El agua de lluvia está contaminada en todo el mundo

El agua de lluvia está contaminada en todo el mundo

Investigadores de la Universidad de Estocolmo sostienen que, sin importar qué tan lejos se produzcan las precipitaciones de las grandes ciudades, es tóxica e imposible de beber.

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El 2 de agosto pasado, un grupo de investigadores de la Universidad de Estocolmo (Suecia) presentó una investigación que, si fuera un libro, ya se habría convertido en un best-seller internacional. Cientos de medios de todo el mundo se hicieron eco de la noticia y los investigadores fueron consultados por el impacto e incidencia de ese estudio. Desde su publicación hace unas pocas semanas ese trabajo (“Outside the safe operating space of a new planetary boundary for per and polyfluoroalkyl substances”, reconocidas por la sigla PFAS) firmada por Ian T. Cousins, Jana H. Johansson, Matthew E. Salter, Bo Sha y Martin Scheringer, fue descargado más de 175.000 veces. Es una cifra inédita para un artículo que habla sobre cómo el planeta Tierra ha llegado a un nuevo límite y cómo los niveles de sustancias nocivas en la lluvia, el agua y los suelos ha excedido los niveles seguros.

Ian Cousins, profesor del Departamento de Ciencias Ambientales en la Universidad de Estocolmo, fue el principal autor de la investigación que determinó que los niveles de algunos PFAS dañinos en la atmósfera no están disminuyendo notablemente a pesar de que el principal fabricante, 3M, los eliminó gradualmente hace ya dos décadas.

Se sabe que las PFAS, sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, son sustancias químicas peligrosas creadas por el hombre que se propagan globalmente en la atmósfera y son altamente persistentes. Pero su presencia continua también se debe a propiedades y procesos naturales, que reciclan continuamente las PFAS de regreso a la atmósfera desde el entorno de la superficie. Un proceso de ciclo natural importante para PFAS es el transporte del agua de mar al aire marino mediante aerosoles marinos, que es otra área de investigación activa para el equipo de la Universidad de Estocolmo, quienes vienen realizado trabajos de laboratorio y de campo sobre la presencia atmosférica y el transporte de PFAS durante la última década.

“En el agua potable, en los últimos 20 años notamos una importante disminución de los valores de referencia para PFAS. Por ejemplo, el valor de referencia del agua potable para una sustancia bien conocida en la clase de PFAS, a saber, el ácido perfluorooctanoico (PFOA), que causa cáncer, ha disminuido 37,5 millones de veces en Estados Unidos”, dijo Cousins a LA GACETA. Y agregó: “según las últimas pautas de Estados Unidos para PFOA en el agua potable, el agua de lluvia en todas partes se consideraría insegura para beber”. Si bien no solemos beber agua de lluvia, muchas personas en todo el mundo esperan que sea segura y este estudio determina que no es así.

Los PFAS son un grupo de aproximadamente 5.000 productos químicos que se fabrican por sus propiedades resistentes al aceite y al agua y se incluyen en productos como alfombrados, cuero y ropa, textiles, papel y materiales para envasar, así como baterías de cocina antiadherentes. Las PFAS se han asociado con una amplia gama de daños graves para la salud, incluidos el cáncer, problemas de aprendizaje y de conducta en los niños, infertilidad y complicaciones del embarazo, aumento del colesterol y otros problemas del sistema inmunitario, apunta Cousins.

 INVESTIGADOR. Ian Cousins habló con LA GACETA desde Estocolmo.  INVESTIGADOR. Ian Cousins habló con LA GACETA desde Estocolmo.

- ¿Cómo fueron estas últimas semanas con la repercusión que tuvo su investigación?

- Fueron semanas realmente intensas, no estaba preparado para salir en medios como la televisión y la radio. He recibido cientos de correos electrónicos, así que es un aprendizaje. Me siento un científico que se convirtió en una celebridad de la noche a la mañana.

- ¿Qué sabemos en concreto de los PFAS?

- Son un gran grupo de sustancias hechas por el hombre que se fabricaron por primera vez en 1950, por lo que se han utilizado durante unos 70 años en procesos industriales y también en productos de consumo. Se han utilizado a menudo en el teflón, por ejemplo. Hay más de 200 usos diferentes de PFAS y hay muchos miles de sustancias fluoradas y esto los hace extremadamente persistentes en el medio ambiente. No se espera que se degraden en absoluto en el medio ambiente y algunos de ellos también son biocumulativos, lo que significa que se acumulan en concentraciones en la vida silvestre y humanos. Lo hacen en concentraciones más altas en el entorno en el que residen estas personas y también pueden tener una amplia gama de diferentes efectos tóxicos.

- ¿Qué es lo que les llamó más la atención durante la investigación?

- Hemos estado monitoreando los niveles de PFAS en el agua de lluvia pero también en otros medios a lo largo de los años y lo que hemos notado es que los niveles en el medio ambiente de cuatro PFAS que estudiamos han sido relativamente estables. En el agua de lluvia, en los últimos 10, 15 años, vimos niveles razonablemente estables. Lo que sucedió es que nuestro conocimiento sobre la toxicidad ha aumentado en los últimos 20 años desde que comenzamos a estudiar estas sustancias. Hoy hay avisos de salud o pautas sobre cómo debe ser el agua potable y con este estudio pensamos: ¿cómo vamos a lograr estas pautas si estos productos químicos ya están en todas partes? Encontramos niveles de PFAS que son denominados “no seguros” en el suelo, el agua de lluvia, ¡en todas partes!

- ¿Hemos llegado al límite de acumulación de PFAS en nuestro planeta?

- Hay diferentes límites planetarios como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la capa de ozono. Por eso estuvimos interesados en medir el límite de contaminación química y ver si se está excediendo o no. En esta investigación observamos que los niveles de PFAS en el agua de lluvia en todo el planeta se aprecian por encima del nuevo aviso de agua potable establecido por la EPA de Estados Unidos. Esto significa que incluso en la precipitación de la meseta tibetana existen y que no puedes evitar estar expuesto a estos productos químicos a niveles que podrían considerarse inseguros donde sea que estés en el planeta.

- ¿Y entonces?

- Los límites planetarios son irreversibles. Es difícil saber exactamente cuál es la escala de tiempo de recuperación, pero estamos pensando en décadas, porque estos químicos están circulando entre la superficie y la atmósfera y la única forma en que se pueden reducir sus niveles es si se diluyen en los océanos profundos -un mecanismo muy complejo-. Esto va a tomar décadas.

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