El Palacio de Hacienda se asemeja a un tren fantasma. Todo ministro, funcionario, gobernador, legislador e intendente que transita por el edificio ubicado al frente de la Casa Rosada sale con cara de espanto. La ministra de Economía, Silvina Batakis, es demasiado realista para describir la acumulación de problemas macroeconómicos que se profundizan día tras día. Nadie quiere que le toquen la caja pero, tarde o temprano, habrá que hacer un ajuste. Y no será gradual, sino de shock. En el mercado, las tensiones son mayores. El dólar, en todas sus variantes, no encuentra freno, en un mes en el que la inflación trepará al 7%, marcando otro récord. Los inversores y los principales referentes de la economía argentina le reclaman al presidente, Alberto Fernández, un plan que signifique una salida a la crisis. El jefe de Estado enfrenta tal vez uno de los mayores desafíos desde que asumió el cargo el 10 de diciembre de 2019. Con una imagen en picada, con escasa confianza de la sociedad en la gestión y con el Riesgo País en 2.794 puntos básicos (indicador clave acerca de cómo nos observan los inversores externos), las chances de atesorar más dólares para las reservas del Banco Central siguen siendo bajas.
El dólar blue mantuvo ayer la escalada que parece no tener freno y cerró en $317 para la venta, una tendencia que fue seguida por el Contado con Liquidación, que llegó a los $ 310,66, y por el MEP o dólar Bolsa alcanzó un nuevo máximo de $ 304,75. Ante una incierta hoja de ruta económica, la mayor reacción por desprenderse de la moneda local y buscar cobertura sigue convulsionando al tipo de cambio que no encuentra techo, o específicamente depreciando al peso contra la divisa estadounidense, señala el analista Javier Rava, director de Rava Bursátil.
“El dólar a $ 300 es el termómetro de lo que está pasando en el país. Estamos conviviendo con una fuerte presión inflacionaria, problemas fiscales y con la poca capacidad que tiene el Banco Central de comprar reservas. Hay una presión inflacionaria muy importante. La inflación de junio estuvo en línea con lo esperado, salió en 5,3%, pero hay una presión muy fuerte sobre los precios hacia julio y la inflación a nivel mensual podría estar este mes rondando entre el 7% y el 8%”. Ese fue el diagnóstico que ayer ha realizado Paula Gándara, CIO de Adcap Asset Management, en “La Gaceta Central”.
El sendero de la estabilidad está muy lejos. No hay precios de referencia para la reposición de mercaderías, ni para el dólar ni para el resto de la economía. Semana tras semana se registran aumentos de productos de primera necesidad. La escasez de divisas ha derivado en conflictos en algunas plantas, como en el caso de Poliuretanos Woodbridge de Argentina SA, fabricante de piezas para interior de automóviles, que comunicó a sus clientes que a partir de septiembre tendrá sus operaciones “por completo”. La economía se prepara para un segundo semestre más complicado que el primero, con retracción de la actividad, inflación en alza e inestabilidad cambiaria, indica un reporte de Invecq Consulting.
Según el analista Salvador Di Stefano, no hay dólares para importar y los precios de reposición de los productos importados no existen. Frente a ese proceso, la inflación tomó un camino ascendente. “Quien vende dólares no tiene un instrumento financiero o mercadería donde colocarlo. El contexto mundial no ayuda, hay un pronóstico de recesión mundial, caen los precios de los granos y suben las tasas de interés en el mundo”, advierte el consultor. A su criterio, el gobierno atraviesa un mal clima de negocios interno y externo. “Lo extraño es que cuando tiene que tomar decisiones políticas, en lugar de aclarar, oscurece”, subraya.
La interna de siempre
El panorama no es alentador. El oficialismo intenta, por todos los medios, dejar atrás sus pujas internas y salvar la gestión. Hay quienes mencionan la posibilidad de que la Casa Rosada deslice ante el Fondo Monetario Internacional la posibilidad de cambiar las condiciones del acuerdo firmado hace poco para refinanciar la deuda de U$S 44.000 millones. ¿Cuál sería el argumento? Hay otro mundo tras el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha modificado el panorama de la economía mundial. Hasta ahora sólo es una idea. La semana que viene Batakis viajará a Washington, acompañando al Presidente, y es probable que se reúna con las autoridades del Fondo. En principio, mostraría los primeros resultados del acuerdo.
De la interna oficialista, la vicepresidenta, Cristina Fernández, necesita a Alberto Fernández al mando, pero haciendo lo que ella quiere, y así venimos en conflicto desde hace 31 meses, señala el consultor político Carlos Fara.
¿Qué pasa si Batakis logra despejar las peores proyecciones? ¿Qué haría Cristina? “Lo más probable es que deje correr a ver cuánto le dura su éxito y/o eventualmente transmitir que la ministra llegó gracias a que ella la aceptó. Pero ¿con una fórmula que al cristinismo no le gusta? Ese no sería el problema. El común de los mortales solo juzga los resultados, reflexionaba Maquiavelo”, responde Fara.
El futuro de Batakis puede ser algo así, explica el analista: “si tiene algún éxito, es porque Cristina la toleró y no le puso piedras en el camino. Si no lo tiene, “la jefa” dirá que no me miren a mí, yo no me opuse y le di tregua para que hiciera lo que creía conveniente, pero si no me hacen caso…”. Es decir, pondrá en valor una vez más su jefatura y poder de veto, resalta el consultor.
En suma, el Gobierno nacional vive el momento de mayor tensión. Ahora intenta convocar a la oposición para hallar la fórmula para salir de la crisis, pero ésta le responde que no se sentará a dialogar mientras la Casa Rosada no muestre un plan realistas para estabilizar la economía. En medio de esta nueva puja, el dólar sigue sin techo y la inflación se encamina a batir otro récord.
El director de la consultora Invenómica, Pablo Besmedrisnik, advirtió que la solución a la grave situación económica “es un acuerdo político, ya que no hay política económica posible que se pueda realizar sin un acuerdo, porque ni siquiera hay coincidencias sobre lo que hay que hacer en el mismo oficialismo”.