Diez días pasaron desde que Ignacio Gallardo recibió tres tiros en el abdomen y empezó a pelear por su vida. El joven arquitecto tucumano, que se mudó a Miami hace poco más de dos meses, con el sueño de quedarse a estudiar y trabajar en Estados Unidos, hasta que un asaltante le disparó mientras estaba en la puerta de su departamento, en South Beach.
Después de mucho miedo, más de una semana en terapia intensiva y varios días en coma inducido, Ignacio ahora está despierto, se comunica con su familia y se está recuperando. Incluso, según le dijo su padre a allegados, en el Hospital Jackson Memorial, donde fue llevado luego del ataque, le harán pruebas para ver si se puede parar o mantener sentado en una silla de ruedas, mientras continúa su recuperación.
Ignacio tiene 25 años y se recibió en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán. El 21 de julio, estaba en la puerta del departamento que compartía con otros dos compañeros, charlando con un amigo, cuando se le acercó un hombre a pedirle dinero. El joven le entregó un billete que llevaba en el bolsillo, pero el desconocido sacó un arma de la cintura y le disparó al menos tres veces. Según el retrato que hizo la policía, en base a los testimonios, el atacante es un hombre de unos 30 años, latino, con un tatuaje en el cuello y que camina encorvado.
Cuando uno de sus compañeros de departamento salió, alarmado por los gritos, lo encontró tirado en el suelo, cubierto de sangre. “Los ojos de él estaban hacia atrás, estaba poniéndose tieso, las manos se le torcían”, dijo a la policía local.
Fernando, el padre de Ignacio, viajó a verlo apenas le dieron la noticia del ataque. Ahora, dice que está agradecido por las oraciones y los mensajes de buenas intenciones que le llegan desde Tucumán, de parte de familiares y amigos. Ante todo, tiene esperanza de que “Nacho” va a salir adelante.