12 Julio 2022
EN EL PASO CRISTO REDENTOR. Entre 450 y 500 personas que había quedado varadas fueron rescatadas. telam
Mientras el domingo tucumano se convirtió súbitamente en un ardiente verano, en el sur del país, las nevadas generaron complicaciones en el paso internacional Cristo Redentor de Mendoza, en Chubut, y en Ushuaia, donde un perro labrador salvó a un esquiador que estuvo más de una hora, bajo un metro y medio de nieve. El viento zonda elevó el termómetro a más de 30°. “La climatología dice, en promedio estadístico, que después del viento zonda, viene aire polar e irrumpe sobre la Argentina. Así que estamos esperando eso, llegará en dos o tres días, depende de la nevada en la Cordillera, si es cortita, dos días”, explicó el climatólogo Juan Minetti. El investigador pronosticó una severa ola polar para la segunda quincena de agosto, probablemente con “temperaturas bajo cero en algunos casos”.
El domingo, el paso internacional Cristo Redentor que une Mendoza con Chile fue cerrado a causa de la nevada y de un accidente de camiones que impidió la circulación. “Los acoplados de los camiones hicieron el efecto tijera, quedaron cruzados y eso sucedió en los dos sentidos, no chocaron. Eso ocurrió a la altura de la Curva de la Soberanía, un sitio donde habitualmente se congela más la ruta y hay mayor posibilidades de accidentes de tránsito en invierno. Quedaron varadas allí entre 450 personas y 500, todas fueron rescatadas”, explicó la periodista Alejandra Vargas, del diario Los Andes de Mendoza.
EL PERRO SOCORRISTA. Tango, junto a su dueño Julián Elizari. A la derecha, el rescate del esquiador.
Una avalancha
Una avalancha que se produjo el sábado en el Glaciar Martial, en las inmediaciones de Ushuaia, sepultó bajo la nieve a un joven esquiador. Tango, un perro labrador de 10 años entrenado en búsqueda de personas, lo encontró. “Empezamos a escarbar con cuidado, con palas y con las manos, hasta Tango ayudó. La nieve estaba muy compacta y húmeda. De repente encontramos una mano. Estaba quieta y temimos lo peor”, narró el rescatista Julián Elizari, dueño del perro. Los socorristas que lograron destapar el cuerpo que estaba un metro y medio enterrado en la nieve, vieron que el joven movía los dedos, y a partir de allí se desató una verdadera carrera contra el tiempo para ponerlo a resguardo y trasladarlo de urgencia hasta un centro médico.
“La verdad es que no sé cómo sobrevivió. Fácilmente estuvo más de una hora enterrado hasta que lo encontró Tango. No había una burbuja de aire con el exterior y calculo que la nieve que tenía encima pesaba unos 200 kilos”, le dijo Elizari a la agencia Télam.
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