Los resultados de las pruebas Aprender generaron diferentes sensaciones en la provincia. La primera fue de decepción, generalizada en todo el país, debido al rendimiento de los niños en Lengua, materia en que se notó un bajón académico. La segunda es más bien satisfactoria al ver que en Matemática hubo un mejor rendimiento, algo que sólo se registró en cinco provincias.
Mariana Dato, profesora en Ciencias de la Educación, tiene una hipótesis interpretativa sobre el resultado de los exámenes, aunque aclaró que se debería estudiar en profundidad el porqué para tener respuestas certeras.
En cuanto al aumento del coeficiente en Matemática sostuvo que se debe una nueva forma de vincularse con la tecnología. “(Lev) Vygotsky nos diría que hubo un aprendizaje necesariamente interpersonal en la tríada docente-alumno-conocimiento, planteado de una manera singular en el periodo 2020/2021 que impulsó al desarrollo y la internalización de herramientas lógico-matemáticas que permitieron a los niños, niñas y adolescentes desarrollar un pensamiento lateral, paralelo a la forma de aprender convencionalmente la matemática”, dijo Dato, que tiene especializaciones en Análisis Institucional y Ciencias Sociales.
Mientras que para Lengua también se refirió al uso de la tecnología, e indicó que el beneficio en las ciencias exactas tuvo a su vez un costo en la “comprensión y expresión lectora”. En este marco planteó que la hora diaria adicional en las escuelas primarias debería apuntar a fortalecer esta disciplina a través de un plan nacional de “180 cuentos para 180 días de clases”. “Deben ser transversales a las distintas materias, articulando conocimientos, de ficción y ciencia, pero sobre todo que estimulen el pensamiento crítico y la capacidad de proyectar un mundo distinto para lograr la realidad que queremos”, explicó.
De todos modos admitió que se trata de un tema complejo de resolver que necesita de un proceso a mediano y largo plazo. “Hay que pensar las pruebas Aprender de manera holística, no como un hecho aislado que se hace cada dos años, sino como parte de un proceso general de aprendizaje que se implementa tanto en colegios públicos como privados. Y hay que preparar a los docentes para poder evaluar y a los alumnos para la evaluación”, afirmó, e insistió: “hay que tomar la prueba como parte del proceso integral de aprendizaje”.