Hay relojes digitales para todos. Desde pequeñas pulseras casi imperceptibles a la vista hasta dispositivos que parecen diseñados para una película de acción. Pantallas pequeñas con funcionalidades básicas o verdaderos compañeros de los atletas más exigentes. Sin embargo, a pesar de la diversidad, los relojes digitales ofrecen dos funciones básicas: conexión a celulares y opciones para seguir distintas actividades deportivas. Los precios varían, entonces, según cuán compleja sea la oferta de estas posibilidades.
En la jerga tecno estos relojes se conocen como “wearables”, dispositivos que sirven para llevar puestos en alguna parte de nuestro cuerpo y que tienen la posibilidad de registrar datos de nuestra actividad diaria. Y aunque ya existen entre nosotros hace algunos años, entre los deportistas y médicos siempre se dio la discusión sobre cuán precisa es la información que nos brindan estos accesorios. Los más sencillos permiten seguir, por ejemplo, el ritmo cardíaco de una persona, pero hay otros que pueden evaluar la composición muscular, el oxígeno en aire y hasta la calidad del sueño. Todo esto sumado a capacidades como el rastreo con GPS, atender llamadas telefónicas o enviar mensajes de texto.
Más allá del abanico de funcionalidades, la ciencia acaba de avalar el uso de estos relojes y ha concluido que los mismos ayudan a mejorar la calidad física de quienes los usan. Un artículo publicado este mes en la prestigiosa revista The Lancet Digital Health determinó que los rastreadores de actividad física portátiles motivan a que las personas realicen más ejercicio y bajen de peso. Realizado por investigadores australianos, el estudio tenía como objetivo examinar además los resultados fisiológicos y psicosociales relacionados en poblaciones clínicas y no clínicas que usaban estos “entrenadores digitales”. Aunque no encontraron resultados significativos para este segundo objetivo, sí concluyeron que el uso de relojes o rastreadores mejoró la composición corporal y estado físico de sus usuarios. Además, concluyeron que tener este tipo de datos a mano ayuda a las personas a caminar 1.800 pasos adicionales por día, equivalente a 40 minutos más, con una reducción de aproximadamente 1 kilo de peso corporal.
“El beneficio es clínicamente importante y se mantiene en el tiempo. Según los estudios evaluados, existe evidencia suficiente para recomendar el uso de rastreadores de actividad”, apunta el trabajo liderado por Ty Ferguson, de la Universidad del Sur de Australia, quien destacó que este impacto fue observado en todos los grupos de edad en todo el mundo. El especialista y su equipo ponderaron además que esta tecnología es de bajo costo y puede ayudar a salvar un problema frecuente que es la falta de actividad física. El impacto es significativo, ya que puede prevenir enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, la diabetes tipo 2, el cáncer y enfermedades mentales.
No es solo una sensación de que cada vez vemos más relojes digitales entre nosotros. A pesar de que el dólar hace que por este rincón del mundo los precios sean cada vez más altos, se pueden conseguir dispositivos de buena marca por menos de $10.000 en locales céntricos. Según el citado informe, el mercado mundial de estos accesorios ha crecido enormemente durante los últimos años: “entre 2014 y 2020, la cantidad de rastreadores de actividad portátiles enviados en todo el mundo aumentó aproximadamente un 1444 %”, agrega el reporte.
Un reloj inteligente no reemplaza a un médico ni a un nutricionista, claramente. Por eso es recomendable que a la hora de establecer objetivos deportivos combinemos el saber académico con la información de bajo costo que puede estar al alcance de nuestra mano o nuestra muñeca. Además, cada persona persigue metas diferentes en su actividad diaria o deportiva, por lo que la mirada de un especialista siempre será más precisa y nos ayudará a conseguirlas en menor tiempo. Más allá de la precisión que tenga la información de los relojes, la ciencia ha concluido por ahora que dichos datos nos motivan a tener una vida más saludable y eso ya es una buena noticia.