

Antes de la pandemia, los expertos consideraban al mundo del trabajo como volátil, incierto, complejo y ambiguo. Todo lo sucedido a partir de 2020 modificó el paradigma de esos cambios que ya se vislumbraban. “Ahí usamos la frase BANI. La B significa que el mundo es Bien frágil; la A, que esa fragilidad nos trae Ansiedad; la N que habla de los cambios que son No lineales; y la I, que todo eso trae Incomprensibilidad. Ya no abordamos los diferentes fenómenos de manera tradicional. Hoy debemos tener presente la teoría del caos, porque no hay nada regulado ni establecido. Todo va cambiando caóticamente y lo que necesitamos es la capacidad de adaptarnos muy velozmente a cada una de las distintas situaciones que se nos van presentando”, explica a LA GACETA Alejandro Melamed, autor de “El futuro del trabajo ya llegó” (Selló Paidós, Ed. Planeta).
En 2017 Melamed había publicado “El futuro del trabajo”, ensayo en el que analizaba y proyectaba las tendencias en el mundo laboral. La pandemia llegó y aceleró todos esos procesos que se proyectaban entonces para los siguientes 20 años. “Todo se hizo realidad muy rápidamente. Hoy estamos viviendo lo que hubiéramos pensado a largo plazo -detalla-. Ahora la pregunta es si todos estos cambios llegaron para quedarse”.
Melamed es coach ejecutivo y confidential advisor, asesora a empresas y analiza el lado humano de la transformación digital y el liderazgo con propósito. Es columnista de radio en “Perros de la calle” (Urbana Play), contador público y doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Buenos Aires.
- Con los cambios producidos durante estos últimos años, ¿hubo alguna generación que salió desfavorecida?
- Todos los que vivimos el fenómeno del coronavirus pertenecemos a lo que se llama la Generación C, de la covid-19. Dentro de ella hay diferentes rangos etarios que han tenido reacciones diferentes. Los millennials y centennials, generaciones X e Y, han tenido una adaptación mucho más veloz. La Generación Z, nacidos desde la mitad de la década de 1990 a mediados de la década de 2000, por otra parte, son los “inmigrantes digitales”, tuvieron otra expectativa que hoy se traduce a la paradoja de la nitidez.
- ¿Qué es la paradoja de la nitidez?
- Por un lado quieren trabajar en su casa, por la comodidad, pero por otro desean tener espacios de socialización dentro del trabajo. Hoy ya no se discute si el modelo será híbrido o no, sino qué tonalidad de hibridez tendrá: ¿las elige el empleado? ¿Dos días a la semana en la oficina o dos días en casa? Hay muchas opciones que las empresas que pueden hacerlo, porque la naturaleza de su negocio así lo permite, lo están organizando.
- ¿La modalidad home office repercute en el rendimiento?
- En todo esto hay que analizar qué sucede con quienes lideran las empresas. Si quienes toman las decisiones tenían una actitud tendiente hacia la presencialidad, seguramente habrá un mandato de presencia. Sin embargo, la clave es entender cuál es la razón por la cual las personas deberían ir a la oficina y qué entendemos por productividad. Hay informes que revelan que los empleados que trabajan desde su casa, en promedio, trabajan 48 minutos más por día porque hay una predisposición a tratar de cumplir con todo. Pero claro, hay que ver la actitud que cada uno tiene con respecto al trabajo. Sí está claro que hay que generar una propuesta de valor de la oficina, es decir, generar una buena razón para ir a la oficina o quedarte en casa.
- ¿Qué significa el “empleo sustentable” que mencionás en tu libro?
- La sostenibilidad es generar los procesos para que el trabajo sea viable en el día de hoy y que se pueda sostener en el tiempo. Cuando hablamos de empleabilidad es la habilidad de tener empleo hoy, mañana, dentro de tres años y cinco años. Para incrementar la empleabilidad lo que tenemos que hacer es capacitar a las personas en esas habilidades que les van a servir para desempeñarse en ese momento, a través del tiempo y en diferentes tipos de circunstancias, adaptándose a cada uno de los momentos que se vayan presentando.
- ¿Las jerarquías se modificarán dentro de las organizaciones? ¿Habrá más horizontalidad?
- El trabajo del futuro trae más horizontalidad, absolutamente. Parte de la evolución que hay desde la pandemia es que muchas personas de niveles intermedios de las empresas solamente generan trabajo para justificar esos lugares. Lo que hoy se está pensando en las empresas es que habrá dos tipos de niveles: un nivel estratégico y otro operativo. Cuando el nivel operativo tiene los conocimientos, habilidades y capacidades no se requiere estar controlando tanto. Hoy se habla de crecimiento horizontal, es decir, la posibilidad de ir creciendo en responsabilidades, en remuneraciones, posicionamiento y no solamente por el ascenso a un nivel jerárquico superior, sino también por la profundización de las responsabilidades dentro del nivel actual. Ya vamos a dejar de pensar en organizaciones con modelos como triángulos para pasar a círculos con mucha más agilidad y adaptabilidad a cada una de las situaciones. Ahí se genera un sistema de liderazgo que va rotando en función de cada una de las oportunidades que se presentan.
- ¿Cómo debemos planificar nuestra carrera profesional con los cambios que se registraron en estos tiempos?
- A mí no me gusta hablar de carrera sino de trayectoria profesional. Me gusta pensar en la imagen de una cinta de correr en donde la cinta corre cada vez más rápido todo el tiempo. Si nosotros no tenemos la agilidad para adaptarnos, la cinta nos termina devorando. Eso pasa en el mundo laboral. Hoy no hay ninguna actividad, ningún tipo de tarea, que no requiera actualización permanente. Desde las tareas más básicas a las más complejas, todos los integrantes de una cadena productiva tienen que tener esa capacidad de reentrenarse y seguir capacitándose. Se terminó la idea tradicional de una carrera para toda la vida, un trabajo para toda la vida. Lo que existe son múltiples tareas y múltiples trabajos durante toda la vida, por eso me gusta hablar más de trayectorias que de carrera, porque la carrera es correr contra otro y la trayectoria es una construcción constante que cada uno de nosotros va haciendo permanentemente.
- ¿Cómo nos podemos preparar para el trabajo del futuro?
- Todos tendremos que aprender cosas nuevas, el aprendizaje será constante y permanente. La preparación para el trabajo del futuro tiene que ver con esa capacidad de estar abierto -a través de la curiosidad- a todo lo nuevo. Los planos en los cuales tenemos que abordarlo son tres: el primero es entender que toda actividad requiere ciencia de datos y cada vez se toma mayor cantidad de decisiones a partir de la conversión de los datos en información. El segundo punto es que tengamos presente a las nuevas tecnologías, que son un puente que nos permite acceder a todo lo que se viene. Tenemos que abrazar a las tecnologías. Y, el tercer aspecto que seguramente es el más importante, es lo que se llama el desarrollo de las capacidades humanas: comunicación, interacción, influencia, empatía, liderazgo, negociación, creatividad de innovación, es decir, son esas características que no serán reemplazadas por ningún robot. Más que pensar en posiciones de trabajo hoy hay que pensar en las personas. ¿Qué significa esto? A veces las luchas de los distintos sectores sociales es sostener determinados puestos laborales, aunque lo que realmente importa es la auténtica preocupación por cada persona para que pueda desplegar su mejor versión y dar lo mejor de sí en cualquier lugar.
- ¿Cómo observa el fenómeno de las nuevas generaciones que buscan, por ejemplo, realizar tareas de oficio y priorizan viajar por el mundo, trabajar en otros países?
- Estamos acostumbrados a pensar mucho más en la finitud del trabajo y en tratar de construir para mañana y las nuevas generaciones piensan más en el hoy. Quieren pasarla bien, disfrutar el momento y entienden que el trabajo es una faceta más de nuestra vida, no es la única. Ellos hacen lo que se llama “trabajaciones”, mitad trabajo y mitad vacaciones. Las empresas tienen que entender también esto. La tecnología hoy permite trabajar en cualquier lado, desde la playa, por mencionar un ejemplo. Ellos, tal vez, estén más preparados para los cambios repentinos, nacieron en un mundo más globalizado y están a un clic de todo. Estamos asistiendo a una serie de fenómenos que cambian totalmente la naturaleza tradicional de las conexiones entre seres humanos. Sí es cierto que ellos van a tener que trabajar muchos más años, porque la expectativa de vida va creciendo.