La Ciudadela cambia su cara prácticamente todos los días. Las obras que desde hace tiempo viene realizando la comisión directiva “santa” hace que en cada partido los hinchas se topen con una nueva sorpresa. Y así, como el estadio va mutando, mostrándose renovado, anoche el equipo también cambió su semblante. El rendimiento se asemejó al mejor que mostró en la temporada y San Martín volvió a ganar luego de cuatro partidos y en un momento clave.
Se pedía comunión entre las partes para afrontar la recta final del torneo y en esta ocasión la hubo. La hinchada volvió a colmar las tribunas, armó la fiesta y el equipo puso el fútbol, los goles y la fiesta fue completa.
El hambre voraz que se necesita para ir por el gran objetivo planteado a inicios del campeonato volvió a escena y una muestra clara de ella fue que antes de los siete minutos el “Santo” ya había generado dos situaciones clarísimas para ponerse en ventaja. Juan Miritello no pudo empujar al gol, primero una asistencia de Federico Jourdan luego de una muy buena jugada colectiva, y ahí nomás su cabezazo se fue alto tras otro pase del “7” bravo; esta vez de cabeza.
Jourdan marcó el camino del triunfo a la salida de una jugada de pelota parada y el juego ahí se quebró; porque Güemes ya se había quedado con un hombre menos debido a la expulsión de su central Gabriel Fernández, quien pegó una patada irresponsable a Brian Andrada antes de los 10’.
El “Gaucho” no fue rival para un “Santo” astuto, metido en el partido, que desplegó su mejor fútbol y no marcó más goles antes de irse al descanso sólo porque estuvo algo errático en el último pase. Nada más que por ello.
El segundo tiempo fue un monólogo del dueño casa. Toque, rotación, “pimienta” en los metros finales y lluvia de goles fueron los ingredientes de una noche perfecta que llegó a tiempo, en el momento preciso para recobrar la memoria de cara a la etapa decisiva del campeonato.
A San Martín todo le salió perfecto. Aprovechó que Instituto no había podido vencer como local a Villa Dálmine, en el juego que puso en marcha la fecha y quedó como único escolta. De paso, le metió algo de presión al líder Belgrano, que hoy visita en Carlos Casares a Agropecuario.
Una vez más, el “Santo” demostró que se siente cómodo cuando abre el partido rápido. Porque toma la pelota y apela al juego que mejor sabe hacer.
Así encontró los espacios para florearse y estuvo lúcido en ataque para desatar el vendaval de goles y para que el viernes termine de la mejor manera posible en Bolívar y Pellegrini.
Pablo De Muner movió el banco y los ingresados mostraron que también pueden ser importantes. Mauro Verón estuvo cerca de aportar un gol y generó el penal que Iván Maggi cambió por gol. Iván Navarro y Leonardo Monroy mostraron lo suyo y Gustavo Abregú ratificó lo que viene haciendo.
Sí; San Martín recobró la memoria, volvió a ganar y no piensa bajase de la pelea. ¡Bingo!