matías trabajamos fragmentos de las dos obras que elegimos. Matías había quedado enganchado de las escenas y sobre todo de los personajes y me propuso volver a trabajarlos. Charlamos bastante, escribimos el proyecto para el Instituto Nacional de Teatro y empezamos a trabajar al poco tiempo con Solana y Ruth. En un primer momento pensamos actualizar a La María y El Gamuza pero sentimos cierto peso y respeto que acababa por inhibirnos. A partir de decidir corrernos de esos personajes, pero abordarlos desde una clara referencia, fue posible jugar con sus historias, con lo que pensábamos que podían opinar, con su forma de ver el escenario, con su dulzura y su percepción. Y conjugadas con nuestra propia dramaturgia y los universos de una generación que no vio a Quiroga y vimos a Rosita Ávila (quienes los interpretaban) mucho más grande, construimos a La Negra y El Negro.

- ¿Qué les interesó de sus textos?

- Tomamos el espíritu de esos personajes, sus roles dentro del teatro para poder opinar sobre lo que hacemos. La posibilidad de jugar y de reírnos del teatro, de los fantasmas, de lo que se dice del teatro, de lo que pasa en el pasillo y en el escenario. Su ingenuidad, sus certezas y su alegría aún en situaciones complicadas es una postura frente a las circunstancias que se viven. Disfrutan de lo que hacen, del vínculo con los espectadores y de la actuación misma. Tenemos cierta impunidad para jugar en escena y entrar y salir de las estructuras de la obra.

- ¿Hablar de “los de abajo” permite pensar en “los de arriba”?

- La Negra y El Negro vienen de ese abajo y plantean algunos privilegios de los de arriba, en la vida y en el arte, como la problemática de la vivienda propia.

- ¿Qué le aportó Oscar al teatro local y regional?

- Quiroga y Nuestro Teatro fueron un faro en el teatro de la provincia. Creó el primero de los grupos de teatro independiente con una trayectoria y proyección notable sobre el público. Una generación completa recuerda con cariño las apariciones de La María, el público esperaba con ansias esas funciones. Creo que el teatro independiente desciende orgullosamente de esos trabajadores y personajes.

- ¿Cuántos María y Gamuza conociste?

- Varios. Antoine (un Gamuza bien refinado y elegante), que hace tiempo que no lo veo; el querido Fer Lampasona que siempre estaban en la sala Groussac, testigos de la vorágine y la decadencia de ese espacio, ayudando, dando una mano, cuidando el espacio y los materiales. Siempre hay Gamuzas y Marías en los teatros oficiales que miran desde otro lugar y son los que verdaderamente conocen los secretos del lugar. También debe haberlos en otros sitios donde se pasa muchas horas... Saben todo de un ambiente sin ser su cara visible.

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