Hay más crímenes por droga que por inseguridad

Desde el 1 de junio hasta el 9 de julio, en nuestra provincia se registraron seis homicidios. De una manera u otra, la droga aparece como protagonista en cada uno de estos hechos. Jóvenes adictos que son torturados y ultimados; peleas entre adictos y peleas por el dominio territorial fueron algunos de los móviles de estos casos.

Jorge Gaspar (28) fue ultimado en una pelea que se registró en el barrio San Cristóbal el 5 de junio. Según las investigaciones, él y su hermano fueron a reclamarle al transa del barrio la agresión que había sufrido. Se produjo un enfrentamiento que derivó en la muerte del joven que habría tenido problemas de consumo.

Facundo Eneas Maximiliano Puente (22) fue encontrado sin vida el 20 de junio a la vera de la ruta que comunica El Timbó con El Cadillal. Antes de asesinarlo de un disparo en el ojo, los autores lo torturan hiriéndolo con un arma blanca en diferentes partes de su cuerpo y hasta intentaron borrar las huellas dactilares con una amoladora. El joven, que sufría severos problemas de adicción, habría sido víctima de un grupo de personas que habrían decidido ejecutarlo por la cantidad de robos que habría cometido.

El 24 de junio, Luis Galván estaba parado en la puerta de su casa del barrio 23 de Febrero. Al lugar llegó un vehículo que era conducido por un tal “Gordo Oto” y un tal “Guachín”, quien descendió del auto y disparó en contra del hombre de 49 años. Según la teoría del caso, este crimen se habría producido por una disputa territorial por la venta de drogas.

El domingo 3, en el barrio 1° de Mayo de Concepción, hubo una fiesta en la que, según los testigos, se había consumido alcohol y drogas. En ese contexto, se registró una pelea en la que fue apuñalado mortalmente Jesús Cuello (22). Por el crimen fueron procesados dos hermanos: Mariano “Nano” Valdez, por haber sido el autor material, y su hermana Milagro, por haberle entregado el arma para concretar el homicidio.

También en el barrio San Cristóbal, hubo una trágica pelea entre dos adictos. César Armando Trinajstic (35) fue acusado de acabar con la vida de Miguel Pereyra Monzón (31). Ambos vivían en situación de calle y desde hace varios días habían sido alojados por un supuesto transa. Desde el día anterior, habían estado consumiendo bebidas alcohólicas y drogas. Al parecer, la mortal discusión se produjo por las dosis de sustancia que estaban consumiendo. Y la trágica lista se cierra con el homicidio del sábado.

Hasta el momento, se registraron 16 homicidios vinculados a cuestiones de drogas. Ese número representa más del 40% de los 39 contabilizados. Los otros móviles son nueve por violencia intravecinal, siete por inseguridad, cuatro por violencia intrafamiliar y tres ajustes de cuentas.

La cifra de este 2022, duplica a las del mismo móvil de homicidio registradas en 2017, 2018 y 2019, que llegaron a ser de ocho. En tanto, triplica la de 2020 que fue de cinco, pero en este caso en particular, esa cifra fue en los tiempos más duros de la pandemia. Es la misma cantidad de crímenes que se registraron en 2021, pero sigue siendo un número en rojo, puesto que la disminución de hechos de sangre sería de más del 30% con respecto al año pasado.