El receso invernal está cada vez más cerca y si bien en algunas provincias comienza este 11 de julio, en otras recién arranca a partir del 18. Sin embargo, aquellas dos semanas de descanso, apenas alcanzan para todo lo que se podría visitar en Argentina.
A continuación, te mostramos ocho destinos dentro del país a los que se puede escapar por un precio más bajo.
1. Chaco
El Impenetrable: tiene una nueva propuesta turística que involucra a los Parques Nacionales Chaco y El Impenetrable, se trata del campamento gratuito La Fidelidad, que nació dentro de la antigua estancia homónima, una vasta extensión regada por los ríos Bermejo y Bermejito, que traspasaba la frontera con Formosa. Despegadas del terreno para no dañarlo y aislarse de la humedad, construyeron cinco decks aptos para recibir dos hermosos gazebos de lujo cada uno. Si el visitante no lleva su propia carpa de lujo, la comunidad se la alquila. En cualquier caso, tendrá allí un sommier y mesita de luz; ducha de agua caliente y comidas a gusto; muebles de madera rústica con cestos de mimbre, lámparas hechas con palma caranday, alfombras y mantas tejidas a mano; energía solar y agua potable.
Además del glamping de lujo, también a orillas del río Bermejo se puede permanecer en una nueva zona de acampe, en donde funciona un albergue con capacidad para 40 visitantes, con zona libre extra para montar carpas. Hay carpas enormes con instalaciones sanitarias y mesadas para cocinar alimentos.
Por su extensión sin fisuras, el Impenetrable chaqueño representa el segundo corredor de bosque continuo de América del Sur, 128.000 hectáreas protegidas. Sólo lo supera el Amazonas. En ese paraíso norteño de quebrachos, algarrobos, palos borrachos y palosantos viven 345 especies de aves, 58 especies de mamíferos y 51 especies de reptiles.
Otra manera de conocer el Impenetrable es recorrerlo en bicicleta –con o sin guía-; en kayak, siguiendo el curso del Bermejito, manso y más bajo en invierno, de julio a noviembre; o simplemente caminando.
2. Córdoba
Allí se encuentra la Laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza, que es el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto a nivel mundial. Con los Bañados del Río Dulce conforman un gigantesco humedal, un tesoro único para la conservación de la biodiversidad. Por eso, forma parte de la lista de Sitios Ramsar, integrada por aquellos humedales de importancia internacional. El Parque Nacional Ansenuza alberga el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en la Argentina y los flamencos cordobeses, una gran atracción de esta provincia, pueden alcanzar el metro de altura y nacen con plumaje gris, amarronado o blanco.
3. Jujuy: flamencos en Laguna de los Pozuelos
A sólo 50 kilómetros al sudoeste de la ciudad de La Quiaca, en los departamentos de Rinconada, Yavi y Santa Catalina se ecnuentra la Laguna de los Pozuelos, un monumento Natural y una de las paradas preferidas de muchísimas aves acuáticas de la región andina del norte.
4. Algarrobales en Salta
El Parque Nacional Los cardones, un paisaje alucinante que detiene en seco al agua de las ciénagas y los cerros. Al Parque se puede ingresar durante todo el año, pero la mejor época para ir es entre abril y noviembre, entre 9:30 y 18 horas. Además, es parada obligatoria visitar: El Valle Encantado, sobre el Km 62 de la Ruta Provincial 33. Está a 3225 metros de altura y desde hace un tiempo, ingresar con auto está prohibido. Llegar es fácil, sólo es cuestión de aguantar una caminata de 2 horas por 4 km en pendiente. El Ojo de Cóndor, en el Km 80 de la la RP 33, es de fácil acceso y sobre él están las figuras más emblemáticas del Parque y el Camino del Pasado, que está un poco más adelante, en el Km 90 de la misma recta del Tin Tin, y sólo representa 20 minutos de desvío del eje central.
5. Ciervos de dos metros en Buenos Aires
En la provincia de Buenos Aires, el Parque Nacional Cierre de los Pantanos es un área natural protegida desde el año 2018. En su mayor parte lo integran los terrenos de la Reserva Natural Otamendi y la Reserva Natural Río de San Juan. Hay que ir preparado psicológicamente para toparse con el mayor siervo de América del Sur: pesan 150 kilogramos, repartidos entre 2 metros de largo y 1,20 de altura –sólo hasta la cornamenta. Tamaños ejemplares no se ven más allá del sur del Amazonas, en Brasil.
6. Jujuy: Quetzal y Jacarandá en el Parque Nacional Calilegua
En la falda oriental de las sierras de Calilegua, este parque es un increíble paraíso de yungas. un ascenso por una biosfera que combina yungas, selva bosque montañoso, pastizales e incluso pradera andina. Allí encontramos: 123 especies de árboles, 77 variedades de helechos, 120 tipos de mamíferos y 350 de aves, varias especies de fauna en extinción como el huemul del norte, el yaguareté y el águila poma.
7. Islas movedizas en Entre Ríos y Santa Fe
Los movimientos constantes del río Paraná hicieron nacer ocho islas que hoy conforman un área protegida que varía sus formas constantemente. Se pueden observar lobitos de río, carpinchos, la pollona azul, el gallito de agua, los chajaes, las gallinetas, algunas tortugas de laguna buscando un espacio entre los sábalos, bogas, bagres y tarariras.
Sin embargo, este Parque Nacional, no tiene infraestructura turística por el momento y es accesible tras una hora de lancha hasta llegar a la ribera opuesta del río Paraná. No obstante, el Convento de San Lorenzo, está muy cerca, a 38 km de Puerto Gaboto; se accede por RP 95 y RN 11. En Puerto Gaboto sí hay posados, camping y espacios gastronómicos para comer pescado fresco.
8. Lobos marinos en Río Negro
Uno de los más flamantes parques nacionales de la Patagonia argentina es el Parque Nacional Islote Lobos en Río Negro. La estrella del lugar es el lobo marino de un pelo. El islote Lobos se encuentra en el golfo San Matías, en el departamento San Antonio, a unos 50 kilómetros de la localidad de Sierra Grande e inmediatamente al norte del balneario Playas Doradas.
Quienes tengan mejor bolsillo y no puedan renunciar al frío helado del sur, agenden la larga lista de Parques Nacionales patagónicos que ofrecen actividades en la nieve entre glaciares, canales helados, estepas y faros del fin del mundo.