18 Agosto 2022
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como el máximo favorito para ganar las elecciones en Brasil el 2 de octubre, con el 44 % de la intención de voto, según una encuesta del instituto Ipec. Los desafíos que enfrentará si regresa a la presidencia son enormes, y uno de los más importantes es lograr un equilibro entre sus aliados en el poderoso sector del agronegocio mientras promete políticas más respetuosas con el medio ambiente, que reflejen su compromiso con los grupos ecologistas.
Sus asesores proponen que se impulsen préstamos “verdes”, subvencionados, para estimular la plantación de soja y maíz en pastos abiertos y reducir el avance de la frontera agrícola y la consiguiente deforestación de la selva amazónica.
La propuesta es uno de los ejemplos más claros de cómo el ex presidente intenta navegar entre ambos sectores. “La transición ecológica es un eje central para todas nuestras políticas”, según Aloizio Mercadante, que coordina la plataforma del Partido de los Trabajadores (PT). “Podemos abrir líneas de crédito diferenciadas para fomentar la migración a la agricultura que secuestra carbono”.
La mayoría de sondeos muestra a Lula con una ventaja de dos dígitos sobre el actualmandatario, Jair Bolsonaro, que se montó en una ola de apoyo rural para llegar al cargo, hace cuatro años.
Según el programa de crédito verde propuesto, los agricultores brasileños podrían solicitar préstamos más baratos, subvencionados por el gobierno, si aceptan cumplir con los objetivos de prácticas agrícolas sostenibles, dijo Mercadante.
El programa tendría como objetivo fomentar la conversión de pastos degradados en zonas de cultivo y también aumentar el uso de bioplaguicidas más ecológicos en Brasil, el mayor proveedor mundial de soja, café y azúcar, entre otros alimentos básicos.
Los préstamos verdes son similares a un programa de crédito subvencionado lanzado para la cosecha 2010/11, en el último año de Lula en el cargo.
Ese programa, ahora llamado ABC+, ayudó a reducir un estimado de 170 millones de toneladas de emisiones netas de carbono durante los siete años hasta 2018, dijo la información del gobierno sobre el plan. Sin embargo, eso sólo representa el 2% del total del crédito agrícola subvencionado de Brasil, o unos 6.000 millones de reales (1.170 millones de dólares) en la actual cosecha. (Reuters)
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