Javier Milei: “el problema de la Argentina es que la solución está en manos del problema”

Javier Milei: “el problema de la Argentina es que la solución está en manos del problema”

El candidato a presidente de Avanza libertad considera que el país “va a terminar mal” con el actual Gobierno. Define a la nueva ministra de Economía como una “incompetente” y como un “parásito”. Habla de su plan económico para salir de la crisis.

- ¿Cuál es su expectativa a partir de los cambios concretados en el Gabinete de Alberto Fernández? ¿La situación general del país va a mejorar, va a continuar igual o va a empeorar?

- Desde mi punto de vista, no hay chances de estar mejor. Vamos a seguir igual o, como lamentablemente es lo más probable, vamos a empeorar. El desbalance en que nos encontramos es espantoso: la inflación ronda el 85% (en su proyección anual) y el “riesgo país” supera los 2.500 puntos básicos. Se necesita una estabilización urgente. Pero para que (un gobierno) tenga éxito con esa tarea, debe tener credibilidad. Y para tener credibilidad hay que tener reputación. Y la reputación del actual gobierno es desastrosa. No es para menos: Alberto Fernández dice una cosa y al otro día dice otra. Es más, cambia de opinión hasta en el mismo día. Y si es por la reputación que tiene la señora Cristina Fernández de Kirchner, esto también es un problema. Esto quiere decir que, aun cuando usted pusiera al mejor técnico en economía para resolver estos problemas, dada la pésima reputación de los políticos, esto va a terminar mal. Imagínese la situación si, además, en lugar de poner alguien idóneo, pone un incompetente.

- ¿Qué opinión tiene de Silvina Batakis, la sucesora de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía?

- Me parece espantoso (su nombramiento). No es una persona idónea para ejercer el cargo. Lo único que hizo toda su vida fue ser un parásito del Estado. Como dije, tiene el CUIL intacto en materia de trabajo en el sector privado. Toda su vida trabajó en el Estado así que no conoce un solo problema real de la gente. Vive en una atmósfera inexistente, que es en la que viven los políticos.

- Si no se trata de una cuestión de poner o sacar nombres, ¿cuáles son las medidas que debiera tomar el Gobierno para salir de la crisis?

- El plan económico que propuse en caso de llegar a ser Presidente es arrancar con una reforma del Estado para bajar el gasto público, bajar impuestos, eliminar regulaciones, flexibilizar el mercado laboral hacia adelante y abrir la economía. Esto, por el lado real. Por el lado monetario, creo que Argentina no tiene forma de solucionar los problemas de inflación con los políticos nefastos con que cuenta. Entonces, la única forma que tiene es dolarizando. Es decir, eliminanco el Banco Central, para ser más exactos. Después, lo más probable es que los argentinos elijan como moneda el dólar.

- En el Gobierno se encuentran debatiendo la posibilidad de aplicar lo que ellos llaman como un “salario universal”. ¿Es viable?

- El ingreso básico universal es algo que estuvieron estudiando distintos países que tienen gobiernos de izquierda. En realidad, es una aberración. El concepto de ingreso mínimo universal implica, en el fondo, que alguien lo tiene que pagar. E implica tratar desigualmente ante la ley a la gente. Y recolectar esos fondos provoca daños directos e indirectos. Pero tiene un problema mucho más importante en términos de incentivos. Si usted sólo puede ser exitoso si lo que brinda al prójimo combina mejor calidad y mejor precio, entonces se tiene que ocupar de que el producto que genera sea de la apetencia de las personas. Ahora bien, si usted tiene garantizado el ingreso para su subsistencia o para lo que fuera, el problema es que ahora ya no va a preocuparse por ser competitivo. Entonces, como no se va a preocupar por generar bienes para los demás, y hace cualquier cosa porque, total, ya tiene asegurado su nivel de vida, se produce un derrumbe fenomenal de los niveles de producción y de los de calidad de vida. Este experimento lo hicieron en Finlandia, no en todo el país sino en una región, y terminó de manera desastrosa. En Suiza, la propuesta se llevó a votación y la rechazó el 80% de las personas. Por lo tanto, es una pésima idea. Es una de las ideas estúpidas con las que anda fastidiando la izquierda todo el tiempo. Suenan muy lindas en los titulares, pero en la vida real son un espanto.

- Más que una sucesión de crisis, la Argentina parece atravesar una crisis sempiterna, que cada tanto tiene una breve interrupción y luego se reanuda. Si usted fuera electo Presidente, ¿cree posible abandonar ese ciclo y que el país emprenda un ciclo de crecimiento económico sostenible?

- Sí, absolutamente. Argentina, como usted señala, ya lleva una decadencia de 100 años, que es cuando empieza a abrazar dosis crecientes de socialismo. Esa es la situación. Ahora, generar crecimiento económico y bajar la inflación, que son las dos máximas preocupaciones que tiene hoy la población, es algo respecto de lo cual hay evidencia empírica y respecto de lo cual la literatura es clarísima. Es decir, se sabe cómo hacerlo. De hecho, yo soy especialista en crecimiento económico con y sin dinero. Si hay algo en lo que me he especializado es en resolver este tipo de problemas: todo tiene solución. Pero el problema más grave que tiene Argentina es que la solución está en manos del problema. El problema son los políticos. La casta. Esa basura de casta política que tenemos que lo único que hace es dañar a la población porque sus incentivos están en otro lado. Es decir, los políticos pierden poder si se le da libertad a la gente. Por eso siempre señalo que ellos, cuando piden el voto, lo hacen para tener poder y arruinarte la vida. En cambio, yo te pido el voto para devolverte el poder a vos, para que seas libre y te puedas convertir en el arquitecto de tu propio futuro. ¿Se puede hacer? Sí. ¿Existe evidencia empírica de que se puede hacer? Sí ¿Sabemos cómo se hace? Sí. Bueno, entonces el problema. Entonces se presentan dos cuestiones. Por un lago, hay que tener el coraje para hacerlo, y yo lo tengo. Por el otro, la cuestión de los incentivos. Yo me he involucrado en política para sacar el país adelante, no para enriquecerme como se enriquece la basura de la casta política.

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