24 Julio 2022
PRIMEROS PASOS. El primer grupo de “charitos” concentró niños de entre 4 y 10 años; el segundo, de entre 12 y 16 años. la gaceta / fotos de diego aráoz
El cronograma de la segunda jornada del torneo “Día de la Independencia”, que auspicia LA GACETA, incluyó dos partidos de exhibición con niños y adolescentes que están aprendiendo las destrezas básicas de la montura y las reglas del pato. Si bien los horarios de la competencia venían algo retrasados, el espacio de los más chicos se respetó a rajatabla. “Estos partidos son igual de importantes que los otros”, aseguró Luis Ugo, vicepresidente de la Asociación Tucumana de Pato.
Es que sin el “semillero” la disciplina no tiene futuro. La perdurabilidad del pato tucumano está en las manos de esos chicos, algunos de los cuales son tan pequeños que todavía no llegan a levantar el pato del suelo. “En algunos lugares los llaman pateritos, aunque nosotros los llamamos charitos. Tuvimos unos 20 chicos. Un primer grupo de entre cuatro y 10 años, y otro de entre 12 y 16”, contó Federico Sassi Colombres, quien acompañó a los jóvenes del “semillero” durante la exhibición.
PÚBLICO VARIADO. Familias enteras eligieron pasar la tarde viendo los partidos.
Algo despegado de su etapa de jugador y de dirigente de la Asociación (de la cual fue el primer presidente), Sassi Colombres se enfoca hoy en enseñarle los secretos del pato a sus hijos mayores, Nicolás y Benjamín (15 y 13 años). “Los estoy haciendo entrenarse tres veces a la semana, aunque todavía no los hago jugar a nivel competitivo, porque quiero que primero conozcan cómo pararse en la cancha, las diferentes posiciones y el reglamento. Recién desde entonces comenzaré a mezclarlos con los más grandes, que ya juegan con un nivel de contacto y velocidad distinto”, explicó.
Eventos como el torneo “Día de la Independencia” son una gran oportunidad para difundir la disciplina y darle actividad a los recién iniciados. “Estos torneos son los que más les interesan a los chicos, quieren participar cuando hay gente y se los puede ver. Lamentablemente, no es fácil darles la continuidad que yo puedo darle a mis hijos. Además, muchos también juegan al rugby, y cuando les coinciden las prácticas suelen elegir las de rugby. Pero en esta clase de eventos, eligen venir acá”, agregó Sassi Colombres.
CONTACTO. La disputa del pato garantiza un espectáculo muy entretenido.
“Para empezar a andar, se puede desde temprano. Tenemos chicos de cuatro años en adelante, pero para empezar a nivel competitivo, es de 12 o 13 años para arriba. De todas maneras, siempre la idea es ir despacio. Lo importante es que primero aprendan a andar en el caballo y después empiecen a jugar. Cuando al caballo lo manejás de manera natural, sin pensar, ahí estás en condiciones de enfocarte en el juego. Eso es ley para cualquier jugador de pato”, concluyó.
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