En el año de la pandemia, ha sido el macroeconomista con más aciertos de pronósticos dentro del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que elabora el Banco Central. Ahora, a Gabriel Rubinstein le llegó la hora de ayudar a raspar la olla al Gobierno del presidente Alberto Fernández para hacerse de dólares, tal como hace ocho meses lo había dicho durante una entrevista con LA GACETA.
El consultor y ex director del Banco Central será el segundo funcionario más importante en el Palacio de Hacienda, detrás de Sergio Massa. Ahora, por pedido de Roberto Lavagna, entre otros, desembarca en una gestión que imperiosamente sale a buscar divisas en el mercado porque las reservas líquidas que atesora la entidad que preside Miguel Pesce no le alcanzará para llegar a fines de mes para cubrir las obligaciones. De allí la importancia de tejer contactos y acordar financiamiento con organismos multilaterales.
“Todos los países del mundo tienen sus problemas, pero en la Argentina se tornan más especiales porque no se quiere ajustar las cuentas fiscales, pese a que nadie quiere prestarle al país. El Gobierno no entiende o no quiere hacerlo que no puede gestionar nada con tantas contradicciones internas, de aquellos que se muestran con más rupturistas, con ideología cercana a la izquierda bolivariana, respecto de otros que pueden ser calificados como más procapitalistas. No se ponen de acuerdo y dan vueltas y vueltas, mientras la sociedad no sabe qué rumbo tomará, en definitiva, la Argentina”. Estas fueron algunas de las definiciones que Rubinstein ha dado en aquella entrevista con nuestro diario. Su incorporación al gabinete económico marca una señal de que se requieren cirujanos para tratar de salvar al paciente. Massa lo eligió para que sea el secretario de Programación Económica, una suerte de viceministro.
Las reservas están en niveles críticos. Al cierre de julio, las divisas netas del BCRA se ubicaron en U$S 3.974 millones: las reservas líquidas fueron negativas en U$S 4.429 millones, mientras que U$S 3.502 M correspondieron a oro y otros U$S 4.900 millones a Derechos Especiales de Giro (DEG). Así, totalizaron un monto bruto de U$S 38.232 millones, de acuerdo con un relevamiento del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres).
“Lo urgente e importante en Argentina, es terminar con el desequilibrio fiscal, mejorar la credibilidad interna y externa (importante desde lo político) para fortalecer reservas y mantener un "endeudamiento responsable", tuiteó el macroeconomista al iniciarse este mes. “Bajo estas condiciones, la inflación podría comenzar a estabilizarse en niveles razonables. Caso contrario, el riesgo hiperinflacionario seguirá tocando la puerta”, vaticinó.
La tarea de Rubinstein será más visible que la de otros expertos que, bajo un anonimato acordado con el propio Massa, están colaborando con el tigrense en la difícil tarea de corregir los desequilibrios macroeconómicos de un país sin dólares, y que se encamina a cerrar el año con una inflación cercana al 90%.