19 Julio 2022
ATAQUE. La actitud de Bolsonaro hace temer que no admita una derrota.
BRASILIA, Brasil.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, invitó a diplomáticos extranjeros a una reunión informativa en su residencia para compartir sus preocupaciones sobre la seguridad del proceso electoral, antes de los comicios de octubre y cuando las encuestas lo muestran en segundo lugar.
Bolsonaro recibió a unos 40 embajadores, a los que expuso su desconfianza en las urnas electrónicas que el país utiliza desde 1996, ahora en ocasión de las elecciones de octubre.
El mandatario exhibió documentos de la Policía Federal referidos a una investigación realizada unos meses antes de las elecciones de 2018, debido a unos supuestos ataques de piratas informáticos al sistema.
También citó supuestas irregularidades ocurridas en 2014, cuando la entonces presidenta Dilma Rousseff fue reelegida por un margen de tres puntos porcentuales frente al socialdemócrata Aécio Neves.
El presidente, que enfrenta una baja de su popularidad que lo pone atrás de su rival, Luiz Inácio Lula da Silva, viene cuestionando el sistema de votación electrónica de Brasil, argumentando sin pruebas que es susceptible de fraude, lo que ha hecho temer que se niegue a reconocer la derrota, como hizo Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2020.
Asimismo, reiteró sus críticas al Tribunal Superior Electoral (TSE) y citó que algunos de sus miembros integran también la Corte Suprema y “le devolvieron los derechos políticos” a Lula.
La reunión fue en la residencia de la Presidencia y transmitida por las redes sociales del propio Bolsonaro, quien insistió en su campaña de descalificación del sistema electrónico de votación, que en Brasil no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude desde que fue adoptado.
Habían comprometido su presencia los enviados de Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, España y Portugal. El presidente argentino, Alberto Fernández, no fue invitado.
El jefe de la máxima autoridad electoral de Brasil, el Tribunal Superior Electoral, Edson Fachin, fue invitado pero declinó asistir, diciendo que no podía reunirse con un candidato.
Los intentos de Bolsonaro para desacreditar el sistema electoral de Brasil, que se utiliza desde 1996 sin que haya habido pruebas de irregularidades, ha llevado a sus oponentes a sospechar que podría negarse a aceptar una posible victoria de Lula, que lidera las encuestas de opinión con una ventaja de dos dígitos. (Reuters)
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