La mano de Cristina para que los gobernadores eviten el ajuste fiscal

La mano de Cristina para que los gobernadores eviten el ajuste fiscal

En el manual peronista de las prácticas de gestión gubernamental hay un axioma que trasciende en el tiempo: ningún presidente (menos un ministro de Economía por más estructura que tenga) puede gobernar sin los gobernadores, ni estos mandatarios pueden administrar si, detrás de ellos, no están los intendentes. Cualquier político sabe por dónde pasa el poder real del país.

Algo de eso hay en el mensaje que, en los últimos días, han transmitido los gobernadores a Alberto Fernández. Pudo haber elegido a Sergio Massa para tratar de encarrilar el rumbo económico de una Argentina en crisis, pero eso no significa que haya delegación de poder, mucho menos recortes extraordinarios de fondos que puedan afectar la gobernabilidad en el interior del país. Cristina Fernández de Kirchner ha leído ese escenario. Por eso, el mismo día en que el líder del Frente Renovador asumía como conductor del Palacio de Hacienda, el Senado le daba dictamen al Consenso Fiscal que, en diciembre pasado, el Presidente rubricó con 23 mandatarios (salvo el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta). La vicepresidenta de la Nación no da puntada sin hilo. Es otra carta bajo su manga para “salvar” a los gobernadores de un inexorable ajuste para cumplir con las metas acordadas entre la Argentina y el FMI. De paso, es un “favor” que, en algún momento, tendrá cierto costo político muy cerca del año electoral. El Consenso Fiscal 2022 tiene dictamen de la Cámara Alta y puede llegar en cualquier momento al recinto. ¿Por qué puede significar un blindaje para las provincias? El pacto fiscal puede resultar un salvoconducto para que las provincias no tengan mayores límites para gastar o endeudarse, pero también para financiarse a través de más impuestos, lo que sería un suicidio político frente a la crisis macroeconómica existente. Pero la permisión está latente.

Massa no termina de seducir el conjunto de gobernadores. Eso implica que la vinculación con las provincias seguirá en manos del jefe de Gabinete, Juan Manzur, y también en las del ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, ambos con conexión directa con el binomio gubernamental. Cristina también contribuyó para que el tucumano siga ejerciendo su rol federal en la Casa Rosada. Por ahora no se ha programado una cumbre entre el nuevo ministro de Economía y los mandatarios provinciales. Sólo hay contactos particulares con algunos de ellos. Las presencias y las ausencias de ayer en el acto de jura, realizado en el Salón del Bicentenario marcan una pauta de esa relación.

Los gobernadores vienen aprovechando un período de elevada recaudación que implica más coparticipación. Pero ese mayor nivel de ingresos tiene limitaciones. Tal vez un mes más hasta que la curva comience a descender por efecto de la menor actividad. Además, hay compromisos para ejecutar obras que aún no cuentan con la inversión. Los gobernadores reclaman celeridad porque se aproxima el electoral 2023. Hablar de ajuste no es el mejor de los escenarios. Massa lo sabe. Los gobernadores se lo recuerdan con palabras y con gestos.

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