El segundo día de aplicación de la jornada extendida en la provincia pasó en la escuela Marcos Paz (Mendoza al 2.600) y los humores fueron distintos al primer día en la escuela Nueva Barrio Crucero Belgrano.
En el caso de la segunda se registraron muchas quejas antes de la implementación del sistema, mientras en la escuela Marcos Paz no hubo mayores quejas, sino lo contrario: en general aceptan la medida y consideran que la organización es sólo cuestión de tiempo hasta adaptarse.
“A mi no me afecta, me parece re bien que se haga esto. Al principio pensé que iba a costar levantarme más temprano, pero eso nomás”, dijo Ruth Ardiles, madre de dos niños, uno cursa primer grado y la otra está en quinto. “Me parece perfecto que estudien más, han perdido un año de clase durante la pandemia”, insistió.
Andrea, mamá de Aitana -una niña de primer grado- coincidió con Ruth y está de acuerdo con la medida. “Lo único que no me gusta es que es muy temprano y como estamos en invierno todavía está oscuro a esa hora. Pero es una cuestión de meses hasta que esté mejor”.
“En lo demás me parece perfecto. Ella (su hija) va a primero y ha perdido los dos años de jardín por la pandemia, entonces obviamente primer año le cuesta un montón. Por eso me parece perfecto que los chicos estudien más”, indicó.
Las quejas por el horario se deben a que, con la nueva disposición, la escuela pasó de ser de 8 a 11.50, a ser desde las 7.20 hasta las 12. Se aclaró, además, que la hora extra se destinará a talleres de matemática y lengua con un método de aprendizaje didáctico, algo que generó diferentes opiniones entre los adultos.
El caso de Soraya Ale, madre de cuatro niños, de los cuales dos van a la primaria, afirmó que esto puede ser positivo para los chicos. “Ellos vienen contentos. Les explique lo de la hora extra y les gusta porque a la vez que les enseñan los hacen jugar”, explicó.
“Les puede servir mucho para aprender. Como son juegos y les gusta prestan más atención, así que por ahora todo bien”, agregó.
Aprendizaje didáctico
Laura Ruiz, mamá de mellizos, dijo por su parte que aún no está en condiciones de evaluar la efectividad de la extensión horaria: “no me termina de cerrar que sea una hora didáctica. Si bien a través del juego está bueno porque aprenden muchas cosas, también es muy temprano y todavía es de noche cuando vienen. No podemos decir que, con dos días, sirve la hora, pero tampoco podemos decir que no sirve. Con el tiempo veremos”.
Uno de los hijos de Laura -el varón- fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), por lo que resulta importante la rutina para él. Sin embargo, contó su madre, el niño no se vio afectado por este cambio y pudo adaptarse con total normalidad.
Para Carlos Bellido, papá de un chico de cuarto grado, este sistema de aprendizaje didáctico no es necesariamente positivo. Prefiere, en cambio, un estilo de educación tradicional: “si la medida es educativa es muy buena, pero a esa primera hora la usan como juego. De la parte educativa nada, lo usan para jugar. Se tendría que recuperar una hora de clase como tiene que ser”.
En cuanto a la organización del día a día sostuvo que es una cuestión de tiempo hasta que se acostumbren.
Julio García, que tiene tres hijos en la primaria, fue claro en su opinión: está a favor de todo lo que sirva para la educación de los niños. “Todo lo que sea para ellos en cuanto a educación hay que adaptarse y no quejarse. Ahora nos tenemos que organizar y mentalizarnos”, expresó.
Silvina Ruiz, maestra de segundo grado, explicó que la primera hora de cada día (la que se agregó a partir del lunes) la usan para dar talleres en los que intensifican Matemática y Lengua. Los chicos, en ese horario, no tienen problemas para aprender, según dijo.
“Hemos comenzado y realmente estamos teniendo buenas expectativas. Los dos primeros días hubo mucha asistencia así que esperamos que se mantenga en el tiempo”, dijo.
Su problema -aclaró- surgió cuando debió pensar una nueva planificación diaria: “muchas maestras a la salida tenemos que entrar más temprano en otro lado, y no tenemos casi ni tiempo para llegar a la casa, a veces casi ni almorzamos”.
La directora Elizabeth Marcello está satisfecha con el grado de acatamiento de la medida y espera que esto se mantenga en el tiempo. “Los chicos están contentos con la primera hora de aula taller, que es una educación totalmente didáctica. Esto es muy beneficioso para los chicos porque aprenden jugando y se están reforzando dos áreas muy importantes”, aseguró.
La maestra Sonia Cansino, de tercer grado, se mostró contenta por la jornada extendida. “Acá está muy bien, los chicos están trabajando. Los talleres son didácticos, pero no es sólo venir y jugar, tienen un propósito. Los míos, por ejemplo, hoy (por ayer) trabajaron con los billetes, haciendo compras. Siempre se aplican diferentes estrategias para que el juego dé resultados”, explicó.