Comienza el mes de celebrar a la Madre Tierra

Comienza el mes de celebrar a la Madre Tierra

Hoy un nuevo ciclo comienza para las comunidades andinas. Es tiempo de agradecer, del hacer balances y de sembrar futuro.

LA GACETA/FOTO DE OSVALDO RIPOLL LA GACETA/FOTO DE OSVALDO RIPOLL

“Pachamama, kusilla kusilla”. La plegaria que los fieles murmuran individualmente cada vez que se sienten desprotegidos, desde el primer segundo de agosto se hace masiva: ha comenzado la fiesta de la Pacha. Y no es casual que sea en agosto; es un mes duro para los pueblos andinos: hace frío y acechan las enfermedades. Es muy seco, se acaban las reservas de la cosecha anterior, y los animales no tienen mucho para comer... Y como si fuera poco, hay que empezar a preparar los campos para la siembra. Es cierto lo del dicho popular: “hay que pasar agosto”. Pero allí está “ella”. “Pachamama, kusilla kusilla”.

“Se puede traducir como ‘Madre Tierra, ayúdanos, protégenos’, explica desde Amaicha del Valle a LA GACETA Dany (así pidió ser presentado) Andrade, comunero de la comunidad originaria de los amaicha. Pero lo primero que dijo fue “jallalla”, que deja oír, junto con los deseos de buenaventura, la melodía vallista de la voz.

 la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivo) la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivo)

“Me preguntas cómo es ese día, y yo te voy a contar que no es ‘ese día’. Ya desde la tarde antes nos juntamos los afectos, y hacemos una mirada hacia atrás”, cuenta... Pero también van hacia adelante:, y todo agosto se celebra a la Madre Tierra... como si fueran fiestas patronales de algún santo.

Quizás sea de lo poquito que la religión de la conquista y las creencias de los pueblos andinos tengan en común; claramente, la concepción de “lo divino”, no.

Descifrando el código

Pachamama es, por de pronto, femenina. Y no es una “diosa” creadora:  protege y provee; cobija, posibilita la vida, y favorece la fecundidad y la fertilidad... Pero hay mucho más, porque el término pacha no es sencillo de traducir. Tanto en aimara como en quechua significa tierra, pero también mundo, universo, espacio, tiempo, época... y los cuatro elementos originales del cosmos (agua, tierra, sol y luna) tienen en ella su origen. “No es que seamos politeístas -destaca Andrade-. Tenemos gran respeto por los cuatro elementos que hacen posible la vida, regida  siempre por la dualidad: frente a la luz, la oscuridad; frente al frío, el calor; frente a la tierra, el agua,  frente al mal, el bien”.

Pero además entra en juego el ayni, principio según el cual todo está interconectado. Puede referirse a la idea de reciprocidad, pero va más allá del “intercambio” (como lo sería una ofrenda a cambio de buenas cosechas); quizás sea más preciso pensarlo como el fluir de energía entre lo humano, la naturaleza, el universo... “Y hasta la tecnología -resalta Andrade-. ¿Qué tecnología habría sin el cobre, el litio... el ingenio humano? Todos son dones de la Pacha”.

Ataque a la casa de todos

Y aquí la reciprocidad del ayni Pacha se nos hace más actual que nunca: somos muy poco agradecidos con los dones de la Pachamama.

“La relación, especialmente la espiritual, que los pueblos originarios tenemos con la Madre Tierra cobra mucha importancia en tiempos de pandemias, guerras y cambio climático, en los que se ha perdido el equilibrio. Nada importa la casa de todos, solo el dinero”, resalta Eduardo Nieva, ex cacique  de la Comunidad de Amaicha del Valle. “Esta celebración es una gran oportunidad para que ‘la otra sociedad, las otras culturas modifiquen su visión voraz, que causa tala de bosques, contaminación de agua y de aire, problemas de salud... Ojalá esta relación de los pueblos indígenas con la Madre Tierra sea un modelo alternativo, y hasta una política de Estado”, agrega.

 la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivo) la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivo)

Será, con seguridad, lo que muchos incluirán hoy cuando digan (sientan, piensen, rueguen) Pachamama, kusilla, kusilla...

En Tafí del Valle

Desde las a las 6 la Comunidad Indígena del Pueblo Diaguita del Valle de Tafí se concentrará para iniciar la ceremonia en homenaje a la Madre Tierra en el cerro Ampuqcatao. Se compartirán el té de ruda y un desayuno tradicional. Luego podrás recibir las energías del Tata Inty y participar de la ofrenda comunitaria ofrenda a la Madre Tierra. A las 13 se compartirá un locro en el Centro Intercultural Sina Sina, y a las 16 se presentará el proyecto “Entre urdimbres y tramas; mujeres diaguitas tejiendo redes. Organiza y convoca la Comunidad Indígena Base, de La Banda

Por qué hay dos fechas

“La de agosto es nuestra celebración espiritual -explica Eduardo Nieva, ex cacique de Amaicha del Valle-. Agradecemos a la madre Tierra todos sus dones, le pedimos su protección; reforzamos nuestra relación con ella”. “En febrero, en cambio, se festeja la recolección de frutos; todo es más alegre, menos profundo”, agrega. “La ceremonia de homenaje a la Pachamama es la de agosto. La otra es una fiesta; de hecho, coincide con el carnaval”, destaca por su parte Fernando Korstanje, que, aunque “gringo”, como especialista en desarrollo rural ha vivido muchos años con la comunidad. “En febrero los productores bajan del cerro a venderlos en Amaicha -agrega Korstanje-  y por esos motivos la fecha de febrero se hizo también más turística”.

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En Yerba Buena

A partir de las 10.30 de hoy se llevará a cabo en Yerba Buena una jornada gastronómica organizada por Cocineros Tucumanos. Durará hasta las 18 y se hará en Marcial Imbaud al 600, esquina Albert Sain, Yerba Buena. Los cocineros invitados son Ariel Lopardo y Francisco Contartese “El Tano”, de Capital Federal; Lucas Escobar, de Entre Ríos; César Muñoz, de Mendoza, y Eduardo Figueroa “Chefo”, de Salta. A las 11 se servirá el tradicional té de ruda y a las 11.30 habrá “bendiciones de fuegos” a cargo de los maestros del fuego. A las 13 se hará el ritual de apertura a cargo de un chamán. A las 14 se servirá un almuerzo con comida típica y mucho fuego. A las 14.30, habrá una ofrenda a la Madre Tierra. A las 15, festejos a cargo de artistas locales y danzas folclóricas, y a las 21, cierre con merienda.

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