La mesa chica de la Confederación General del Trabajo (CGT) decidió su primera protesta al gobierno de Alberto Fernández: el 17 de agosto. Será una marcha que partirá desde el Obelisco y finalizará en la Plaza de los Dos Congresos. La organización correrá por cuenta de la central obrera, sin los movimientos sociales ni a la izquierda.
Tal como anticipó Infobae, la CGT se movilizará contra la inflación y los “formadores de precios”, pero, en la práctica, será una medida de fuerza que apuntará al Gobierno para que “corrija el rumbo económico”, como admitieron tres dirigentes luego de un encuentro que se hizo ayer en la sede de UPCN, en el que estuvieron todos los sectores internos, menos Pablo Moyano (Camioneros).
La discusión en UPCN se puso áspera cuando varios se quejaron por el esfuerzo del Gobierno en mantener los planes sociales y en evaluar el Salario Básico Universal, e incluso se cuestionó que en la Casa Rosada analicen otorgar un aumento de suma fija a todos los trabajadores, medida polémica porque se haría mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y “achataría todas las escalas salariales”. “Queremos que se mantenga el sistema de paritarias libres”, fue otra coincidencia de la dirigencia de la CGT.
Según trascendió, Cristina Kirchner se mostró “muy preocupada” por la crisis socioeconómica y tuvo una charla “respetuosa” con los dirigentes cegetistas. Se trata de tres sindicalistas que tomaron distancia de la vicepresidenta y de La Cámpora -aunque mantienen algunos canales de diálogo- y se mantenían más próximos al Presidente, aunque ahora buscaron hablar con ella al calor de la pelea oficialista que desató la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía y la evidencia de que el primer mandatario tiene menos poder en el Frente de Todos.
Los excluidos
De la marcha están excluidos los movimientos sociales, las dos CTA y las agrupaciones de izquierda. “No serán bienvenidos”, dijo un líder cegetista. Aunque nadie lo reconoce, se teme que haya incidentes si participan exponentes radicalizados e incluso quieren evitar que la izquierda y los piqueteros duros reclamen a la CGT en la calle un paro general contra el Gobierno.