Rusia aseguró hoy que podría cerrar la mayor central nuclear de Europa después de que fue bombardeada en el frente en Ucrania, una medida que, según Kiev, aumentaría el riesgo de una catástrofe nuclear en ese país.
Moscú también rechazó los llamamientos internacionales para crear una zona desmilitarizada en torno a la central nuclear de Zaporiyia, de la que se apoderó a principios de la guerra y que sigue siendo operada por ingenieros ucranianos bajo ocupación rusa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, que discutió la situación de la central con el secretario general de la ONU, António Guterres, que estaba de visita en Leópolis, pidió a Naciones Unidas que garantizace su desmilitarización y protección.
"Este terror deliberado por parte del agresor puede tener consecuencias catastróficas para todo el mundo", escribió Zelenski en la aplicación de mensajería Telegram, acusando a Rusia de "chantaje nuclear" en la central.
La central se encuentra en la orilla sur de un enorme embalse controlado por Rusia; las fuerzas ucranianas mantienen la orilla norte. En los últimos días se han producido varios ataques contra la central, que ambas partes se achacan mutuamente.
Ucrania también acusa a Rusia de utilizar la planta como escudo para que sus fuerzas lancen ataques a través del embalse sobre ciudades controladas por Ucrania, algo que Moscú niega.
Los países extranjeros y la Organización de las Naciones Unidas han pedido a Moscú que permita la entrada de inspectores internacionales. Reuters no pudo confirmar de forma independiente la situación militar en el lugar ni la responsabilidad del ataque a la planta.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso explicó que las peticiones de una zona desmilitarizada alrededor de la planta eran "inaceptables". El Ministerio de Defensa dijo que Moscú podría cerrar la planta si era objeto de nuevos ataques.
Las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de planear el cierre de la central para desconectarla de la red eléctrica ucraniana y pasarla a la rusa, robando así su producción.
La empresa estatal ucraniana de energía nuclear, Energoatom, manifestó que el cierre de la planta aumentaría el riesgo de "un desastre de radiación en la mayor central nuclear de Europa".
La desconexión de los generadores del complejo del sistema eléctrico ucraniano impediría que se utilicen para mantener frío el combustible nuclear, en caso de que se produzca un corte de energía en la central, dijo.
El Ministerio de Defensa ruso acusó a Kiev de planear algún tipo de incidente en la central nuclear como "provocación" para que tuviera lugar durante la visita de Guterres. Un funcionario ucraniano rechazó lo que describió como una afirmación cínica de Moscú.
La última vez que Guterres visitó Ucrania, en abril, Rusia disparó misiles contra un edificio residencial en Kiev, hiriendo al menos a 10 personas justo cuando eéste terminaba sus conversaciones con Zelenski en las cercanías.
En aquel momento, Guterres calificó el incidente de "impactante" y Ucrania acusó a Moscú de querer humillar a Naciones Unidas. Rusia negó haber atacado a civiles o haber programado su ataque intencionadamente para que coincidiera con la visita.