“Durante treinta años, el Mossad –Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales- recopiló y analizó información secreta y pública sobre el ataque terrorista perpetrado contra la Embajada de Israel en Argentina”, señala un infiorme de Infobae, con la firma de Román Lejtman. En ese atentado, ocurrido el 17 de marzo de 1992, Irán y su brazo armado Hezbollah asesinaron a 22 personas y causaron más de 200 heridos. El trabajo del Mossad fue presentado en un informe Top Secret que ratifica la responsabilidad política y criminal de Irán y Hezbollah en la voladura de la sede diplomática israelí ubicada en la calle Arroyo 916, dice Infobae.
Cinco conclusiones
Ese dossier de inteligencia –añade- se inicia con cinco conclusiones básicas: 1. El régimen iraní y la organización Hezbollah a través de Yihad Islámica son los responsables únicos del atentado. 2. La infraestructura del atentado (también el de la AMIA) fue creada en Argentina y Brasil a partir de 1988. 3. Todos los miembros operativos involucrados en el atentado fueron identificados por nombre, apellido y fotografía (al igual que los participantes en el atentado de la AMIA), y residen en el Líbano y en Irán. 4. No hubo participación alguna de ciudadanos argentinos en el atentado contra la embajada de Israel. 5. Todos los miembros de la célula que perpetró ambos atentados en Argentina, estuvieron involucrados en atentados en otras partes del mundo.
La información sobre el Mossad había sido publicada hace días en The New York Times con la firma del periodista Ronen Bergman. “La operación en sí, sobre el terreno, fue ejecutada por una unidad secreta de Hezbollah llamada 910”. “Dos ataques terroristas contra objetivos israelíes y judíos en Buenos Aires en la década de 1990 en los que murieron decenas de personas fueron llevados a cabo por una unidad secreta de Hezbollah cuyos agentes, contrario a las afirmaciones generalizadas, no fueron ayudados a sabiendas por ciudadanos argentinos ni asistidos en el terreno por Irán, según una investigación del Mossad”.
Réplica
Esta publicación dio lugar a un comunicado de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). “AMIA y DAIA ponen de manifiesto y recuerdan que la causa judicial que se lleva adelante en nuestro país por el atentado terrorista perpetrado el 18 de julio de 1994 contra la sede de Pasteur 633, determinó la responsabilidad de Irán, de ex funcionarios de ese país y de Hezbollah en el planeamiento y en la ejecución de la masacre”, afirmaron. “El expediente judicial acredita múltiples pruebas y contiene numerosas evidencias que, derivadas y constatadas a través de diversas fuentes, permitieron establecer el rol de Irán y su activa participación en la decisión, organización y financiamiento del ataque terrorista”, del que se cumplieron 28 años la semana pasada.
Según Infobae, en la foja 3 del informe secreto se asegura que la Yihad Islámica/910 cometió el atentado de la embajada de Israel en la Argentina (y el de la AMIA), “bajo orden del Régimen Iraní”. Y a continuación, el dossier del Mossad revela que “el mismo se llevó a cabo en dos etapas: 1. La creación de la infraestructura (alquiler del depósito, compra de los materiales explosivos, recolección de inteligencia sobre el país, sus fronteras, compra de vehículos)- bajo responsabilidad de Salman Raouf Salman (conocido bajo su nombre colombiano “Samuel Salman –El Reda”), quien actuó como creador de la infraestructura desde finales de los años 80 en la Argentina, y desde hace años se desempeña como en un alto cargo de la Yihad Islámica en Beirut. 2. La célula operativa (4 a 5 miembros), que arribó desde el Líbano desde la Triple Frontera (sic), en días previos al atentado”.
El informe de la Mossad explica que al no haber conexión local -argentinos actuando junto a los terroristas-, el trabajo en el terreno fue realizado por terroristas libaneses que vivían en la Argentina, y expone -por primera vez- la estructura organizativa que utilizó Irán y Hezbollah para atacar la Embajada de Israel. “La unidad de atentados en el extranjero de Hezbollah fue creada en el Líbano a mediados del los ´80, por Imad Mughnyad y Talal Hamyla, con apoyo iraní, especialmente la sede de la inteligencia iraní en la embajada iraní en Beirut”.
Mención imprecisa
En este contexto, se alude al “contrabando de explosivos reglamentarios (para uso militar), mediante el escondite planificado por el departamento de explosivos de la Yihad Islámica en el Líbano. La imprecisa redacción de esta parte del informe de inteligencia, sumada a su reproducción textual –sin contexto explicativo- en la nota del New York Times, causó una lógica reacción crítica en la justicia federal y la comunidad judía de la Argentina, señala Infobae. Era imposible considerar como válida la hipótesis de las botellas de champú y las cajas de chocolate como método sistemático para contrabandear el explosivo que se utilizó en el atentado a la Embajada de Israel. Todas las pericias realizadas para la causa del ataque a la Embajada aseguran que el coche bomba cargaba entre 200 y 400 kilos de explosivos (se cree que era Amonal, que se podía conseguir en Argentina).
La clave para enmendar el error está en las acciones ejecutadas por un terrorista llamado Hussein Suleiman Abu-Abbas, que trajo detonadores desde Beirut a Buenos Aires y que el informe del Mossad denomina –en un uso erróneo del concepto- explosivos. Él llevó el material escondido en una valija de mano que pesaba 5 kilos, en un vuelo comercial de Beirut a Buenos Aires. Suleiman Abu-Abbas confesó en 2001 que en 1991 escondió detonadores en dos sitios del Parque Centenario. La confesión es completa: marcó en un mapa del Parque Centenario adonde había dejado los detonadores, explicó cómo llegó hasta allí –solo y en un taxi con la dirección escrita en español-, describió las dos cajas de plástico –una adentro de la otra- que contenían los detonadores, recordó que fue al Parque tres veces y que hizo inteligencia (sacó fotografías y filmó) en el lugar.
Los implicados
El dossier de inteligencia realiza una descripción minuciosa de la identidad de los terroristas que ejecutaron el ataque a la Embajada de Israel. El Mossad incluye fotografías de los implicados y de los restos del coche bomba, la identidad del conductor suicida y los movimientos clandestinos de las células que operaban en la región. Con un dato adicional, que es clave para la investigación judicial del ataque a la Embajada: “El experto en explosivos de Hezbollah, un libanés llamado Malek Ubei, alias Houssam, fue enviado a Argentina desde el Líbano para preparar el artefacto explosivo del atentado. (…) En la casa segura había una gran cantidad de explosivos: alrededor de 20, 25 bolsas, cada una con un peso de 20, 25 kilos. Houssam era el encargado de preparar los explosivos para su uso operacional”.
Al final del documento, el Mossad ratifica que Irán utiliza a Hezbollah como su brazo armado y su proxy para encubrir su responsabilidad política y criminal en los ataques que se suceden alrededor del mundo. No se trataría de una relación de iguales, acorde al informe de inteligencia de Israel: Hezbollah opera bajo las instrucciones verticales de Teherán a través de oficiales de alto rango que responden directamente a los ayatollahs fundamentalistas.