Dos casos, los de Belén San Román y Olimpia Coral Melo. En ambos, difundieron un video íntimo sin su consentimiento, lo que conllevó a innumerables consecuencias a nivel psicológico, anímico y social.
Belén decidió terminar con su vida, inmiscuida en la vergüenza, el temor y una profunda angustia . Olimpia Coral Melo, activista feminista, pensó en suicidarse y luego de superar esa crisis le dio su nombre a una reforma histórica en materia de violencia digital en su país, y se transformó también en la voz de Belén.
Hoy -detalla Tn.com, ambas están presentes en dos proyectos que buscan, concretamente, impulsar cambios fundamentales en la legislación argentina para introducir a la violencia digital como tal y establecer penas.
Qué proponen la Ley Olimpia y la Ley Belén en materia de violencia y tecnología
La difusión no consentida de material íntimo, la mal llamada pornovenganza o “sextorsión” no constituyen un delito en la Argentina. Apenas es una contravención en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, y con una pena muy baja.
En este contexto, en los últimos años, a la par del avance de las tecnologías de la comunicación e información, agrupaciones feministas comenzaron a impulsar modificaciones en la legislación a nivel nacional.
Esta iniciativa tomó forma concreta de la mano de la organización Género y TIC (GENTIC), y el grupo Ley Olímpia Argentina, que sumó apoyo desde las filas del Congreso, con la diputada del Frente de Todos Mónica Macha. Se materializó en dos proyectos: el de “Ley Olimpia” y “Ley Belén”.
En qué consiste la Ley Olimpia
La Ley Olimpia propone modificaciones en la ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, para que se incorporen los espacios digitales como ámbitos en los que puede suscitarse violencia.
Además, introduce la definición de “violencia digital o en línea” como: “aquella que se ejerce mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y que implique la obtención, reproducción y difusión por cualquier medio de datos personales, material digital real o simulado, íntimo o de desnudez de las mujeres, sin su consentimiento, discursos de odio de género, patrones estereotipados sexistas, o que impliquen situaciones de acoso, amenaza, extorsión o control virtual, o acciones que atenten contra la integridad sexual o identidad digital de las mujeres a través de las TIC, así como cualquier otra que pueda surgir a futuro, ejercida por este medio, que afecte los derechos protegidos de la presente ley”.
Este proyecto debe su nombre a la activista mexicana Olimpia Coral Melo, que fue víctima de violencia digital al difundirse un video íntimo suyo cuando tenía 18 años.
Como consecuencia, en páginas pornográficas explotaron también su identidad y le exigían dinero para borrar el contenido. Este hecho absolutamente traumático la trasladó a un lugar de lucha y, tras fundar el Frente Nacional para la Sororidad, encabezó la iniciativa para reformar el Código Penal mexicano y la ley local de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
En 2014 se propuso la iniciativa en el Congreso de Puebla, México, y cuatro años después se incorporaron las reformas que constituyeron un primer paso. En diciembre de 2019, el Congreso de la Ciudad de México aprobó la norma que prevé condenas de hasta nueve años de prisión por crear o divulgar fotos y videos íntimos sin la aprobación de los actores.
Y en 2020 se concretó la reforma de la ley y del Código para castigar la violencia digital a nivel nacional. El caso mexicano fue, según reconoce Macha, fundamental para impulsar el proyecto en la Argentina. “Sin dudas es una gran referencia, por eso el nombre y por eso hicimos todo lo posible para que esté Olimpia acá el lunes”, expresó la legisladora en diálogo con TN.
Ambos proyectos se lanzaron en junio y la presentación oficial en el Congreso será hoy. “Venimos de un proceso para poder nombrar e incluir las vivencias que quedaron por fuera de la ley 26.485, por la época, por las discusiones que había, y por los consensos que se habían logrado”, apuntó. “La violencia digital, en ese momento, en 2009, no tenía tampoco el lugar en la vida cotidiana que tiene hoy”, contextualizó.
En qué consiste la Ley Belén
La otra iniciativa es la Ley Belén. Su nombre hace referencia a Belén San Román, la joven agente de la policía bonaerense de Bragado que se quitó la vida luego de que se difundieran videos íntimos de ella. El proyecto propone modificaciones en el Código Penal de la Nación: para prever penas de prisión de tres meses a tres años y elevar las multas establecidas.
“Fue fundamental conocer al papá de Belén (Marcelo), que de algún modo representa la situación más trágica e irreparable de esa violencia, ejercida impunemente y sin sanción por parte de las instituciones del Estado”, consideró Macha.
En ese sentido, señaló que incluso puede estar subestimada la violencia digital. “No hay una mirada sobre los efectos que tiene. Hay situaciones irreparables como un suicidio, pero también hay depresiones, ataques de pánico, inseguridades, toda una construcción, efecto de esa violencia”, remarcó.
“Acá estamos tomando dos cuestiones: por un lado, cuando sucede, que haya una sanción, y, por otro lado, prevenirla. Entonces, la ley, además de permitir nombrarla, nos permite generar instancias de prevención desde todas las instituciones, especialmente en la escuela”, agregó.
Olimpia Coral Melo tiene 27 años recién cumplidos. A su edad, encabezó una lucha histórica en materia de violencia machista, primero en Huauchinango, un pequeño pueblo de Puebla, en el centro de México, y luego en todo el país.
A los 18 fue víctima de violencia digital, por la difusión de videos íntimos sin su consentimiento. Además, fue chantajeada por quienes compartieron las imágenes en sitios pornográficos y quedó expuesta en toda la ciudad.
Se mató porque difundieron un video íntimo y ahora impulsan una ley con su nombre contra la violencia digital
La vergüenza, la desprotección y la angustia la llevaron hasta a pensar en el suicidio. Pese a la carga cultural y social que llevaba, encontró contención y tiempo después fundó el Frente Nacional para la Sororidad.
“Mi mamá me dijo: ‘hija, que digan lo que quieran’”, recordó la joven en diálogo con TN al reconstruir su historia.
Es que, la situación en su país, en ese momento, no distaba mucho de la actual en la Argentina: las mujeres y víctimas de este tipo de violencia no contaban con protección jurídica, ni psicológica, ni política.
Eso la impulsó a presentar la reforma que comenzó a nivel local, en Puebla y que, a fuerza de lucha y con el acompañamiento de grupos de mujeres de todo el país, las modificaciones de la que ya era conocida como “ley Olimpia”, llegaron al plano nacional en 2020.
“Esto no es un tema de partidos, ni de egos. Ley Olimpia es un movimiento político, para que las niñas y las mujeres estemos seguras en Internet”, definió Melo. “No por ser electorero o partidista, sino desde lo personal. No nos interesa que se presente en una reunión cerrada el proyecto, sino que todos los diputados lo escuchen y entiendan qué implica”, explicó.
En esa línea, destacó la importancia de que se difunda el contenido de las iniciativas. “No es una reforma nada más. Implica cambios desde el lenguaje, como dejar de llamarle “pornovenganza”, hacer un cambio de conciencia desde la raíz”, expresó la activista.
Según su relato, en México ya comenzaron a palparse cambios desde la percepción social, y desde cómo se conciben estos delitos. “En los canales de televisión ya no se puede difundir videos, por ejemplo. Se ha cambiado el lenguaje, la gente incorporo el chip de que está mal”, contó. “Esto no quiere decir que sea ‘la panacea’, ni que el punitivismo arregla estos problemas”, aclaró.
Decidida, segura y enérgica, Olimpia se mostró plenamente dispuesta a seguir acompañando el proceso de cambios en la Argentina y en la región. “Se necesita hacer base, una movilización. Me parece preocupante que se crea que solo es una reforma. Aspiramos a que no haya una víctima más”, expresó.
“Queremos que se entienda de raíz la opresión de nuestros cuerpos en Internet. Pero sin que el delito tenga un nombre no se puede hacer concientización, políticas de prevención, nada”, agregó.
En este camino, la activista estará presente hoy para acompañar los proyectos en el Congreso.
Belén San Román era agente de la Policía bonaerense y cumplía funciones en el Comando de Patrulla Rural de Bragado, provincia de Buenos Aires. Tenía 26 años cuando se disparó en la cabeza después de que un hombre viralizara material íntimo para extorsionarla.
De acuerdo con la familia de la víctima, la joven y Tobías Villarruel, que está detenido por robo desde 2018, tenían una relación a través de las redes sociales, pero no eran pareja. La joven, madre de dos chicos, creyó que se trataba de una buena persona y decidió darle una oportunidad.
La relación entre ambos se volvió más estrecha y mantuvieron una serie de videollamadas íntimas. Villarruel utilizó un segundo teléfono para grabar algunos de los encuentros virtuales y comenzó a amenazarla con difundir las imágenes. Finalmente, lo hizo y todo terminó en tragedia.
En este contexto, Asuntos Internos además le inició un sumario. Abrumada por la situación y las consecuencias que le generó, la policía se disparó en la cabeza con su arma reglamentaria el 30 de noviembre de 2020.