Rugby: la garra Puma salió

Rugby: la garra Puma salió

El equipo argentino mostró una gran capacidad de reacción para dar vuelta una desventaja.

FINAL FELIZ. Emiliano Boffelli se abraza con Santiago Carreras después de haber asestado un try tan lindo como valioso. FINAL FELIZ. Emiliano Boffelli se abraza con Santiago Carreras después de haber asestado un try tan lindo como valioso.

Que el vaso está medio vacío o medio lleno no depende del vaso sino de quien lo mire. Y así como habrá quienes celebren la capacidad de reacción que mostró el equipo argentino para remontar un partido que al comienzo del segundo tiempo se le había ido de las manos (cosa que no logró en Salta), también estarán los adviertan que debajo del triunfo en el tercer partido (34-31) y en la serie contra Escocia (2-1) quedó otra actuación con claroscuros. De todos modos, la elección es clara, al menos para nosotros: el festejo está primero, porque ganar siempre le hace bien a la cabeza de los jugadores, y la moral también es un aspecto clave dentro de un equipo. Más cuando quedan sólo 20 días para el comienzo de un desafío mayor, el siempre exigente Rugby Championship.

Dicho esto, es momento de apelar otra vez a esa figura del árbol que no debe tapar el bosque. Si bien ese último cuarto de hora fue todo de Los Pumas (y de las casi 27.000 almas que los empujaron desde afuera con su aliento), hasta poco antes parecía que se avecinaba un déjà vu de lo que había sido la revancha en Salta, donde Escocia había expuesto (y aprovechado) fallas de toda clase en el equipo argentino.

Justamente por eso, Michael Cheika había ordenado cirugía mayor sobre la formación titular para el duelo definitorio en Santiago: 11 cambios, casi el equipo completo. Sin embargo, tantas variantes resultaron en desconexiones palpables. Por caso, Lautaro Bazán Vélez -veterano de los Pumas 7’s pero debutante en el seleccionado de 15- no terminó de encontrarse con sus compañeros. Y por eso se notó tanto el cambio cuando lo reemplazó Gonzalo Bertranou: el mendocino le cambió la cara al equipo, dándole mayor celeridad al juego y criterio al momento de decidir por dónde conducirlo. Fue él quien puso el equipo adelante y posibilitó esa remontada del final.

Si hay un aspecto algo preocupante que dejó la gira por el NOA fue el defensivo. En Jujuy, a Los Pumas no los atacaron tanto; en Salta fue diferente y las fallas en la marca aparecieron tanto en el centro como en las puntas; y ayer tampoco hubo una sensación de solidez. Faltó contundencia en el tackle para contrarrestar el mayor porte físico escocés. En ese sentido, se notó la ausencia de Marcos Kremer en el primer tiempo, pese al regreso de un gólem como Tomás Lavanini. Y esa endeblez defensiva se notó en que Escocia se abrió paso hasta el ingoal casi en cada oportunidad que empujó a la marca argentina hasta detrás de su línea de 22.

En el haber, la rápida reacción para volver a estar en partido tras ese arranque furibundo de Escocia en el segundo tiempo. Los tries de los ingresados Nahuel Tetaz Chaparro y Bertranou devolvieron la esperanza, y Emiliano Boffelli se encargó de sellar el triunfo con un try en tiempo cumplido que hizo temblar al “Madre de Ciudades”. También cabe destacar la siempre importante presencia de Matías Orlando y los primeros minutos en el año para el pilar Thomas Gallo. Asmismo, no se puede dejar de señalar que el tucumano Tomás Albornoz fue el único de los suplentes que no entró. Está claro que Cheika seguirá la misma línea de su antecesor Mario Ledesma en convertir a Santiago Carreras en apertura a la fuerza antes que darle chances a aperturas naturales como el propio Albornoz o Domingo Miotti (esto, claro, por las lesiones de Nicolás Sánchez y Benjamín Urdapilleta). Habrá que ver si en el Championship esa tendencia continúa o si hay nuevas oportunidades para los tucumanos.

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