La polémica surgida a partir del informe del Tribunal de Cuentas que remarcó deficientes condiciones sanitarias observadas en dos depósitos del Ministerio de Desarrollo Social no alteró la rutina laboral en esos galpones. Ambos espacios -ubicados en Lavalle 2.374 y, a la vuelta, en Güemes 640- funcionaron con normalidad ayer y entregaron alimentos a distintos comedores y merenderos de la Capital.
“Se constata la existencia de excremento de roedores y aves junto al almacenamiento de mercadería comestible”, dice el documento, firmado por Miguel Terraf (Presidente) y Sergio Díaz Ricci, (Vocal) del Tribunal de Cuentas. Exigen que se resuelva la situación, al tiempo que destacan otro tipo de irregularidades, como el desprendimiento de cielorraso y signos de humedad. “Se deben extremar los cuidados de salubridad en el depósito a la mayor brevedad posible a efectos de evitar la existencia de alimañas en el mismo, ya que es utilizado para el almacenamiento de mercadería alimenticia y otras veces de uso medicinal y/o aseo personal”, indica el informe. Para esta regulación, el órgano de contralor estableció un plazo de 15 días.
Para explicar la situación, José Gandur, secretario de Gestión Administrativa del Ministerio, argumentó: “esto se debe a que en la manzana se encuentran muchos depósitos, tanto ocupados como desocupados. El sistema de desinfección consiste en cebos que el eventual roedor consume y lo mata por deshidratación o por hemorragia (son sistemas no instantáneos pensados para que otros eventuales roedores no rechacen posteriormente el veneno). Este último dato es relevante ya que el eventual roedor vive cierto período y genera alta cantidad de heces”.
Mientras tanto, -y como es habitual- ambos depósitos tuvieron una mañana movida de trabajo; referentes de comedores y merenderos se acercaron a retirar la mercadería para sus organizaciones. Pudieron confirmar que el depósito se abrió después del horario habitual, por demoras en la limpieza del espacio. Uno de esos referentes, Pablo Donato, comentó: “muchos de los lugares a los que va dirigida la mercadería son comedores infantiles o merenderos donde la gente les da de comer a sus hijos; no permitirán que pase comida en mal estado”.
Su colega Jorge Cruz coincidió en que el alimento entregado por Desarrollo Social no presenta ningún tipo de irregularidad. “Es fácil darse cuenta de que la mercadería está bien. Los fardos llegan cerrados y envueltos en plástico. Además nosotros controlamos que llegue todo limpio”, indicó. También Patricia Carrizo, encargada de un centro comunitario, se mostró sorprendida por la situación. “Hace 15 años que vengo una vez al mes a retirar mercadería y jamás he tenido problemas. La verdad, me sorprende, porque nunca nos entregaron alimentos en mal estado”, dijo.
Margarita Corbalán, del merendero Rayito de Sol, también manifestó que el alimento que le fue entregado por Desarrollo Social en ninguna ocasión les generó complicaciones. “Durante años, toda la mercadería que retiré de aquí la recibí en condiciones. Es una mentira política, y si no, lo deben haber exagerado. Siempre saco toneladas de alimento y todo está bien”, expuso.
En una visita realizada por LA GACETA se pudo observar que en la zona hay otros depósitos -y unas cuantas casas- y se les consultó por el problema con los roedores. “Acá todos los días se limpia, la desinfección es semanal. Lo del galpón es un tema político, nada más”, opinaron empleados de un depósito de materiales ubicado en la cuadra, que no quisieron dar sus nombres. Lo mismo dijo Javier, a secas, empleado de una ferretería.
Por el contrario, vecinos de la zona confirmaron que, al haber tantos galpones y almacenes de alimentos, las ratas son un problema constante. “Como está lleno de galpones, tener ratas es un problema de siempre. Lo estoy combatiendo constantemente”, dijo Susana López, vecina de al lado del depósito.
Quienes no tienen que preocuparse por los roedores son Teresa Pedraza -vecina de la Güemes al 600- y Norma Tula -de la Lavalle- ya que sus gatos se encargan de ahuyentar a las ratas.
Lo que sí reconoció Tula fue que el descuido y suciedad de las calles y veredas es algo “normal”. “La zona siempre fue así de descuidada; verla sucia y llena de basura es normal”, apuntó. Más allá de la presencia edilicia de los galpones, se hace aún más evidente la falta de limpieza en las calles, ya que según los vecinos se acumula mucha basura en las veredas. (Producción periodística: Bárbara Nieva)