Todavía con el sabor de la victoria en casa ante el que venía como puntero (Gimnasia), Atlético hizo las valijas para irse a Mar del Plata siguiendo su peregrinar por un sueño. Como sucedió hace poco con Godoy Cruz, fue a jugar con Aldosivi otro partido de seis puntos (como se los suele llamar a aquellos que disputan los equipos apremiados por la tabla de promedios). Y le fue excelente por el triunfo 1 a 0 que lo llevó nada menos que a la punta de la Liga Profesional. Eso sí: debió ganar por una mayor diferencia, en un partido que tuvo alternativas de lo más particulares.
En la fría, ventosa y lluviosa noche marplatense, inclemente desde todo punto de vista, en un día y en un horario discutible para un partido en pleno invierno (que sólo por el negocio de la TV es posible), Atlético mantuvo el invicto con una propuesta que ya es marca registrada de su DT, Lucas Pusineri: marca y sacrificio, sorpresa en pelotazos a espaldas de la defensa rival y aprovechamiento de la velocidad de Ramiro Ruiz Rodríguez, figura relevante del partido y autor del tanto que hizo la diferencia.
Que el delantero iba a asumir ese rol ya empezó a notarse a los 7’, cuando apuró al arquero José Devecchi, que se quedó con la pelota. Seis minutos después, el que ganó el duelo fue “RRR”, convirtiendo su tanto luego de una gran corrida. La conquista recién fue convalidada cinco después, mediante el VAR, que chequeó cuando partió el delantero si lo había hecho en posición lícita.
El gol acentuó lo que ya se venía notando: un dominio territorial del “Decano”. Ante cada ataque generaba inquietud, como cuando a los 32’ se le fue larga a Augusto Lotti después de un gran pase de Ramiro Carrera. A esa altura, el arquero Carlos Lampe era sólo un mero espectador, y el equipo mostraba una solidez granítica, cortándole todos los circuito al rival.
Cuando a 20 minutos de las 23, el árbitro Nicolás Ramírez ordenó la reanudación del juego, dio paso a una etapa en la que, de manera increíble, Atlético fue dilapidando numerosas oportunidades de gol, con lo que invariablemente dejaba vivo al inconexo Aldovisi. Ya los 4’ avisó el “Decano” sobre lo que se proponía, cuando “RRR” se escapó y Ciro Rius remató al arco, dando la pelota en un defensor. Cuatro minutos después, la misma dupla protagonista, aunque esta vez Rius mandó la pelota al fondo. Pero el gol quedó anulado (cinco minutos después) por mano de Guillermo Acosta en el origen de la jugada.
Lo que siguió fue una batería de oportunidades malogradas. Anoten: a los 21’, otra vez “RRR” solo ante Devecchi, que ganó el mano a mano: un minuto después, el arquero le ahoga el grito a Rius; a los 34’, corrida de Cristian Menéndez que se la deja a Rius, quien remata sobre la marca; a los 35’ Acosta se lo pierde después de varios intentos; a los 36’ Manuel Capasso desvía un cabezazo; a los 36’, Menéndez pierde en el mano a mano con el arquero; a los 37’, otra vez el “Polaco” deja ahogado su grito de gol. ¿Alguna duda de que el resultado del partido estaba cortísimo?
Insólito. A los 38’ Andrés Ríos tuvo el empate. Y “RRR” remató su protagonismo en la fría noche con otras dos oportunidades perdidas, a los 41’ y 42’, ya con todo el cansancio acumulado y en un campo pesado.
A poco de terminar el juego en el vetusto, despoblado y muy venido a menos estadio “José María Minella”, el plantel se quedó a dormir en “La Feliz”, hoy irá temprano a Buenos Aires y ya a la tarde estará en Tucumán. Claro, no hay demasiado margen para relajarse: el martes recibirá a Sarmiento en el “José Fierro”, en otro juego de seis puntos. Pero, ¿saben qué?: la exigencia es altísima, pero todo queda en una anécdota cuando se gana y se logran objetivos. En eso está por estos días el viejo y glorioso “Decano”.