El Papa Francisco decidió reformar la influyente organización católica Opus Dei, conocida en Europa y América Latina por sus posiciones conservadoras. El documento papal, bajo el título “Ad charisma tuendum” (”Para tutelar el carisma”), “resta poder e independencia” a la poderosa organización dentro de la iglesia, según expertos en asuntos religiosos. “Algunos han interpretado las disposiciones de la Santa Sede en términos de ‘rebajamiento de categoría’ o ‘perdida de poder’. No nos interesan ese tipo de dialécticas, pues para un católico no tiene sentido el uso de categorías de poder o mundanas”, aseguró Manuel Sánchez, de la oficina de prensa del Opus Dei, en declaraciones a agencias de noticias internacionales. Acusada por sus detractores de ser una especie de secta que manejar los hilos del poder dentro y fuera del Vaticano, el Opus Dei está presente en más de 60 países y lo integran unos 90.000 miembros laicos, entre ellos personalidades políticas o empresariales, y más de 2.000 sacerdotes sobre todo en Europa y América Latina.
Texas le manda migrantes a la ciudad de Nueva York
El gobernador de Texas, Greg Abbott, un republicano, comenzó a enviar colectivos con migrantes a la ciudad de Nueva York, en un intento por responsabilizar a los alcaldes demócratas y al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por el gran volumen de indocumentados que cruzan la frontera. El primer bus llegó temprano, ayer, a la Terminal de la Autoridad Portuaria de la ciudad en el centro de Manhattan, con 50 inmigrantes. “La mayoría de ellos no tiene a nadie que les ayude. No saben a dónde ir, así que los llevamos a los refugios”, dijo una voluntaria de un grupo llamado Grannies Respond. Abbott, que se postula para un tercer mandato como gobernador en las elecciones de noviembre, ha enviado a más de 6.000 inmigrantes al estado de Washington desde abril, en un esfuerzo más amplio por combatir la inmigración ilegal y criticar a Biden por sus políticas más acogedoras. El gobernador de Arizona, Doug Ducey, otro republicano, ha seguido el ejemplo de Abbott y ha transportado en autobús a otros 1.000 a Washington.
Gas de Senegal, alivio para Alemania y pesadilla para los ecologistas
Alemania necesita gas para su independencia energética de Rusia, y el gas de Senegal podría ser una alternativa, en un proyecto conjunto de extracción del gobierno alemán, que causa indignación entre los ambientalistas. “La República Federal de Alemania no debe participar en este proyecto”, dice el activista senegalés Yero Sarr. “No puede ser que el gobierno alemán viaje a otros países para impulsar allí proyectos para extraer energías fósiles. Eso viola el espíritu del Acuerdo de París”, dice Sascha Müller-Kraenner, de la asociación alemana en pro del medio ambiente Umwelthilfe. Alemania y los otros países del G7 se han comprometido a no invertir más dinero público en fuentes fósiles de energía. Pero, en vista de la crisis causada por la guerra en Ucrania, el acuerdo se ablandó, lo cual representa un enorme retroceso para los objetivos climáticos internacionales, señala el representante de Umwelthilfe, y expresa todavía más temores. “Las perforaciones para extraer gas en la costa de Senegal y Mauritania tienen efectos masivos en la industria pesquera local, en las personas, en los puestos de trabajo, y, por supuesto, en la naturaleza”, advierte Müller-Kraenner.