Lo único que le faltó al clásico entre Racing y Boca fueron goles, porque por lo demás tuvo de todo: ocasiones clarísimas en los dos arcos (sobre todo en el de Agustín Rossi), golpes de puño en el entretiempo entre Darío Benedetto y Carlos Zambrano y, como broche de oro, un final cargado de polémica por una clara mano de Jonathan Gómez adentro del área que el árbitro Fernando Rapallini decidió no sancionar ni después de chequearla en el VAR (juzgó que no hubo intención por parte del jugador de Racing). Completo con picante.
A juzgar por los méritos de cada uno, lo cierto es que la “Academia” fue el que más propuso y el que mayor cantidad de opciones de gol generó, pero cuando no falló en la definición, se encontró con un Rossi gigante, que salvó su arco en varias ocasiones. Confirmado ya que su futuro estará lejos de La Ribera, el “1” de Boca sigue demostrando que está en un gran momento.
Si bien fue dominado en el juego por el equipo de Fernando Gago, el “Xeneize” también tuvo sus oportunidades de pasar al frente, algunas de ellas facilitadas por errores grosers de la defensa local, pero tampoco estuvo fino para aprovecharlas o para doblegar la firme resistencia de Gabriel Arias. Definitivamente, los arqueros fueron grandes responsables que el partido terminara 0-0.
Al final del primer tiempo, Benedetto y Zambrano cruzaron reclamos en el túnel y llegaron a las manos, al punto de que debieron intervenir sus compañeros y hasta la Policía para separarlos. El paraguayo regresó al campo con evidentes marcas en el rostro, producto de la pelea. Será una semana candente en las prácticas para el DT Ibarra.
Boca quedó así a nueve puntos del líder Atlético. El empate 1-1 entre Gimnasia y Vélez cimentó la ventaja de tres puntos del “Decano” sobre el “Lobo”, su escolta. Argentinos se puso a cinco puntos tras vencer 2-0 a Unión, mientras que Estudiantes le ganó 1-0 a Talleres en el partido restante de ayer.